El presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, respondió a las insólitas comparaciones que algunos realizan entre el costo de un vuelo a Rusia de Aerolíneas Argentinas para traer vacunas y el costo por kilo de carga normal en un vuelo corriente, dando a entender que a la Argentina le cuesta el triple cada vuelo a Moscú.
Aerolíneas factura cada viaje a Rusia en unos 300.000 dólares y los críticos dicen que por courier costaría algo más de 100.000 dólares.
La comparación no resiste el menor análisis: es imposible equiparar un vuelo directo, que va sin carga a la ida, con la operación comercial normal que distribuye costos entre ida y vuelta y que significaría esperar turno por semanas, con conexiones en los que no se garantizaría la cadena de frío.
“El costo no sería menor, para nada”, dijo el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani.
Ceriani puso el acento además en que se podría hacer una comparación si existieran vuelos regulares entre una punta y la otra, pero la realidad es que no existen tales vuelos entre Ezeiza y Sheremetyevo, es decir que la equiparación incluso es una fantasía.
La alternativa entonces sería lograr combinación de vuelos, con lugar para la carga, algo que dilata todavía más la operación.
Pero, aún más importante, el presidente de Aerolíneas Argentinas remarcó que no sólo se necesita la conexión, sino mantener la cadena de frío: la Sputnik V requiere conservación a menos 20 grados. Es decir que la carga tendría que estar en depósitos durante varios días a esas temperaturas y habría que encontrar el lugar para semejante volumen. “El costo final no sería mucho menor y la carga demoraría semanas en llegar”, afirmó Ceriani.
En este tema como en casi todos los referidos a la covid-19, lo que prima es la manipulación de datos y el enfoque político opositor. Es conocido que Elisa Carrió incluso recurrió a la justicia para acusar a Alberto Fernández de “envenenamiento” a raíz de la aplicación de la Sputnik V.
Siguieron con la campaña de que no hay vacunas e indefectiblemente se viene otra andanada reclamando la dosis 2 del veneno.
En el camino, propusieron privatizar la compra de vacunas, o sea que el que tiene dinero consiga dosis y el que no tiene dinero que espere. La Argentina no está entre los campeones del mundo de conseguir vacunas (entre otras cosas porque está lejos de competir con las cifras que los países centrales le pagan a los laboratorios), pero tampoco está en la parte de abajo de la tabla: ha logrado un flujo importante y este fin de semana seguramente llegará a la cifra de 5.500.000 vacunas recibidas. La perspectiva es que el flujo continuará y mejorará.
“La opción más adecuada --redondeó Ceriani-- es la contratación de un carguero en una operación chárter como las que el Ministerio de Salud contrata a Aerolíneas Argentinas, a un costo que está por debajo de los valores de mercado y con un servicio imposible de igualar ya que al tratarse de la aerolínea de bandera, absorbe los costos de las contingencias que pudieran ocurrir como demoras, reprogramaciones o cualquier otro evento que pueda surgir”.
Finalmente, el presidente de Aerolíneas marcó la intención política: “algunos de los críticos son conocedores del funcionamiento de líneas aéreas o de comercio exterior y llama la atención que pasen por alto estas nociones tan básicas que pueden ser desconocidas para el público en general, pero que son más que evidentes para cualquiera que tenga alguna experiencia mínima en logística”.
En otras palabras, la comparación hecha por los grandes medios no es otra cosa que una jugarreta política más.