El fiasco de la política económica dejó al gobierno de Mauricio Macri con apenas dos herramientas fuertes para mantenerse a flote y ganar tiempo: tomar deuda y atacar a Cristina Kirchner, apostar a la dispersión del peronismo a partir del desgaste de la ex presidenta. Tras casi un año de gobierno conservador, es casi una regla: cada vez que se incrementa esta campaña es porque le va mal al oficialismo.
Comienza un año electoral, con elecciones de medio término, y en el cuadro de situación que se le presenta a Cambiemos, solamente pintan bien en Mendoza y la CABA. En Santa Fe el PJ disputará fuerte con el socialismo y Córdoba mantendrá la hegemonía del gobernador Juan Schiaretti. La provincia de Buenos Aires tendrá un peso decisivo. El juego de alianzas que le ha permitido sacar sus leyes principales al oficialismo dependerá del resultado bonaerense. Es un distrito donde muy posiblemente juegue la ex presidenta a quien todas las encuestas le asignan un caudal importante de partida, sin siquiera haber hecho campaña y tras meses de una demoledora cruzada mediática en su contra y decenas de acciones judiciales de dudosa justificación. Para el oficialismo es importante descabezar cualquier lista relacionada con Cristina Kirchner porque es el único sector que actuó como oposición real. En cambio, el otro jugador de peso, Sergio Massa, mostró más disposición a negociar con la estrategia de mostrarse razonable para darle gobernabilidad al nuevo gobierno con quien disputa una porción de su base electoral.
“La abuela, las hijas, el yerno, los nietos, todos los Kirchner denunciados ante la Justicia”, fue el título del portal de Clarín. Podría haber sido la tapa de la revista Barcelona. Es como una broma. Por sí solo ese enunciado pone en evidencia un hecho de persecución. Un título tan descarnado sugiere impunidad del que lo publica. La investigación periodística que la sostiene es penosa, está forzada para destacar la participación de la madre de Cristina, que simplemente fue “síndica adjunta” en una cooperativa de trabajadores. Si se lee con cierta inteligencia, resulta que el título denuncia la persecución a una familia y el texto termina por resaltar la vida sencilla y sindical que tuvo la señora Ofelia Wilhelm, hincha fanática de Gimnasia y Esgrima de La Plata, famosa porque solía alentar en las prácticas a los jugadores desde atrás del alambrado. El periodista, embarcado en el esfuerzo de embarrar a la señora Ofelia, termina por describirla simpática y a la familia Kirchner como víctima de ofensas y persecuciones.
Ante la agresión a su madre y su familia, Cristina Kirchner reaccionó con energía. Simplemente contrastó a una mujer trabajadora, que vivió siempre en la misma casa en un barrio de clase media de las afueras de La Plata, con la opulencia y los grandes negociados de la familia Macri. Nadie ha podido comprobar hasta ahora la famosa ruta del dinero k, pero existen 241 denuncias contra el presidente Macri, diez cuentas y empresas off-shore en Panamá y Bahamas y una turbia historia de enriquecimiento familiar como proveedores del Estado, sobre todo durante la dictadura.
El cuadro se cierra con el fiscal Guillermo Marijuán, que se hizo famoso por las grandes excavadoras con que agujereó el desierto sureño sin que pudiera encontrar el tesoro k que había anunciado a los cuatro vientos. Fracasó en su empeño, pero igual se hizo famoso. A todo el mundo le quedó grabada esa imagen absurda de un tipito haciendo agujeros en la Patagonia para buscar un tesoro enterrado. En el mismo momento en que Elisa Carrió tomaba la denuncia forzada contra la madre de Cristina Kirchner, Marijuan presentó una denuncia contra 52 universidades nacionales, por el dinero que recibieron del gobierno kirchnerista. La acusación de corrupción a 52 universidades es otra desmesura a la que solamente puede darle crédito una mentalidad incondicional. No resiste la más mínima mirada crítica y solamente se puede interpretar como parte del mismo ánimo persecutorio contra una fuerza política. Las investigaciones sobre las que se apoyan estas denuncias parecen más bien carpetazos de los servicios de inteligencia para generar un impacto mediático.
Carrió, que se proyecta como una posible candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires por Cambiemos, y Marijuán, que más de una vez se ha exhibido con dirigentes del massismo, tomaron de Clarín el material para sus denuncias judiciales. El multimedia baja línea en el marco de una disputa entre Cambiemos y el massismo –que llevaría de candidata a Margarita Stolbizer– por la base electoral bonaerense más conservadora y antiperonista que ambos ya han compartido en las presidenciales. Carrió y Stolbizer disputan los mismos votos y usan el denuncismo anti k como argumento exclusivo de sus campañas. La noche antes de denunciar a la madre de Cristina Kirchner, Carrió se reunió con Mauricio Macri. Al presidente le interesa por supuesto la campaña bonaerense, pero también le importa desviar la atención hacia la supuesta corrupción k para atenuar el malestar que se extiende en la provincia por la situación económica.
Opinión
No perdonan ni a la madre
Este artículo fue publicado originalmente el día 16 de noviembre de 2016