Cuarenteñeros/as, estamos viviendo tiempos complicados, y eso que ya sé que todos los tiempos lo fueron, lo son, y probablemente lo serán. Discépolo decía "que el mundo fue y será una porquería" antes de la Covid, la virtualidad hegemónica, las posverdades llevadas al rango de entidad, las psicosis personales o colectivas sancionadas como leyes, las psicopatías naturalizadas, la violencia incorporada a lo cotidiano y estudiada con microscopio (como cuando la medicina alemana del siglo XIX estaba muy preocupada por diagnosticar las enfermedades, pero el tratamiento le importaba un décimo de bledo), etceterexit.
Nada de eso llegó a ver Discépolo, y ya había vaticinado la porquería mundana. Mi optimismo irredimible, que guardo en un rincón secreto (y aprendí de Poe que la mejor manera de esconder algo es dejarlo a la vista de todos, pero que no se sepa que es secreto), me lleva a decir que el mundo es una porquería, pero no todo: también están el amor, el humor, la comida, el sexo, los hijos, los amigos, los seres queridos, el psicoanálisis, el buen cine y las buenas series, los libros, la calle cuando esté sin Covid al acecho, los proyectos, los encuentros... Y pueden usted y usteda seguir la lista a su gusto y a su gusta.
Pero vivimos tiempos en los que igual, o más que nunca, todo viene muy mezclado, o se encargan de mezclarlo como para que elijamos lo que nos hace mal (sea en la comida, en la pareja o en la política) y descartemos lo que nos puede hacer bien. Simplemente porque es negocio.
Lo que puede ayudar a salvarnos de eso es la memoria. Para no repetir los mismos errores (y eventualmente prevenir los nuevos). Creer que todo empieza hoy y que la historia pierde frente a la tecnología actual, es un muy buen negocio de los que nos mienten micro-, macro-, mega-, giga-, tera- o enteramente. Para ellos, “enterarse” es “meterse en un tera” de datos falsos o ciertos, pero no distinguibles unos de otros.
Para eso, para recordar, van estos datos, frases, reflexiones:
* Hace 45 años, el 24 de marzo de 1976 era miércoles, como este año.
* Mientras camiones repletos de soldados armados recorrían el país, otros (autos, camiones), más difusamente, “iban a buscar” a opositores y los encarcelaban o los asesinaban (caso Alberte, por citar un ejemplo). En la tele, nada. Luego, al mediodía, el partido en el que Argentina venció a Polonia 2 a 1, en Polonia.
* Por la noche, un montón de “comunicados número...” anunciaban que todo estaba prohibido, salvo lo que estaba prohibidísimo. Luego explicaban lo que le podría ocurrir a quien “así no lo hiciere”. Terminando con una voz terrible que decía “o muerte”.
* 23 de marzo de 1976. Titulares de diarios: “Es inminente el final / "Todo está dicho” (La Razón, 6ª). “Movimiento de tropas” / "Casildo Herrera en Uruguay: 'Me borré'” (Crónica, 6ª).
* 24 de marzo de 1976. Titulares de diarios: “Las Fuerzas Armadas asumen el poder: detúvose a la presidente” (La Nación). “Nótese” el “detúvose”, impersonal, como si la hubiera detenido algún fantasma o qué: todo un estilo, perfecto partener del “potencial” de su medio socio, donde todo “ocurriría, podría, habría”. “Nuevo gobierno” (Clarín, en cuerpo catástrofe; aunque su posterior trayectoria mediática hace pensar que la única catástrofe para ellos era el cuerpo de su titular). “Gobierna la Junta Militar / "Los tres comandantes prestaron juramento en el edificio Libertador” (La Opinión)[1].
* Nótese..., diríase..., podría eventualmente notarse... que ninguno de los tres medios hizo mención alguna al hecho que "hubiera o hubiese provocado" sus titulares, aunque podrian haberlo hecho, aun en su retórica escurridiza: “Habría habido un golpe de Estado”, “Instáurose una dictadura militar”, “Se destruiría el país social, política y económicamente", “Anuláronse los derechos constitucionales y perseguiríase a los opositores, a quienes simpatizaren con ellos, a quienes se autopercibieren como tales o a quienes dieren el look de serlo”.
* Es entendible que, para salvaguardar sus propias vidas, los medios de aquel entonces no usaran estas palabras, pero sí es muy llamativo que esquivaran la expresión "golpe de Estado". Algún centenial mal informado podría llegar a creer que la presidente de aquel entonces tuvo muchos “me irrita” en su face y entonces se retiró. No fue así.
* Aclaración innecesaria: no mencionamos el titular de ese día en este mismo medio simplemente porque recién aparecería 11 años después, en mayo de 1987. Pero sí sabemos que muchos de los periodistas que integrarían su plantel fueron perseguidos, encarcelados o incluso tuvieron desaparecidos entre sus seres queridos.
* El 2 de abril de 1976, el “Programa de reordenamiento de la economía nacional", discurso de JAM de Hoz (no, no es MMLPQTP, aunque se parece), anuncia:
1. Libertad de precios (salvo los remedios, que seguirán tan carísimos como antes).
2. El salario (uno solo, a repartirse entre todos los trabajadores) será definido por el gobierno.
3. Aumento de los combustibles y el gas (¿cuánto? ¡Mucho!: el Rodrigazo del '75 no les había alcanzado).
4. Modificación del régimen impositivo. Nuevos gravámenes (impuesto al pensamiento agregado, impuesto al uso del cerebro, impuesto a la barba y así).
5. Anulación de la Ley de Inversiones Externas. Las leyes suelen ahuyentar a los inversores externos, la mejor manera de brindarles “seguridad jurídica” es decirles que vengan y hagan lo que quieran, que nadie les va a decir nada (¡es para Aranguren, Prat Gay y Dujovne, que lo miran por tevé!).
Hubo mucho más, y mucho peor. Pero lo más peor sería que nos olvidásemos de que todo eso pasó, que hay quienes siguen militando el olvido y que tienen medios con que hacerlo. Muchos de esos medios fueron conseguidos, justamente, gracias a la dictadura o a quienes se olvidaron de ella y trataron de hacernos olvidar.
Sugiero al lector acompañar esta nota con el video “Rap de la memoria / ¡Pa, pa, pa, Patricia!", de RS Positivo (Rudy-Sanz):
[1] Fuente de los titulares citados: Decíamos ayer, de Eduardo Blaustein y Martín Zabaleta, Colihue, 1998, cuya lectura recomiendo.