En el marco de actividades programadas por el mes de la memoria, se concretó un acto en el complejo cultural Urbano Girardi, organizado por la diputada Adriana Díaz (PI). En el encuentro fueron reconocidas once mujeres que, por su solidaridad y compromiso de justicia fueron referentes, docentes y protagonistas en la búsqueda de Memoria Verdad y Justicia en Catamarca.
Esa lucha en Catamarca tuvo el nombre de una mayoría de mujeres que desde sus lugares como amigas, profesionales, militantes, esposas, madres, hermanas, sobrinas, pusieron el cuerpo para que la memoria sobreviva y Nunca Más se repita el horror desatado por la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en el país.
Mirtha Argañaraz de Clerici, Cristina Ibáñez, Sara “Coca” Luján, Lila Macedo, Emperatriz “Monena” Márquez, Maribel Pais, Elsa Ponce, Ana Radusky, Aurora Silva, Noemi Toledo y Claudia Villegas, recibieron de manos de la diputada del Partido Intransigente un diploma de reconocimiento de la Cámara de Diputados de la provincia.
“Se trata de un encuentro con deuda, con esperanza, con mucho respeto, con mucha admiración, pero también un encuentro con mucho compromiso, con mucha alegría y con interpelación muy fuerte”, inició Díaz.
“Cuando hace un año comenzamos a sentir este requerimiento, entendimos que la lucha por los derechos humanos es la lucha de las mujeres, del género. Porque son precisamente las mujeres, las que no bailaron solas, y engendraron la transformación históricamente. Porque son un patrimonio nuestro. Nunca bailaron solas y nunca tampoco estarán solas. Un aplauso para ellas”, manifestó la diputada emocionada antes de la entrega de reconocimientos.
Aunque no pudieron abrazarse por el protocolo del covid-19, sí pudieron mirarse y reconocerse. Luego, cada una desde su lugar, pudo expresar sus sentimientos y agradecimientos y dejar un mensaje.
Villegas, quien con sólo 15 años inició su militancia acompañando a su abuela en la búsqueda de sus hermanos desaparecidos, recordó a quienes emprendieron el camino de búsqueda con ella y ya no están. “Estos niños son el futuro de la memoria”, dijo mirando a sus nietos que la acompañaban.
Toledo sufrió la desaparición de sus tíos y de uno de sus primos, que fueron "chupados" de la vivienda familiar, inmueble que luego donó para que ahí funcione lo que hoy es La Casa de la Memoria, en Catamarca. “Costó mucho que mantengamos la memoria viva y sé que la casa sirve para esto y es nuestro lugar de reunión”, dijo ante los presentes.
Por su parte, Silva, quien fue apresada en una visita a Catamarca por su militancia social en Villa Sarandí, Buenos Aires, agradeció y pidió “que no vuelva nunca más este periodo tan doloroso y tan oscuro que lo viví en carne propia”.
Radusky, trabajadora de la cultura popular y del teatro, llegó a la provincia en el marco de la estructura del Archivo Nacional de la Memoria y fue una de las denunciantes de la causa conocida como “Masacre de Capilla del Rosario”. “Siempre digo que la memoria no es cómoda. Incomoda, y nosotros nos dedicamos a incomodar. Porque si la verdad es cómoda, es olvido disfrazado de otra cosa”, manifestó.
Ponce integró la Comisión Popular de Derechos Humanos de Catamarca a partir de 1984 y representó a la provincia en el juicio popular al genocida Antonio Bussi. Frente al micrófono, recordó el texto de Bertolt Brecht sobre el “analfabeto político” y dijo: “Creo que nosotras fuimos batalladoras no solo contra el terrorismo y la lucha por memoria, verdad y justicia. Lo somos contra el analfabetismo político también”.
Pais fue una de las creadoras de la Comisión Popular de Derechos Humanos de Catamarca y tuvo un importante protagonismo en la denuncia y visibilización del terrorismo de Estado. Frente a los presentes, recordó la “desesperación de aquellos que no podían explicarse la desaparición de sus seres queridos”.
Márquez, como docente militante, fue presa política durante la dictadura de Lanusse y luego nuevamente a partir de 1975 hasta la llegada de la democracia. “La solidaridad es el valor humano más importante de todos, es un acto de amor, que nos llevó a muchos en aquel momento a entregar la vida”, fue su mensaje.
Macedo fue apresada en Catamarca en 1974 a sus 19 años y luego trasladada a la cárcel de Devoto donde permaneció hasta 1983. La mujer eligió hablarles a los jóvenes: “No le tengan miedo a la política porque no es mala, es buena y es necesaria. Para eso debemos trabajar con mucha convicción. No hay mejor sistema de vida que la democracia y hay que defenderla hasta morir”.
Ibáñez es de las primeras psicólogas que trabajó en Catamarca. Fue apresada en 1974, acusada de integrar una célula terrorista, en 1979 obtuvo una libertad vigilada en Jujuy, y finalmente en 1980 pudo salir del país, exiliada a Alemania. “Quiero recordar a los 30 mil desaparecidos y aquel sueño de una patria mejor. También quisiera pedirle a los jóvenes que tengan memoria porque es lo que va impedir que se repitan los malos momentos de la historia”, señaló.
Clerici creó junto a otros compañeros, organizaciones no institucionales para visibilizar e investigar los crímenes, torturas y desapariciones cometidos en Catamarca. Al momento de hablar, recordó a sus 8 familiares desaparecidos, entre ellos dos hermanos. “Creo que hablar de memoria verdad y justicia es lo más simple, pero también complejo. La memoria nos duele, la justicia difícilmente se cumpla y la verdad nunca es absoluta. Por los 30 mil, por mis hermanos y sobrinos hasta la victoria siempre”, concluyó.
Por cuestiones de salud, Luján no pudo estar presente, pero se leyó en su honor un mensaje que envió.
El cierre estuvo a cargo del director de Derechos Humanos de la provincia, Hernán Velardez Vaca, quien señaló: “Si uno se remonta en el tiempo, vemos que en todos los acontecimientos han sido mujeres las que le pusieron la sangre y la lucha y la esperanza. Fueron ellas las de las marchas, las que socorrieron. La memoria siempre tiene cara de mujeres y el futuro necesariamente tiene que tenerla”.
El final fue una foto histórica con todas y el canto de Beatriz Guichon con el acompañamiento de Roberto Ramos en guitarra.