El producto bruto interno (PBI) se redujo un 4,3 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado en relación a igual período de 2019. Con este resultado, la caída de la economía en 2020 terminó en el 9,9 por ciento, por debajo de la merma del 12 por ciento que se pronosticaba meses atrás. De todas formas, los datos publicados este martes por el Indec demuestran el fuerte impacto que tuvo la pandemia sobre la economía nacional.

La crisis económica del 2020 comenzó con las restricciones a la oferta, a causa de las medidas de distanciamiento. Pero rápidamente se transformó en una crisis de demanda, por la caída de los ingresos ante el deterioro laboral. Este escenario se repitió a lo largo y ancho de todo el mundo. En la Argentina, tuvo una serie de particularidades: la pandemia se montó sobre una profunda crisis desatada en 2018 y además encontró al Estado sobre-endeudado y con poco margen de expansión fiscal.

Si bien el Presupuesto 2021 anticipa un crecimiento económico del 5,5 por ciento este año, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró hace unos días que el Gobierno nacional espera un crecimiento base del PBI del 7 por ciento para 2021.

Los números del 2020

La baja de 9,9 por ciento interanual del PBI en el acumulado de 2020 respondió a la disminución de todos los componentes de la demanda. El consumo privado se contrajo un 13,1 por ciento; la inversión, un 13,0 por ciento y las exportaciones, 17,7 por ciento. En el caso de las importaciones, la merma fue del 18,1 por ciento respecto de 2019. 

Por el lado de la oferta, sólo dos sectores crecieron respecto de 2019. Se trata de electricidad, gas y agua (0,9 por ciento) e intermediación financiera (2,1 por ciento). En cambio, los 14 sectores restantes mostraron caídas en el acumulado 2020. El rubro más afectado fue hoteles y restaurantes, con un deterioro del 49,2 por ciento. Le siguieron servicios comunitarios, sociales y personales (-38,9 por ciento), transporte, almacenamiento y comunicaciones (-17 por ciento) y la industria manufacturera (-7,7 por ciento).

A lo largo del 2020, a medida que el sistema de salud se acomodó a las nuevas exigencias y las empresas, organizaciones y los gobiernos fortalecieron sus protocolos, junto con el crecimiento de las necesidades de vastos sectores de la sociedad de salir a trabajar, las restricciones se fueron relajando y con ello mejoró la dinámica económica. Así, el resultado interanual del segundo trimestre del año pasado fue una baja del 19 por ciento, pero la reducción del tercer trimestre se recortó al 10,1 por ciento y en los últimos tres meses del año la baja interanual se ubicó en el 4,3 por ciento.

La comparación del cuarto trimestre del 2020 con el mismo período de 2019 arroja caídas en todos los componentes de la demanda con excepción de la inversión, que subió un 15,9 por ciento, a raíz del buen desempeño de la construcción, maquinaria y equipo y equipo de transporte. En cambio, hubo caídas en el consumo privado, consumo público y exportaciones, del orden del 8,1; 2,6 y 32,5 por ciento, respectivamente.

A nivel sectorial, sobresalió en el cuarto trimestre la mejora de la industria manufacturera, con un alza interanual del 1,6 por ciento. También se registraron subas en comercio mayorista, minorista y reparaciones (3,6 por ciento). En el otro extremo, el sector de hoteles y restaurantes tuvo una baja del 53,8 por ciento.

Si se mirá la "película", como le llaman los economistas, entre el tercer y el cuarto trimestre del año pasado el PBI creció un 4,5 por ciento, con subas en casi todos los componentes de la demanda agregada: la inversión aumentó 17,3 por ciento; el consumo privado, 4,2 y el consumo público, 1,3 por ciento. En tanto, las importaciones mejoraron un 14,1 por ciento. La nota negativa la dio la exportación, que bajó un 8,7 por ciento.