Martín Soria asumió formalmente en el Ministerio de Justicia con una apelación al diálogo y al consenso, que serán fundamentales para conseguir los votos que el gobierno necesita para destrabar los proyectos de reforma que están en el Congreso y para lograr designar a un nuevo procurador.
En una breve ceremonia, el presidente Alberto Fernández le tomó juramento este lunes por la tarde a Martín Soria en el Museo del Bicentenario. "Es una alegría que estés con nosotros", le dijo el Presidente. Fernández, además, le agradeció a la ministra saliente Marcela Losardo, a quien definió como una entrañable que había hecho exactamente el trabajo que él le había pedido al frente del ministerio.
Soria estuvo acompañado por parte de su familia y por varios ministros, incluido el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Estaban presentes el presidente del Consejo de la Magistratura, Diego Molea, y el vicepresidente, el juez Alberto Lugones. Asistió también Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados.
Los desafíos
La relación con Diputados -- un territorio que Soria conoce y transitó hasta el sábado pasado -- es clave porque ahí están trabados tanto el proyecto de la reforma judicial como el de la reforma de la ley del Ministerio Público, que flexibiliza la mayoría necesaria para designar un nuevo procurador y reduce el mandato del jefe de los fiscales. La prioridad está dada por la designación de un nuevo procurador, que permita avanzar con la implementación del sistema acusatorio y que deje atrás el largo interinato de Eduardo Casal, apoltronado en el edificio de la calle Perón al 600 desde finales de 2017, cuando el macrismo -- con la ayuda de la justicia federal -- forzó la salida de Alejandra Gils Carbó. El candidato del gobierno sigue siendo el juez federal Daniel Rafecas.
Parte de la reforma para una justicia con empatía y legitimidad social -- como Soria anunció en su cuenta de Twitter -- es la introducción de la perspectiva de género para operadores y operadoras judiciales. Para eso, tendrá una aliada clave en la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, que viene reclamando que la Corte Suprema se capacite -- como establece la Ley Micaela -- y que la Casación Federal tome medidas por los mensajes misóginos del camarista Juan Carlos Gemignani. Ambos ministros ya conversaron y es probable que se reúnan en los próximos días para avanzar en la agenda conjunta.
La relación con la Corte será prioritaria. Soria dijo que entre sus primeras medidas estará pedirle una reunión al tribunal que preside Carlos Rosenkrantz. En la Corte dicen que, por el momento, no hubo contacto oficial. De hecho, Rosenkrantz está de licencia hasta el próximo lunes, por lo que es probable que no haya encuentro esta semana -- que es breve por los feriados de Pascuas.
El eje en el Consejo
Como diputado, Soria fue una de las voces de denuncia del lawfare. Fue quien analizó los ingresos a la Casa Rosada del presidente de la Cámara Federal de Casación, Gustavo Hornos, durante el macrismo y detectó que el camarista se había visto con Mauricio Macri en, al menos, seis oportunidades. Soria denunció penalmente a Hornos en la causa en la que se investiga el accionar de la mesa judicial macrista, de la cual el propio Soria es uno de los impulsores. Además, pidió su remoción ante el Consejo de la Magistratura. Lo mismo hizi con otro de los emblemas de la justicia durante el macrismo, el presidente de la Cámara Federal, Martín Irurzun, que dio origen a la "doctrina" que permitió la prisión preventiva de funcionarios kirchneristas durante el gobierno de Macri.
La relación con el Consejo será uno de los ejes de la gestión de Soria. Allí quien ordena las piezas es el representante del Ejecutivo, Gerónimo Ustarroz, el hermano del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
En el Consejo interesa el destino de los expedientes disciplinarios más calientes, entre los que se cuentan las denuncias a Hornos, Gemignani y Eduardo Riggi -- todos integrantes del máximo tribunal penal del país. Pero, además, la clave pasa por lograr los acuerdos para avanzar con designaciones fundamentales. Sólo en los célebres tribunales de Comodoro Py, la administración de Fernández debe completar dos casilleros en la Cámara Federal -- los que ocupan actualmente Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi -- y designar a los titulares de los juzgados que dejaron vacantes Sergio Torres, Claudio Bonadio y Rodolfo Canicoba Corral. Si Rafecas va a la Procuración, ya serán cuatro los juzgados a cubrir. Comodoro Py es sólo una muestra. En el Consejo se entusiasman con tener avanzado el concurso para la Cámara para mediados de año y en avanzar todo lo que la pandemia permita.
Un cambio de perfil
Martín, de 45 años, es el hijo de Carlos Soria, el exgobernador de Río Negro y exjefe de la Secretaría de Inteligencia (SI) durante el gobierno de Eduardo Duhalde. El Presidente destacó su conocimiento de los tribunales de Comodoro Py, donde trabajó en el juzgado de Juan José Galeano, el magistrado que terminó destituido por su accionar el caso AMIA. Soria también ejerció como relator del juez Arturo Pérez Petit en la Cámara Federal de General Roca antes de dedicarse de lleno a la política provincial.
Soria fue legislador provincial y durante ocho años intendente de General Roca. Es actualmente el presidente del Congreso del Partido Justicialista (PJ) en Río Negro. Cultor de un discurso fuerte y agudo, algunos vaticinan que esa inclinación puede dificultar la búsqueda de consensos, algo que el propio Soria buscó despejar en sus redes sociales tras la asunción.
Su llegada al ministerio se da después de casi un mes surcado por el recambio en la cartera estratégica. Losardo no participó de la jura, pero ya trascendió que aceptó la oferta del Presidente de asumir la representación del país ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, que quedó vacante tras la muerte de Fernando "Pino" Solanas.