Desde Asunción. “No sabemos que nos quieren hacer, si nos quieren violar o nos quieren matar” dijo Estelvina Armon, que junto a su marido Hilario Ibarra grabaron un video en la comunidad Jasuka Vendá el 20 de Marzo pasado. Piden difundirlo como una manera de protegerse de las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) que intensificaron el amedrentamiento a partir de la visita de la Delegación Argentina de Derechos Humanos -ese mismo 20 de Marzo- que estuvo en los alrededores del Cerro Guazú realizando tareas de observancia frente a las denuncias de amenazas y hostigamiento que vienen haciendo las comunidades del lugar contra las Fuerzas de Tarea Conjunta. Se trata del territorio en donde murieron baleadas las dos niñas argentinas de 11 años y en donde fue vista por última vez Lichita, de 15 años. Este diario publicó el Domingo pasado una nota describiendo el conflicto que existe hoy en las comunidades alrededor de la zona completamente militarizada.


Las Fuerzas de Tarea conjunta están instaladas en el Cerro Guazú con mas intensidad desde que el 2 de Septiembre pasado se dio a conocer el fusilamiento de Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba en un operativo contra la guerrilla. #EranNiñas fue la campaña que repudio este crimen de tortura y lesa humanidad celebrado por el gobierno de Mario Abdo Benitez. Elizabeth Oviedo Villalba de sobrenombre “Lichita” sobrevivió al operativo en el que mataron a sus primas, las niñas habían viajado a Paraguay para conocer a su parientes. Lichita, hija de Carmen Villalba, integrante del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) y actualmente presa, estuvo perdida hasta que fue vista por última vez el 30 de noviembre pasado por su tía Laura Villalba, quien vivía en Argentina desde hacía 10 años. Laura se encuentra detenida acusada de ser parte de la logística del EPP en el Penal Militar Viñaas Kué en donde es la única mujer. Allí se está completamente aislada y con la excusa de los protocolos por Covid no permitieron que la visitara la comitiva Argentina.

En este contexto, las comunidades de la zona son amedrentadas, no se les permite salir para hacerse de sus medios de supervivencia, por eso piden desesperadamente que se difunda su palabra como modo de protección.