Una joven de 21 años falleció cuando la motocicleta en la que iba, junto con su novio, fue arrollada durante una persecución policial a dos jóvenes que iban en otra moto. La información policial aseguró que la joven fue atropellada por la moto que era perseguida, pero la madre de la víctima declaró a los medios que hay testigos que dicen “que el patrullero atropelló a la moto que perseguían y que luego cayó sobre la moto en la que iba mi hija”.

“Yo quiero ver las filmaciones de las cámaras de seguridad, porque quiero saber si mi hija murió por culpa de la policía o por culpa de los delincuentes”, aseguró la madre de Milagros Silva, la joven fallecida. El caso es investigado por una fiscalía, mientras que se abrió otro expediente para investigar las causas de la muerte, en una comisaría, de uno de los jóvenes que eran perseguidos porque iban “en una moto robada”, según la versión policial (ver aparte). Fuente judiciales admitieron que esa muerte abre dudas sobre el accionar policial, que se inició en una persecución sobre tres motos "en actitud sospechosa" y que luego se limitó a solo una de ellas. 

La persecución había comenzado en Morón, siguió por Ituzaingó y finalizó en Castelar, donde se produjo la tragedia. La madre de la joven fallecida sostuvo que los testigos y el novio de su hija, quien se recupera de las heridas recibidas, aseguran que “el móvil policial iba sin balizas encendidas y no hacían sonar la sirena, de manera que ellos (su hija y su pareja) nunca se dieron cuenta de que había una persecución” policial. Como agravante, la mujer dijo que la zona en que ocurrió el hecho “es oscura, por las noches es una boca de lobo”.

Los dos jóvenes perseguidos fueron detenidos, uno de ellos hospitalizado porque había sufrido lesiones, y el otro, ileso, fue el que murió en la comisaría. Leonardo Díaz, de 27 años, fue el que falleció luego en una comisaría, mientras que Martín Prada, de 19, está preso. La policía dijo que tenía en su poder un revólver calibre 22.

La autopsia determinó que el fallecimiento de Milagros Silva se produjo como consecuencia del golpe recibido cuando, virtualmente, la otra moto le cayó encima del cuerpo. Fuentes judiciales aclararon que la joven no estaba embarazada, como habían dicho los familiares.

“Mi hija salió diez minutos a comprar y no volvió más”, dijo entre lágrimas Alejandra, la madre de Milagros. La joven había salido con su novio, Ariel Boracchia, de 23 años, a realizar unas compras para la cena. El hecho ocurrió cerca de las nueve de la noche del domingo.

El informe policial dijo que la persecución comenzó cuando un repartidor de la aplicación Rappi observó sobre la avenida Yrigoyen, a la altura del cuartel de bomberos de Morón, que tres jóvenes en motos perseguían a una cuarta persona, que iba en un rodado similar. El repartidor hizo la denuncia cuando se cruzó con un patrullero. Les dijo, según el parte policial, que uno de los perseguidores estaba armado.

Fue entonces que se irradió el alerta en la zona y un móvil de la comisaría primera de Ituzaingó, comenzó a perseguir a tres motos que se suponía eran las denunciadas por el repartidor de Rappi. Esto empezó en el cruce de Rivadavia y Pérez Quintana, de esa localidad. Los ocupantes del patrullero habrían tomado conocimiento de que esa moto, de color blanca, tenía orden de captura porque había sido robada en el norte del conurbano bonaerense.

El seguimiento se extendió hasta Castelar, donde se produjo la tragedia, en el cruce de las calles Pardo y Palmero. Allí fue atropellada la motocicleta tipo 110, también de color blanca, en la que iban Milagros Silva y su novio. La joven, quien aparentemente iba sin el casco puesto, murió en el acto, mientras que su novio estuvo “dos horas esperando que llegara la ambulncia”, dijo la madre de Milagros. El cuerpo de la chica “estuvo cuatro horas tirado en la calle”, sostuvo la familia.

Ante la denuncia de la familia de Milagros respecto de que el patrullero no tenía balizas ni sirena encendidas, las fuentes policiales sostienen que tres cámaras de seguridad municipal de Ituzaingó demostrarían que el móvil llevaba, al menos, las luces prendidas. Incluso dijeron que el auto policial no tiene “rastros de haber chocado” contra la moto.

El caso en el que falleció la joven embarazada está a cargo del fiscal Oscar Marcos, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Morón, quien estuvo en el lugar del hecho hasta la madrugada del lunes, dando directivas.

Fuentes judiciales señalaron que el fiscal aguardaba que le enviaran el sumario de la comisaría para poder compararlas con las declaraciones testimoniales tomadas hasta el momento- Todo indica que será fundamental, para establecer lo ocurrido, el trabajo que realizaron en el lugar los peritos y los que se realizarán sobre los tres vehículos involucrados, las dos motos y el patrullero. En la tarde del lunes, las autoridades judiciales autorizaron la entrega a los familiares del cuerpo de Milagros Silva.

Por el momento, no hay policías imputados y el único detenido, Martín Prada, será indagado recién este martes por los delitos de “encubrimiento” (la moto era robada), “portación ilegal de arma de uso civil” (por el revólver secuestrado) y “homicidio”, que podría llegar a ser “con dolo eventual” por la muerte de Milagros.

Luego de ser asistido por personal médico, Martín Prada, el único detenido, fue llevado con cuestodia a un hospital de la zona. Mientras tanto, Leonardo Díaz, fue llevado directamente a un calabozo del Destacamento Castelar, de la policía bonaerense. Horas después, se dijo oficialmente que Díaz había muerto en su celda, por “una descompensación”. El caso es investigado, por cuerda separada por la fiscal Marisa Monti, quien tomó como primera medida la decisión de separar a la policía de la investigación y poner en su lugar a efectivos de la Gendarmería Nacional.