La Cacha fue uno de los centros clandestinos más importantes que el Circuito Camps emplazó en la ciudad de La Plata. Debido a que en 1981 fue demolido, del espacio solo se supo por intermedio de los testimonios, que pudieron describirlo, ubicarlo geográficamente, señalar a los verdugos que lo mantuvieron en funcionamiento.

Hasta ahora, porque en un trabajo conjunto la Universidad Nacional de Quilmes y la productora audiovisual Huella Digital lo reconstruyó y puso a disposición para todo aquel o aquella que quiera realizar un recorrido virtual por sus instalaciones y conocer su historia, qué sucedió en cada recoveco, contado por sus sobrevivientes. El documental 3D interactivo se presentará mañana a las 20 de manera virtual.

Se trata poner a disposición judicial y didáctica un lugar que hasta ahora había sido destruido, que no iba a poder ser nunca convertido en sitio de memoria. A partir de este trabajo cualquiera podrá recorrerlo”, indicó Luciano Grassi, codirector junto con María Valdez del Proyecto de Extensión “Universidad, memoria y ciudadanía”, perteneciente a la UNQUI, a cargo de la idea que se volverá concreta este martes, cuando el sitio web del documental esté online y disponible de acceso para todes.

El trabajo ofrece un recorrido subjetivo por las instalaciones del ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio La Cacha, que funcionó entre 1976 y 1978 en una antigua estructura repetidora de Radio Provincia ubicada en terrenos pertenecientes a la cárcel de Olmos. En La Cacha estuvieron secuestradas y fueron torturadas más de 200 personas durante los dos años que los genocidas de la última dictadura cívico militar eclesiástica lo mantuvieron activo. En 1981 el lugar fue destruido; los represores solo dejaron sus bases.

“Se trata por supuesto de un recorrido virtual”, aclaró Grassi. A partir de un software “al estilo videojuego”, y a partir de la información recogida por les trabajadores del Proyecto de Extensión, desde Huella Digital reconstruyeron La Cacha por dentro para que quien lo desee, a través de una plataforma digital, pueda recorrerla. La productora audiovisual tiene experiencia en esos trabajos: hizo lo propio con el centro clandestino que funcionó en el Casino de Oficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada y El Campito, en Campo de Mayo. “La particularidad que tiene La Cacha es que ya no existe: está destruida. Solo fueron halladas sus bases, enterradas en montañas de tierra”, señaló Grassi. La posibilidad que ofrece este trabajo virtual es inmensa.

El primer paso en el camino hacia la reconstrucción digital del centro clandestino La Cacha fue el juicio que tuvo lugar en 2014 y que repasó los crímenes de lesa humanidad cometidos en el lugar durante 1977. Fueron juzgados una veintena de represores, en su mayoría efectivos de la Policía bonaerense y de Inteligencia del Ejército.

Desde el Proyecto de Extensión universitaria codirigdo por Grassi llevaron a cabo el registro audiovisual del debate --decenas de audiencias, centenas de testigos--, “un material que como base fue impresionante. Sistematizamos toda esa información y le sumamos documentación, planos, fotografías y el testimonio de 8 sobrevivientes que especialmente se entrevistaron para este proyecto”, explicó Grassi. Las voces de elles, Alberto Bozza, María Laura Bretal, Silvia Bucci, Bonificia del Carmen Díaz, María Inés Paleo, Patricia Pérez Catán, Héctor Javier Quinterno y Patricia Rolli, guían el recorrido, detallan las funciones de cada espacio, narran lo sucedido en cada recoveco.

Les usuarios podrán interactuar con el mapa desde el sitio web www.centroscladestinos.com.ar/cacha/ desde este martes, cuando estará activo, o también descargarlo. Su lanzamiento se llevará a cabo a través de una mesa de diálogo, transmitida desde las 20 por UNQtv, de la que participarán Grassi y Valdez, además del rector de la UNQui, Alejandro Villar; Martin Malamud y Diego Cagide, de la productora audiovisual Huella Digital; y algunes sobrevivientes que aportaron sus testimonios para el producto.

“El objetivo fue dar valor a un espacio que hoy conocemos gracias al testimonio de los sobrevivientes, realizar un aporte a la construcción de la memoria, a la causa judicial que sigue investigando sus crímenes y también en el sentido didáctico. No dejamos de pensarlo como un material educativo”, puntualizó el codirector.