El prototipo de cohete Starship SN11 de SpaceX explotó este martes al aterrizar en Boca Chica (Texas, EE.UU.). Se trata del cuarto fracaso consecutivo en este tipo de pruebas de cohetes de la empresa desde diciembre, en el marco del proyecto de vuelo espacial privado más importante de la compañía de Elon Musk hacia Marte.
El problema, al parecer, surgió cuando el operador de la nave anunció estar a 1 kilómetro de altitud. En ese momento, la señal de video quedó congelada y no pudieron tener más reportes. El cronómetro, en ese instante, marcaba 5 minutos y 49 segundos de vuelo. Poco después, el ingeniero de SpaceX, John Insprucker, confirmó que el prototipo no regresaría.
La niebla ocultó la explosión, pero las transmisiones en vivo mostraron un destello. Si bien no se conoce el motivo de la falla con seguridad, hay una explicación posible. "Parece que el motor 2 tuvo problemas con el ascenso y no alcanzó la presión operativa en la cámara de presión durante el encendido del aterrizaje, pero, en teoría no era necesario", explicó Elon Musk.
Este era el undécimo prototipo de Starship de la compañía y el cuarto en realizar un vuelo de prueba. El plan de vuelo, según detalla la propia SpaceX, era ascender a una altitud de 10.000 metros antes de descender a tierra.
El 4 de marzo, el prototipo Starship SN10 había explotado poco después de aterrizar tras la suspensión de la prueba inicial. Otro antecedente sucedió el 2 de febrero cuando Starship SN9 había explotado en su descenso final al igual que el SN8 destruido a fines del año pasado.
Con las naves espaciales Starship, SpaceX se propone transportar cargas y personas a la Luna, Marte y otros lugares del espacio. Cada una sería capaz de llevar cargas de más de 100 toneladas y 100 pasajeros a la vez, según estima la compañía.