El empresario y dirigente de fútbol Francisco Gustavo "Paco" Mosquera, que estaba sospechado de haber participado del terrorismo estatal, falleció el pasado 22 de marzo sin haber sido juzgado, a pesar de que había sido indagado en 2018.
Mosquera estaba imputado en la Causa 90/10, por apremios ilegales y torturas en perjuicio de Mirta Torres, Graciela López, Olga Plaza, Virginia Guzmán, Teresa Córdoba, Luz Socorro Moreira, Brígida de Torres, Lucía Torres, Néstor Medina, Raúl Pérez Hansen, Lucas Flores y Juan Manuel Ovallo.
En esta causa inicialmente había once imputados. El paso del tiempo y lo que los organismos de derechos humanos describen como "impunidad biológica" dejó a solo siete de ellos. En el camino fallecieron el ex jefe del Ejército en Salta, Carlos Alberto Mulhall; los también militares Benjamín Isidro de la Vega y Miguel Raúl Gentil, que fue jefe de la Policía salteña, además de Mosquera.
La lista de acusados se completa con los militares Luis Dubois y Virtom Modesto Mendíaz, el ex guardiacárcel provincial y ex inspector de la Federal Juan Carlos Alzugaray y los oficiales de la Policía Rodolfo Roberto Arredes, Antonio Saravia y Mario Roberto Galvarino.
El nombre de Paco Mosquera viene asociado al terrorismo estatal incluso desde antes del golpe de estado perpetrado el 24 de marzo de 1976. En el Juicio por la Verdad el detenido político Juan José Ovallo declaró el 3 de diciembre de 2007 que en noviembre de 1974 fue torturado por el propio Mosquera.
El testimonio de Ovallo confirma también lo que ya tiene dicho la Justicia Federal: en Salta el plan sistemático de eliminación de opositores políticos comenzó a aplicarse en 1974, con la caída del gobierno de Miguel Ragone a instancias de la derecha provincial y nacional.
Ovallo fue detenido al día siguiente de la intervención federal al gobierno ragonista, al mediodía del 24 de noviembre de 1974. Entre otros, en su detención participaron Mosquera, un oficial de apellido Macedo y el jefe de la delegación local de la Policía Federal, Federico Livy (f).
Por dos semanas lo alojaron en la sede de la Federal, donde fue torturado con la picana, a golpes de puño y cachetadas y con una prensa, según contó, buscaban que se declarara "subversivo". Luego fue trasladado a la cárcel provincial de Villa Las Rosas, donde permaneció 4 años, hasta 1978 y, en su opinión, “se salvó de casualidad de no ser víctima de la masacre de Palomitas”, dado que conocía a todos los que asesinados el 6 de julio de 1976.
En agosto de 2018 Mosquera fue indagado por el juez federal Julio Bavio en la Causa 90/10.
Ojitos Verdes
Empresario de los rubros de seguridad y la gastronomía, dirigente del Club Gimnasia y Tiro y director técnico, Mosquera fue sido sindicado también como miembro de inteligencia del Ejército, en cuyo listado de espías efectivamente figura.
“Mosquera, Francisco G”, aparece en el 65º lugar en la “Nómina del personal civil de inteligencia que prestó servicios en el Destacamento de Inteligencia 143 entre los años 1976 y 1983”. La información fue dada a difusión por el Ministerio de Defensa de la Nación en marzo de 2010 y publicada en mayo por la Revista 23.
El dosier contiene un total de 4.300 nombres de personal del Batallón 601, el organismo de inteligencia de la dictadura militar. En Salta funcionaba el Destacamento 143. En la lista de miembros del área de inteligencia figuran 93 nombres, entre ellos el de Mosquera, que cumplía la función de “Agente reunión”.
A principios de mayo de 2011, en el primer debate oral por la desaparición de Ragone, el ex intendente de Salta, Juan Carlos Sánchez, contó que el día del secuestro, el 11 de marzo de 1976, Mosquera, a quien identificó como miembro de la Policía Federal, fue quien entregó a los familiares del ex gobernador el zapato que había quedado en la calle Del Milagro al 160, donde se perpetró el ataque.
El 28 de junio de 2011, en ese mismo proceso judicial, el testigo Carlos Melián, ex dirigente del PJ, aseguró que en los años de terror Mosquera integraba los servicios de inteligencia del Estado. “Hay nombres conocidos de gente que era de la Triple A, y que hoy se pasean libremente por las calles. Por ejemplo, uno de ellos era Paco Mosquera, que fue entrenador de Gimnasia y Tiro, que es dirigente de Gimnasia y Tiro. ‘Ojitos Verdes’ le decían”, recordó.
Melián es un reconocido artista salteño dedicado al espectáculo infantil. En la década del 70 militaba en la Juventud Sindical Peronista, un brazo de la CGT, que a su vez respondía a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y estaba enrolada dentro de lo que se calificaba como peronismo de derecha. En el juicio en 2011 recordó que en esos años (no supo precisar el día exacto) Mosquera reunió a jóvenes miembros de la JSP en la casa de Pablo Jáuregui (f), en el residencial barrio Tres Cerritos, para decirles que hicieran “un operativo y si no lo hacíamos éramos desaparecidos”. “Por supuesto que no lo hicimos”, añadió Melián. Explicó que el operativo consistía en “plantar pruebas en casa de dirigentes de izquierda” para que luego se realizaran allanamientos en esas viviendas. En su caso, por ser amigo del abogado Andrés Martinelli (quien fue perseguido por el terrorismo), debía colocarle una prueba falsa en su domicilio.
Melián añadió que después de este desentendimiento no volvieron a ver a Mosquera. Añadió que les “allanaban el domicilio todos los días”. “No sé si estos allanamientos después fueron una especie de intimidación o algo por el estilo”, especuló.
Mosquera era propietario de varias empresas en Salta, entre ellas la firma especializada en seguridad Guardian SRL, que a finales del año pasado se vio involucrada en un escándalo porque sus empleados lesionaron al abogado David Leiva cuando trataba de ingresar a la Ciudad Judicial. Leiva preside la organización de derechos humanos Encuentro Memoria, Verdad y Justicia de Orán y en 2011, como querellante en el juicio por Ragone, fue uno de los impulsores de que se investigue al empresario como presunto integrante de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).