Dentro de un año exacto, el mundo deberá conocer cuáles serán los 32 seleccionados clasificados para el Mundial de Qatar. Y aunque parezca que hay tiempo de sobra, es una incógnita la manera en la que el fútbol sudamericano completará la clasificación. Se han jugado apenas cuatro fechas, faltan 14 por disputar y no se sabe si se las podrá disputar. El avance de la pandemia y la negativa tajante de los poderosos clubes europeos a ceder sus jugadores obligó a postergar la 5ª y la 6ª jornada que debía realizarse entre la semana pasada y ésta y abre gruesos interrogantes acerca de cual será la postura hacia junio, con la 7ª y 8ª fecha y la Copa América. La idea que Lionel Messi, Neymar, Luis Suárez, Arturo Vidal y otras estrellas pasen 45 días dando vueltas en un continente arrasado por el coronavirus tensa los nervios de los arrogantes dirigentes y empresarios europeos. Es un riesgo que haran todo lo posible para no tener que correr.
Conmebol sorteará la próxima semana la fase de grupos de la Copa Libertadores y parece dispuesta a jugar la Copa América cuya sede compartirán Argentina y Colombia. Incluso analiza habilitar para junio un aforo del 30 por ciento de la capacidad de los estadios para no ofrecerle al mundo el espectáculo de las tribunas despobladas. Pero desde las oficinas de Luque, en Paraguay, no ha partido un sólo indicio que permita suponer como y cuándo seguirá la clasificación rumbo a Qatar. En este tema, no alcanza con la voluntad política de Alejandro Domínguez, el presidente de la entidad continental, y de los titulares de las diez asociaciones nacionales. Hay algo mucho más potente por encima de todos ellos y es la firme postura de los clubes-estado y clubes-empresa de Europa. Tan inconmovible que ni siquiera Gianni Infantino, el mandamás de la FIFA, pudo convencerlos de dar los jugadores para jugar las fechas de marzo de las Eliminatorias.
Cada vez queda menos espacio para que Conmebol siga pateando la pelota hacia adelante y no tome una decisión respecto de que hará con el tema. La final de la Champions se jugará el sábado 29 de mayo en Estambul (Turquía), tres días antes en Gdansk (Polonia) tendrá lugar la definición de la Europa League y, en ese mes, también terminan las más importantes ligas europeas. Recién en junio quedarán liberados los futbolistas para venir a jugar a sus selecciones. Tal vez el cierre de las principales competencias europeas ablande la cerrada negativa de los dirigentes. Pero Sudamérica debería tener ya un plan B si eso no sucediera.
Si los jugadores tampoco fueran cedidos en junio, habrá que replantear sobre la marcha el actual esquema porque ya no quedarán fechas para completarlo en tiempo y forma. Salvo que se haga lo que la Argentina propuso y nadie aceptó: jugar con los que participan de los torneos locales y de las ligas de México y EE.UU. Una moneda al aire que puede convertir las Eliminatorias en una competencia mucho más imprevisible de lo que hasta ahora ha sido.