No me acuerdo cuando fue la primera vez que escuché The Love Below, pero si me acuerdo cuando no podía parar de escucharlo y eso fue el año 2005, dos años después de que salga. Este álbum es de André 3000, la mitad de Outkast, dúo galáctico de Atlanta USA. De hecho este disco es doble, mitad de André y la otra de Big Boi. Sin entrar tan directo a los detalles geeks informativos voy a tratar de describir lo que sentía cuando escuchaba este disco a esa edad (19 años). Ya bien adentro de un limbo post secundario, mi novia pasaba a la categoría ex novia, mis cuadernos (símil diarios) progresaban en tachaduras adolescentes, sin sostener un trabajo más de 10 días, sin mudarme solo, sin llegar al cenicero, con sin nada…, pero sí con música, bajada, comprada, prestada, wav, mp3, todo tipo de calidades y formas pero siempre las canciones en el orden que el disco exigía.
Mis tíos me invitaron a trabajar a su campo de arándanos en Concordia, Entre Ríos. La tarea era cosecharlos durante dos meses todos los días menos los domingos. Dudé poco y tomé el trabajo, me servía el dinero y alejarme; pero, ¿Y los tiempos libres en el campo? ¿¡solo!?. En esa época en mi porta cd me acompañaban artistas y géneros variados y extremos entre sí (Sean Lennon, Kanye West, Violent Femmes, Todos Tus Muertos, The Roots, Delinquent Habits, M.I.A., Eduardo Mateo) pero ya me venía inclinando mucho por el mundo del hip hop de modo adicto. Faltaba poco para mi viaje y mi amigo Nacho (futuro bajista de JVLIAN, banda que me acompañó muchos años) me quemó unos disco que le había pedido de los cuales veníamos hablando, entre ellos estaba Speakerboxxx/The Love Below y , es loco, empecé escribiendo que no me acordaba cuando fue la primera vez que lo escuché, y ahora, pensando en profundidad al escribir esto, como si fuera un sueño que en la cola del supermercado aparece en la memoria de unx, creo estar recordando que lo escuché entero por primera vez en un componente Philips pedorro que llevé a Concordia, en lo q era mi cuarto/living donde me hospedaba para la cosecha. Se me abría y cerraba el pecho, así también los oídos, no podía con toda la información, que hasta hoy día me sigue proporcionando esta obra, esta música, esta poesía, anglopoesia, palabras elásticas como un camión yanqui pisando todas las velocidades, melodías que desfiguraba el género rap, el género funk, el soul, más bien degenerado, queer, romántico, electrónico con orquesta, con slang del sur de un USA que vomitaba rap for export, pero sin lograrlo a nivel mundial, no aún.
Este disco está, como mencioné, pegado a otro gran disco de Big Boi (Speakerboxxx); fue esta doble obra el anteúltimo disco que hicieron juntos antes de una inminente separación. Cada álbum explota por su propia música, original en ambos casos, pero elijo el de André porque sin dudarlo es con quien hago más empatía musical y me gusta más… pero aclaro (por última vez jajaja) que la obra es un disco doble increíble.
The Love Below es una historia de amor y una revelación en la música para la época. Lo busque pensando que iba a escuchar rap y lo seguí escuchando porque no era nada de eso.
Este álbum tuvo un hit descomunal, en esa época lo tenía que pasar cuando llegaba su turno en el disco porque no lo soportaba, ahora cuando lo escucho, una o dos veces al año lo puedo disfrutar, es un tema excelente que sufrió la maravilla del hit yanqui, me refiero a "Hey ya”, canción pop electrónica con tintes retro acompañada por un video de iguales adjetivos en el que se presenta André para tocar en un especie de talk show donde todos los músicos son interpretados por él, como unos alter ego. Y tuvo otros hits más suaves (y ni tanto) que fueron “Prototype”, una balada marciana mega slow tempo que chorrea Prince, y “Roses” una historia de amor y popularidad bastante adolescente que incluye un feat de Big Boi.
Hay más detalles de este disco: las letras están todas conectadas y se puede hacer una lectura del amanecer de un amor hasta su nocturno final, se dice que también narra lo que fue su experiencia amorosa con Erykah Badu, con quien tuvo una relación durante unos años y un hijo; pero lo que más me queda a mi es la música, un encadenamiento de temas que me hace sentir expandido (incluye sentirse mal y confundido también jajaj).
La cosecha me agotó, el sol que me pegaba en la espalda durante el trabajo subía a mi cabeza y me mareaba, cuando cerraba los ojos a la noche se disparaban imágenes en mi cerebro que imitaban la repetitiva recolección de infinitos arándanos que tenía durante el día, la soledad la enfrentaba con televisión basura por cable, las comidas eran solo o con cosecherxs silenciosxs. Mis tíos aparecían cada 4 o 5 días con esquemas más empresariales y música como Drexler o Caetano Veloso. Nunca había experimentado esa soledad y ese cansancio físico. Una distinguida sensación de estar creciendo se apoderó de mí. Y fue ese disco, esas canciones, la voz de André 3000 con su color verdoso quien me regaló, en esa explosión de circunstancias, el sentimiento de estar perdido en la música y en paz.
Cuando volví me corté el pelo y a los meses empecé a hacer canciones.
Julián Larquier Tellarini nació en1986 en la cuidad de Buenos Aires. Tuvo acercamientos a la música y al teatro desde temprana edad. Asistió a clases de teatro en su escuela primaria y de música en DAMus. A los 15 años empezó a estudiar teatro en el C.C.R.Rojas y danza y música, con diferentes profesores particulares. Trabajó en cine, teatro y danza con Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob, Mariana Chaud, Romina Paula, Matías Piñeiro, Cohn/Duprat, Luis Garay entre otrxs. A los 22 años (2008) fundó junto a su amigo Julian Tello la banda JVLIAN. Esta cuenta con dos disco de estudio: JVLIAN y CRISIS. En el 2018 se desarmó la banda. En el 2019 empezó a trabajar con el sello I NEED SPONSORS y con Federico Ferrer, 0600, como productor. En el 2020 con el seudónimo Dinastía sacó su primer álbum solista Alcazaba, un disco que cuenta con 7 tracks y 4 videos. El sábado 17 de abril se presentará en el Festival Buena Vibra.