En conferencia de prensa, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, confirmó la presencia de la variante británica y la de Manaos en la Ciudad de Buenos Aires. "Sabemos que ambas cepas están en el territorio argentino, en el área metropolitana y en la Ciudad de Buenos Aires, y tenemos que hacer todo el esfuerzo para que esas cepas no tomen velocidad de contagio, porque son más contagiantes que las cepas que ya teníamos", dijo. Además, advirtió que aunque no puede asegurarse su transmisión comunitaria, dicho status podría modificarse de un momento a otro. "La categoría de circulación comunitaria tiene algunos prerrequisitos que aún no estamos seguros de que se cumplan, pero es un tema evolutivo, si no hay una circulación comunitaria clara hoy, la habrá dentro una semana, no es cuestión de ponerle una categoría", explicó.
Si a mediados de febrero, CABA reportaba por día un promedio de 660 casos, durante el último tiempo esa cifra se duplicó y el promedio de casos diarios superó los 1300. De acuerdo a los parámetros estipulados por el Ministerio de Salud a nivel nacional, se trata de un distrito con “alto riesgo sanitario”, en la medida en que su “incidencia” (casos confirmados durante los últimos 14 días por 100 mil habitantes) es de 508 cuando debería estar por debajo de 150; mientras que su “razón” (cociente entre los casos acumulados en los últimos 14 días respecto de lo observado en los 14 días previos) es de 1,42 cuando debería ser menor a 1,20.
“Nosotros informamos la presencia de casos de la variante británica y la de Manaos con regularidad. Dentro de todas las muestras que analizamos, siempre están las que provienen de CABA. Al inicio, la presencia de ambas variantes era muy baja, se trataba de casos aislados; sin embargo, durante las últimas dos semanas que medimos (la primera quincena de marzo), hay bastantes más de la de Reino Unido. El incremento de la cifra se debe a casos que no tienen nexo epidemiológico con turistas”, plantea Carolina Torres, viróloga del Conicet e integrante de Proyecto País, espacio focalizado en la realización de estudios vinculados a la secuenciación del genoma y vigilancia genómica.
Una diferencia conceptual
Según la especialista, Quirós aún no afirma la “circulación comunitaria” porque desde la cartera manejan un concepto diferente para definir tal fenómeno. “La variante de Reino Unido sí tiene circulación comunitaria al menos en AMBA. El asunto se vincula con la forma en la que las autoridades sanitarias comunican. Manejan criterios diferentes y hay que respetarlos, no obstante, que no lo llamen de ese modo, no quiere decir que no esté circulando”, expresa y completa su explicación: “Pienso que aún no hablan de ‘transmisión comunitaria’ porque son pocos casos, especialmente los que fueron reportados con la de Manaos”. De modo que, como hasta la fecha los casos detectados de ambas variantes no tienen prevalencia (esto es, como las variantes importadas no son las que dominan el mapa epidemiológico a nivel local y no reemplazaron a la “original de Argentina”) no se reportan como de transmisión comunitaria. “Utilizan una noción de transmisión comunitaria que proviene de la epidemiología clásica y no de la molecular. Ya fueron detectados previamente casos sin nexo epidemiológico con turistas. Si tuviéramos una capacidad de secuenciación genómica mayor, probablemente, hallaríamos más casos”.
De cualquier modo, aunque los infectados con estas variantes no son mayoría, el panorama podría modificarse en breve. “En las primeras semanas de marzo, la variante de Reino Unido llegó al 7.6% de presencia en el AMBA de acuerdo a las muestras analizadas. En la semana previa, es decir, hacia finales de febrero, ese porcentaje era de 1.6%. Por lo tanto, si bien ese incremento no es muy grande, es muy similar a lo que se vio en otros países: cuando la curva levanta, los casos con la variante británica se propagan con mucha velocidad y escalan al 50% del total”, alerta Torres. El crecimiento es de corte exponencial, por tanto, si continúa su ritmo de expansión en un mes o un mes y medio podría considerarse predominante.
Como suele suceder cuando una variante comienza a adquirir protagonismo en un país en el que previamente no circulaba, primero llega a través de viajeros provenientes de los sitios en los que ya prevalece (en este caso desde Brasil, Reino Unido y de otras naciones europeas en dónde también lo hacen); luego son reportadas a partir de muestras de contactos estrechos de esos individuos que viajaron al exterior; y, por último, son identificadas mediante testeos de personas sin vínculo claro ni nexo epidemiológico específico.
Mayor capacidad de transmisión
Ahora bien, ¿qué características presentan ambas variantes? Son consideradas “de interés epidemiológico” y están asociadas a una mayor capacidad de transmisión (son más contagiosas), con lo cual, podrían generar un incremento de su presencia en un breve lapso y convertirse en la causa principal que explique el salto de casos y la consolidación de la segunda ola en Argentina.
“La variante de Reino Unido tiene una fuerte asociación con una mayor transmisibilidad. Su comportamiento fue documentado y estudiado. Con el caso de la de Manaos, en relación a su transmisión potencial y a su severidad, provienen de Brasil y allí hay muchos otros factores que juegan en simultáneo. Me refiero tanto a los comportamientos sociales, como al sistema de salud, su infraestructura y capacidad. Existe una asociación entre la variante P.1 y la provocación de más contagios, pero no necesariamente es causal”, apunta Torres. Según las últimas investigaciones, la de Manaos (identificada también por el Instituto Malbrán), tiene una probabilidad de reinfección que va desde el 25% al 60%. Originada en la ciudad brasileña, ya circula en más de 32 países alrededor del mundo.
En este marco, Quirós llamó a redoblar esfuerzos para frenar la transmisión de cara al fin de semana largo de Semana Santa. Tanto para estas variantes como para las otras, las medidas de cuidados son las mismas: distancia social, barbijo, higiene de manos y ventilación cruzada de espacios. Como las variantes tienen mayor capacidad de transmisibilidad, el hecho de evitar las reuniones y encuentros en lugares cerrados se impone como un mandato.