Desde Santa Fe
El gobierno de Omar Perotti responsabilizó a Miguel Lifschitz por el operativo del Frente Progresista en la Legislatura para “estigmatizar” al ex ministro de Seguridad Marcelo Sain e impedirle que reasuma su cargo de director del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación (MPA) que ganó por concurso durante su mandato, en 2018. El ex gobernador detalló esta semana que “hay muchos fundamentos” para que Sain no vuelva a dirigir la agencia que investiga los delitos complejos en la provincia y entre ellos mencionó una supuesta “agresividad”, la “descalificación permanente” y hasta le atribuyó un presunto “grado de fanatismo”. En el retruque de la Casa Gris, el ministro de Gestión Pública Marcos Corach preguntó cuál es la verdadera causa de “este esforzado intento” de Lifschitz y su bloque para “alejar a Sain de un puesto que ganó en buena ley”. “¿Es la agresividad?” “¿O es que tienen miedo?” “¿No será que tienen tanta cola de paja que desesperan por operar, estigmatizar y quitar del medio al responsable de que hayan salido a la luz los vínculos y la imperdonable connivencia del gobierno socialista con el mundo criminal?”
El operativo contra Sain quedó a la vista apenas el ex ministro dejó su cargo en la Casa de Gobierno, hace nueve días. El jueves, le iniciaron un juicio político para desplazarlo de un cargo en el gabinete que ya no ocupa. Le quieren aplicar las leyes anti Sain, que no existen porque Perotti las vetó en diciembre del año pasado. Veintidós diputados que lidera Lifschitz --a quienes se sumaron Amalia Granata y cuatro que responden a Mauricio Macri-- solicitaron al fiscal provincial Jorge Baclini que obstruya la vuelta de Sain al Organismo de Investigaciones. Y el jefe del bloque del Frente Progresista Pablo Farías lo denunció ante el INADI por dichos del ex ministro que se editaron de un “audio robado”. ¿Robado? “Si, en la guerra de la Legislatura contra Sain vale más un audio robado que escuchas judiciales”, dijo Jorge Lagna, quien lo sucedió al frente del Ministerio de Seguridad.
Las “escuchas judiciales” que mencionó Lagna son las que se ventilaron ante el Tribunal Oral Nº3 de Rosario en el juicio al ex jefe de Drogas Peligrosas en el sur de la provincia, Alejandro Druetta, condenado a 10 años de prisión por “tráfico de estupefacientes, en la modalidad de comercio, doblemente agravado por haberse cometido mediante la concurrencia de tres o más personas en forma organizada y por su condición de funcionario público”. Se trata de conversaciones telefónicas de Druetta -que éste guardaba en su computadora- con distintas personas, entre ellas el diputado radical, Maximiliano Pullaro y su colega el senador Lisandro Enrico. Los diálogos --que Sain remarcó en público-- revelan el trato que Druetta tenía con los dos legisladores del Frente Progresista: a Pullaro lo saludaba en tono afectuoso (“Hola máquina”) y hasta lo llamaba “Maxi”. Enrico llegó a decirle al policía que debía sentirse “cien por ciento respaldado”.
Lifschitz alentó el pedido a Baclini para que Sain no vuelva a dirigir el Organismo de Investigaciones del MPA, que firmaron los 22 diputados del Frente Progresista, más Granata y los cuatro macristas. “Hay muchísimos fundamentos para sostener ese pedido que se le formula al fiscal general”, dijo por LT8. “Sain es una persona que ha demostrado un alto nivel de agresividad y descalificación permanente hacia todos los dirigentes del arco opositor, periodistas y otros actores de la sociedad. Difícilmente una persona pueda cumplir un rol con ese grado de fanatismo”, sentenció. Entre los firmantes están los doce socialistas y ocho radicales del bloque de Pullaro. Seis de ellos (Farías, Joaquín Blanco, Clara García (PS), Marlen Espíndola, Georgina Orciani (UCR), y Julián Galdeano de Juntos por el Cambio) son los que abrieron el juicio político.
El ministro Corach se encargó de responderle a Lifschitz. Lo interpeló sobre las verdaderas causas de lo que Lagna llamó la “guerra de la Legislatura contra Sain”. “¿Son los ‘niveles de agresividad’ los que explican este esforzado intento de alejar al ex ministro Sain de su cargo concursado en buena ley? ¿O es que tienen miedo?”, preguntó Corach. “¿No será que tienen tanta cola de paja que desesperan por operar, estigmatizar y quitar del medio al responsable de que hayan salido a la luz los vínculos y la imperdonable connivencia del gobierno socialista con el mundo criminal?”
“Todos sabemos --dijo el ministro de Perotti-- que lo revelado hasta acá por Sain es el principio de algo muy oscuro y profundo que afecta a la provincia y a la seguridad de todos los santafesinos de manera directa. ¿No será que quieren que más que el principio sea el final y que de ese modo no se sepa más nada?”.