El Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) aprobó el uso del lenguaje no sexista y no binario en todas las expresiones y producciones realizadas por la comunidad universitaria de esa Facultad. El proyecto se presentó en octubre del año pasado y en su aprobación, la semana pasada, se deja en claro que su uso no es obligatorio.

De este modo la Facultad de Humanidades se convirtió en la primera en habilitar el uso de las expresiones no binarias en el ámbito universitario y se suma a las universidades públicas de Buenos Aires, Rosario y Quilmes. El compromiso asumido es incluir en las producciones académicas un lenguaje que permita la inclusión de identidades disidentes de los modelos heternormados y binarios. 

La iniciativa fue impulsada por les integrantes del claustro de Graduades, Leandro Arce de Piero y Nilda María Zerpa. Arce de Piero, consideró ante Salta/12 que lo aprobado resulta fundamental porque permite emprender una comunicación adecuada en la que no solamente exista una referencia en términos de lo femenino y lo masculino, sino que con este lenguaje se nombre a "todo un grupo de personas que están siendo excluidas hoy". 

Con esto se "habilitan formas de expresión que tienden a erradicar las violencias contra las disidencias", sostuvo. El consejero dijo que se intenta trabajar con el nivel más básico de la lengua con la "esperanza  de que el trabajo se pueda abrir en otros ámbitos de la práctica pedagógica", como investigaciones e intervenciones.

Por su parte, Nilda Zerpa señaló que el tratamiento del tema era "urgente" y el más factible para llevarlo adelante. "No puede ser que estemos atrasados con el uso de este tipo de lenguaje", afirmó al referirse a que aún se siga sosteniendo la denominación binaria de femenino y masculino. Lo que le resultó llamativo es que en todo este tiempo no haya salido alguna iniciativa de los otros claustros, sobre todo, el de los estudiantes. Incluso en los debates en comisiones, hubo algunes que se opusieron a su tratamiento.

Hubo dos debates en comisiones y allí les representantes estudiantiles manifestaron no estar de acuerdo, sosteniendo que iban a ser reprendidos si no lo usaban. En el sentido, Zerpa, que es licenciada en comunicación, aclaró que en ningún momento se habla de obligatoriedad, sino de un uso voluntario. 

Afirmó que se trata de “un paso más en el reconocimiento y visibilidad de las diversidades" y recordó que Humanidades siempre fue pionera en la Universidad en la lucha por el reconocimiento y ampliación de los derechos. "En este caso el uso del lenguaje no sexista incluye, visibiliza y amplia derechos", expresó.

En la elaboración de la propuesta también participaron les representantes graduades de las Escuelas de Antropología, Paula Milana; Historia, Cristian Lezcano Bustos, y Educación, Nuria Rodríguez, quien manifestó que se sumó al proyecto porque se trata de “un avance en la aspiración a tener una Universidad más inclusiva”.

En la sesión de aprobación también participaron la profesora Estela Picón, de la carrera de Letras, y les estudiantes Marce Butierrez y Jor Orellana, quienes aportaron sus puntos de vista, conocimientos y experiencias para argumentar a favor de la aprobación del proyecto tratado.

El paso siguiente es pensar los protocolos para su aplicación porque aún no se precisó si se va a considerar el uso de "e, x o arroba". Además, sus impulsores llevarán el mismo proyecto al Consejo Superior de la Universidad con el objetivo de que toda la UNSa emprenda el uso del lenguaje no sexista y no binario.

"Vamos a seguir sosteniendo esta reivindicación poniendo el cuerpo en este contexto complicado y agresivo", aseguró Arce di Piero. 

El modelo que siguieron les salteñes se basó en lo aprobado en la resolución 662/19 del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario (Santa Fe). De allí tomaron la referencia de la cartilla 3, Apuntes sobre lenguaje no sexista e inclusivo, que se encuentra dentro de la serie de Cuadernillos feministas para la transversalización de la UNR.

Una respuesta violenta 

Arce de Piero, representante titular del claustro de Graduades, describió el proceso de tratamiento de esta iniciativa como largo, arduo, pero sobre todo, doloroso. Más allá de la aprobación que se logró en la segunda sesión del Consejo Directivo, dijo que algo que pensaba que sería sólo "una cuestión administrativa", tuvo señalamientos de los demás claustros al considerar que no era necesario, prioritario e importante. 

Pero eso no fue todo, porque ni bien se conoció la noticia y se logró una mayor visibilidad, Arce di Piero se alarmó por el nivel de violencia que se generó. "La verdad que nos están agrediendo de distintos medios e incluso, nos agreden algunos docentes de la misma facultad", relató. Para el consejero, cada uno de los insultos recibidos desprestigian y minimizan una lucha identitaria, que precisamente busca erradicar las violencias. 

Sobre las afirmaciones acerca de que este tema no es importante, caracterizó esas declaraciones como "escandalosas y groseras", porque lo que se discute "no es una letra" sino "un modelo de un sociedad justa y democrática, buscando que se manifieste en todos los niveles de las relaciones". Entre los actos violentos que vivenciaron quienes impulsaron este proyecto, contó que un docente llegó a afirmar que si escuchaba hablar a une de sus estudiantes en lenguaje inclusivo le iba a tirar una silla en la cabeza. 

Arce di Piero pidió el cese de las agresiones y que se tomen medidas que les garanticen seguridad.

El proyecto no sólo se respaldó en las convenciones internacionales de derechos humanos, sino que incluyó las legislaciones nacionales conquistadas en el país, como la ley de Identidad de Género, aprobada en 2012. La misma Universidad celebró esta ley y en 2013 le dio su aval, pero luego no hizo mayores acciones para lograr su aplicación en la comunidad. 

Zerpa señaló que la UNSa no realizó un reglamento de aplicación inmediato sobre la ley de Identidad de Género, como sí pasó con el reciente protocolo para acompañar situaciones de violencia de género dentro de la Universidad. Ambos representantes graduades se desempeñan como administratives y docentes, por lo que, "desde adentro sentimos que la UNSa no está siendo inclusiva".