Las Margaritas han esparcido su polen musical por toda la provincia de Catamarca, un nuevo soplo que se va regando por el país, en el que germina un canto nuevo, una forma nueva de escuchar y de percibir la música como gesto político de la mujer.

En 2017 un grupo de mujeres músicas catamarqueñas juntaron sus voces a partir de una demanda, “Por más mujeres en los escenarios”. El nombre del colectivo hace honor a la cantante y compositora Margarita Palacios, nacida en Santa María y una de las voces más destacadas del folklore argentino, “su fuerza para abrirse camino permanece y palpita en nosotras”, expresan desde el movimiento de mujeres músicas.

Catamarca/12, se contactó con Belén Parma y junto a las Margaritas Celina Galera, Lorena Santillán, Vane Martínez, Natalia Brizuela Cesar, Bren Coll y Emilce Quinteros, contaron sobre los logros, expectativas y principales problemas a los que han tenido que hacer frente en el escenario musical de la provincia.

“El colectivo surgió en un momento de ebullición histórico, como muchos otros, que se levantan a lo largo y ancho del país, para hacer frente a las problemáticas comunes en los ámbitos de desarrollo donde las mujeres han decidido cuestionar y redefinir el rol a ocupar de aquí para delante”, define una sus caras más visibles, Belén Parma.

Las Margaritas reclaman ser incluidas, convocadas, escuchadas, difundidas, respetadas, bien pagadas, “venimos creando estrategias diferentes para visibilizar esta demanda y su cantar. Está claro que la realidad de las artistas músicas en Catamarca es idéntica a la del resto del país, si no más compleja, ya que se ve atravesada por una idiosincrasia de cultura machista con raíz folclórica tradicionalista y religiosa muy marcadas”, señalan las músicas.

En el noroeste argentino, antes de la pandemia, se organizaban decenas de festivales de folklore cada año en distintas localidades, una de las características históricas de estos festivales es la preeminencia de músicos varones en los escenarios, lo cual es un reflejo del mercado musical. Contra esta realidad, las Margaritas juntaron esfuerzos para visibilizar a las artistas de la provincia. La movida comenzó con conciertos organizados y producidos por ellas mismas, luego fueron por una ley provincial de cupo femenino que entró en vigencia este año.

“Lo cierto es que en Catamarca las condiciones para el desarrollo profesional de las músicas mujeres no son fáciles, hay prejuicios y temores enraizados que derribar. Los hombres, encargados habitualmente de tomar las decisiones o establecer las políticas vinculadas al armado de grillas y convocatorias de artistas para espectáculos y festivales prefieren a los de su propio género. Incluso las mujeres a cargo de los espacios de poder valorizan las voces potentes y varoniles y los instrumentistas en concordancia”, señalaron.

Quizás el hito más importante de las Margaritas es haber impulsado y logrado la Ley 5674 de Cupo Femenino Para la Música, una conquista que asegura la representatividad de las mujeres músicas en eventos artísticos en vivo y similares, de carácter público y/o privado, que se realicen en Catamarca.

La sanción de la ley se concretó el 26 de noviembre de 2020 y entró en vigencia en enero de este año. La ley establece que los eventos de música en vivo y cualquier otra actividad organizada de forma pública y/o privada -implique o no lucro comercial- y que para su desarrollo convoque a un mínimo de tres artistas o agrupaciones musicales, debe contemplar la representatividad femenina en función de una proporción mínima del 30%, a saber: tres artistas, un cupo; cuatro artistas, un cupo; cinco artistas, dos cupos; seis artistas, dos cupos; siete artistas, dos cupos; ocho artistas, dos cupos; nueve artistas, tres cupos y diez artistas, tres cupos.

La norma también establece que, a partir de los once artistas programados, se entiende que el cupo femenino se cumple cuando éste represente el cincuenta por ciento (50%) del total de artistas solistas y/o agrupaciones musicales de la grilla.

La autoridad de aplicación de la Ley será el Instituto Nacional de la Música (INAMU), a través de su Sede Regional NOA. Y para ser contempladas, las mujeres músicas deberán estar registradas en el Registro Nacional que promueve el INAMU.

Con respecto a las expectativas que la ley genera, las representantes señalaron: “Creemos que se va hacer efectiva de manera progresiva, hay mucho por trabajar, hace falta mucha educación. Las denuncias las debemos hacer desde el colectivo, no hay nadie más que lo haga”, afirmaron.

Las Margaritas trabajan actualmente en un censo de todas las mujeres músicas de la provincia, con el mismo impulso inicial de seguir visibilizando y difundiendo la música hecha por mujeres y para crear una red provincial que permita activar espacios de presentación.

El movimiento cobró trascendencia nacional, lo que les ha permitido participar de encuentros de músicas de la agenda de género del INAMU para debatir y reflexionar sobre la situación de las mujeres y disidencias en la música, así como han acercado propuestas para integrar el progrma Unísono.

Así, estas mujeres artistas siguen esparciendo sus voces y lo que germina con ellas es político, un canto al derecho y al reconocimiento. Las Margaritas no son flores románticas con aroma de mujer, sino semillas silvestres que buscan crecer con libertad en un campo que les pertenece.