Hace 35 años, el científico argentino Eduardo Olivero descubrió los restos del primer dinosaurio en la Antártida durante una campaña de verano. El investigador del CONICET y docente universitario fue distinguido por esa hazaña paleontológica. 

Olivero, que es considerado una de las eminencias de la investigación antártica y fueguina, recibió una plaqueta en manos del gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, por ese hallazgo que puso a la geología antártica argentina en el mapa mundial.

Desde el gobierno provincial destacaron que a partir de su primera campaña con el Instituto Antártico Argentino a la Península Antártica, en 1974, las contribuciones de investigador han permitido esclarecer la evolución geológica del sistema Península Antártica-Andes Fueguinos, a través de diversos estudios en estratigrafía, sedimentología y paleontología. Olivero es doctor en geología, investigador superior del CONICET a través del Centro Austral de Investigaciones Científicas con sede en Ushuaia y profesor titular de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (Untdf).

"El hallazgo de este dinosaurio demostró que indudablemente la Antártida estaba unida a otras masas continentales en particular América del Sur en ese momento”, recordó Olivero. El logo por el que fue distinguido ocurrió en 1986, cuando encontró en la Isla James Ross, en el nordeste de la península antártica, los restos de un Anquilosaurio, un dinosaurio herbívoro de 11 metros de largo por 2,5 metros de alto y 4 toneladas de peso.

El Gobierno fueguino premió al experto "por su invalorable contribución al conocimiento geológico y paleontológico de la Península Antártica y de los Andes Fueguinos, así como también por haber desarrollado en nuestra provincia bicontinental una labor científica reconocida internacionalmente", indican los fundamentos de la distinción.

"Para nosotros es un orgullo que en Tierra del Fuego existan científicos de esta magnitud, sobre todo porque representan un impulso para que otros especialistas se sumen a este trabajo tan importante", afirmó Melella durante el acto realizado en la Casa de Gobierno fueguina.

El gobernador llamó a "poner en valor" a los protagonistas de este tipo de acontecimientos que "son parte de nuestra historia y aportan a la construcción de soberanía en la región".

Por su parte, Olivero agradeció la distinción y dijo que el reconocimiento lo "llena de honor", después de casi medio siglo de trabajo dedicado a reconstruir la historia geológica, oceanográfica, climática y de los recursos naturales del continente antártico.

El hallazgo tomó trascendencia mundial cuando se publicó en el suplemento científico de The New York Times, mientras que el esqueleto fue reconstruido y se exhibe todavía en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata donde, además, dos especialistas lo bautizaron con el nombre de "Antarctopelta Oliveroi", en alusión final al apellido de su descubridor.