La Justicia porteña condenó con cinco días de arresto efectivo a un hombre por hostigar y acosar con métodos amenazantes a una trabajadora que estaba bajo su supervisión en el ámbito laboral. En su resolución, el juez Gonzalo Rúa, titular del Juzgado N° 6 en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad, argumentó que los sucesivos hechos de acoso constatados se produjeron en el marco de una relación de poder marcada por la desigualdad de género y la diferencia de edad y jerarquía dentro del ámbito de trabajo. Además de los cinco días de arresto, el hombre deberá realizar un taller vinculado con temáticas de género.
Aunque los hechos se produjeron en el período enmarcado entre febrero de 2018 y septiembre de 2019, el caso llegó al Juzgado N° 6 en marzo de este año, cuando el debate se llevó a cabo en dos audiencias producidas los días 10 y 11 de este mes. Originalmente, la mujer presentó una denuncia en la Comisión de Igualdad de Oportunidades y Trato (CIOT), que funciona en cada una de las entidades descentralizadas de la Administración Pública Nacional, y de allí la causa se elevó a la Justicia. Si bien el texto de la sentencia no menciona específicamente cuál fue el lugar de trabajo donde se produjeron los hechos, sí refiere que se trató de un ministerio.
En concreto, además de la palabra de la mujer de 34 años, cinco testigos certificaron diversos hechos ocurridos en ese período y dentro del ámbito laboral: entre otras cosas, el hombre, 25 años mayor, le daba besos en la mejilla, le tocaba las manos, la invitaba a salir constantemente a pesar de sucesivas negativas o le decía que se cuidara porque era "linda" y "no quería que se la robaran". Para el juez, esto último da cuenta de una "una situación de control, como si ella fuese un objeto".
Según el magistrado, en su conjunto los hechos conformaron "una serie de actos concretos, ininterrumpidos y persistentes en ese espacio temporal, invadiendo el ámbito de intimidad, que se sucedieron a lo largo del tiempo y fueron subiendo en intensidad, a pesar de que ella pidió que parase”.
Pero además de los "actos concretos", la situación se vio agravada por la desigualdad jerárquica que existía entre ambos, ya que la denunciante respondía directamente al hombre, jefe de Administración y Gestión de Personal de la Dirección de Recursos Humanos, dependiendo de él su estabilidad laboral. Además, en la resolución se detalla que la mujer se encontraba en una situación precaria de contratación, ya que al momento en que ocurrieron los hechos aún no tenía contrato efectivo.
Luego de presentar su denuncia frente al CIOT, ella se dirigió dos veces al director de Recursos Humanos, superior de ambos, para comunicarle que el acoso no se detenía y finalmente terminó por pedir su traspaso a otra área. Cuando el traspaso le fue otorgado, según se consigna en la resolución, el ahora condenado la amenazó a los gritos en medio de la oficina "refiriéndole que le iba a iniciar acciones legales, evidenciando este último episodio una relación desigual entre uno y otro". En efecto, el hombre le envió una carta documento y hasta solicitó un bozal legal ante la Justicia civil.
Por todo esto, el juez Rúa evaluó como agravante de los hechos que estos se hayan dado en el marco de una "relación de poder" caracterizada por "diversos elementos como la diferencia de edad, la jerarquía de él dentro del Ministerio, por la desigualdad de género y por la inestabilidad laboral que revestía la denunciante".
La condena a cinco días de arresto, "de efectivo cumplimiento", que recayó sobre el hombre es la prevista en el artículo 52 del Código Contravencional de la ciudad para quien "intimida u hostiga de modo amenazante o maltrata físicamente a otro". El juez argumentó que la condena "se encuadra bajo la figura genérica de hostigamiento, que abarca acosos laborales y sexuales". Además del arresto, el hombre deberá asistir a un taller de la Defensoría General de la Ciudad, vinculado a cuestiones de violencia de género, y no podrá acercarse a la denunciante por el plazo de un año.