Desde Brasilia
Cayó el canciller brasileño, Ernesto Araújo. Es el segundo ministro devorado en seis días (el anterior fue el titular de Salud, Pazuello) por la crisis política más grave desde que Jair Bolsonaro llegó al gobierno en enero de 2019.
La renuncia fue presentada hoy al mediodía cuando el mandatario recibió en el Palacio del Planalto al diplomático de extrema derecha, que la semana pasada citó en el Senado una frase en latín que era repetida por Benito Mussolini.
La renuncia de Araújo, un bolsonarista íntegral ( e integrista) fue publicada en los diarios Folha de San Pablo y O Globo, y dada como segura por fuentes parlamentarias consultadas hoy al mediodía por PáginaI12.
El detonante fue la polémica entre Araújo y senadores que le enrostraron la falta de gestiones diplomáticas para obtener vacunas en el exterior cuando Brasil se convirtió en el epicentro de la crisis sanitaria, siendo el país con más muertos por día en todo el mundo desde hace por lo menos dos semanas.
El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y el titular de Diputados, Arthur Lira, los dos oficialistas, exigieron la salida de Araújo, en línea con otros congresistas que amenazaron realizar un impeachment con el ministro saliente. E insinuaron que no descartan la idea de un juicio político contra el propio Bolsonaro.
La pandemia fuera de control y el retorno de Luiz Inácio Lula, gracias a la restitución de los derechos políticos de los que fue privado en 2018 para facilitar la victoria de Bolsonaro, están demoliendo la gestión del capitán retirado.
Con Lula agigantado, de vuelta al ring, colocando la vacuna como cuestión principal y llamando a los principales líderes mundiales a una cumbre extraordinaria por la pandemia, Bolsonaro se vio al espejo y comprendió lo que es: un personaje diminuto sin proyección internacional.
Luego de que enviudó de su hacedor, Donald Trump, Bolsonaro perdió su brújula diplomática, quedando aislado, sin interlocutores ni siquiera de derecha, que lo ven como un caso de psiquiatrico.
Sin currículum para asumir el Palacio Itamaraty, Araújo conquistó cierta notoriedad en el ambiente diplomático por un líbelo aparecido en 2017 donde caracterizó a Donald Trump como el salvador de Occidente en una cruzada ante el marxismo cultural. Un gramsciano al revés.
Sus enemigos son la ONU, la OMS, la igualdad de género y la amenaza comunista escondida detrás de cualquier crítico a la dictadura militar.
Desde esa mirada oblicua Araújo cargó contra el gobierno chino el año pasado cuando surgió la pandemia del coronvirus, Siguiendo el guión dictado por Bolsonaro y su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro.
El ahora excanciller atribuyó el virus a una conspiración en la que estaría envuelto hasta el Partido Comunista de China. Estas afirmaciones desataron la nada frecuente ira del embajador Yang Wanming, quien, de hecho, suspendió las relacione con Araújo, justo cuando Brasil más necesitaba de la diplomacia de la vacuna para acceder a los fármacos del gigante asiático.