Con una "condena histórica", este viernes el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº5 dio a conocer la sentencia contra Cristian Ezequiel Scigliano, condenado a catorce años y seis meses de prisión efectiva bajo la carátula de “homicidio agravado por odio a la identidad de género y su expresión" y por tratarse de un crimen que cometió "un hombre contra una mujer mediando violencia de género en grado de tentativa”. La figura es la misma que la Justicia utilizó en 2018 para condenar al culpable del travesticidio de Diana Sacayán. La abogada Luciana Sánchez, quien acompañó durante el juicio a la querella, integrada por la denunciante María Celeste Sequeira, remarcó que se encuentran vigentes otros procesos por agresiones a personas de la comunidad travesti y trans y que "no se trata de una banda organizada" sino que "el travesticidio y el transfemicidio reflejan la cultura de privar de la vida a las compañeras travestis y trans”. Los fundamentos de la condena, que los jueces Fátima Ruiz López, Adrián Perez Lance y Enrique Gamboa resolvieron por unanimidad, se darán a conocer el próximo 6 de abril.
“Estos hechos son graves no sólo por la afectación a la vida que puedan tener sino porque van contra la identidad de género, contra la libertad de una persona de ser quien se siente que es”, explicó durante los alegatos el fiscal general Juan Manuel Fernández Buzzi, y agregó que "Scigliano utilizó distintas formas para agredirla no sólo para matarla, sino para mostrar su odio". El Ministerio Público Fiscal (MPF), en línea con lo solicitado por la querella, había pedido una pena de 20 años de prisión, incluyendo los cargos por robo, ya que el imputado se llevó de la casa de la denunciante mil dólares que ella guardaba en el placard. Por este delito el Tribunal agregó la figura de "hurto calamitoso" a la condena. Este viernes se dio a conocer el veredicto, en el que los jueces dispusieron además que Scigliano tiene prohibido contactar a la víctima telefónicamente, por correo electrónico, mensaje de texto, redes sociales o cualquier otro medio, o mediante otras personas.
“A Celeste le costó dos años de su vida y el declarar más de una vez todo lo que le sucedió en carne propia. Hay muchas cuestiones que las compañeras vienen reclamando a la Justicia y estas son oportunidades para impulsar esos cambios”, señaló Sánchez en una conferencia de prensa virtual que luego de conocer el veredicto brindó el Movimiento Trans Nadia Echazú, y explicó que "lo importante es que se reconoce el odio a la identidad de género, que tiene que ver con el derecho a expresar libremente esa identidad, y por otro lado reconoce el derecho de las mujeres a vivir libre de violencias".
Sánchez remarcó que "la voz de las querellas en las causas de género y transfeminismo es muy importante" y recordó que en Tucumán se está por llevar a cabo el juicio por el transfemicidio de Ayelén Gómez, y que sigue abierta la causa por el travesticidio de Melody Barrera, la joven trans asesinada en la localidad de Guaymallén, en Mendoza. “Hay otros casos, como el de Roberta, en La Plata, en los que no reconocen el odio a la identidad de género”, advirtió la abogada y remarcó la centralidad del rol de las amigas y compañeras de la denunciante en las tareas de recoger la prueba y acompañar durante todo el proceso.
"Esta sentencia da cuenta de que unidas y organizadas podemos llevar a la Justicia a nuestros agresores y femicidas”, afirmó Martina Ansardi, referente de la organización La Nelly Omar. Por su parte Melisa De Oro, de la misma organización, agregó que “todas las travestis hemos sufrido alguna vez maltratos y hemos escapado de intentos de homicidios; todas hemos vivido la impotencia de un sistema policial que lo único que ha hecho con nosotras es perseguirnos y hostigarnos” y reclamó: "basta de crímenes de odio, merecemos respeto y dignidad".
El caso
El 14 de agosto del 2019 Scigliano llegó al departamento donde vivía María Celeste Sequeira, en el barrio porteño de San Nicolás, con la excusa de hacer arreglos en el baño. Según precisó la Fiscalía, en las horas previas hubo un intercambio de mensajes entre ellos en los que él insistía para ir y ella se negaba. Finalmente el hombre se dirigió a la vivienda. En un momento, ella fue al baño a ver qué era lo que él hacía y sufrió una descarga eléctrica que la hizo caer el suelo y fue entonces cuando el imputado empezó a agredirla, utilizando un martillo con el que la golpeó varias veces en la cabeza.
"Me decía morite, morite. Yo dije: me voy a hacer la muerta porque no va a parar hasta matarme", relató Sequeira en una entrevista televisiva. Scigliano le rompió la ropa, intentó asfixiarla y después la llevó hasta la ventana, aunque no pudo abrirla. Cuando el imputado se fue del departamento, Sequeira tenía, entre otras heridas, una fractura de cráneo. En busca de ayuda tocó la puerta de una vecina, que la asistió hasta que fue trasladada al Hospital Argerich, donde estuvo internada varios días.
"Yo luché para dejar un mensaje de que no estamos solas, que juntas podemos lograr muchas cosas", señaló Sequeira durante la conferencia de prensa luego de conocer el veredicto contra Scigliano y remarcó que, junto con sus compañeras y la abogada querellante, lograron que "se pusieran --la Justicia-- de nuestro lado por más que hayamos tenido a la Policía que no nos favorecia en nada, porque no me tomó la denuncia como un intento de femicidio sino sólo como un robo”.
Tanto las activistas del Movimiento Trans Nadia Echazú como la abogada Sánchez remarcaron la importancia de la sentencia de 2018 contra Gabriel Marino, el asesino de Diana Sacayán, ya que fue la primera vez que la Justicia utilizó la figura de travesticidio. En octubre del año pasado la Cámara Nacional de Casación Penal decidió quitar el agravante de "odio a la identidad de género" al ratificar la pena de prisión perpetua contra Marino. En este sentido, tal como señalaron las referentes, la sentencia contra Scigliano "marca un verdadero hito dentro de la lucha travesti trans".