“Es una idea sobre la Pasión de Cristo que tengo desde hace muchos años; quería hacer algo más largo, siempre intenté abordarlo pero algo pasaba y me iba para atrás. Hace dos o tres años me puse a escribir y fue surgiendo este espectáculo: La Corte de los Milagros, que en definitiva trata de esto, una Pasión pero desarrollada por mendigos y prostitutas”, explica Aldo El-Jatib a Rosario/12. La Corte de los Milagros, la nueva producción de El Rayo Misterioso, se presenta hoy a las 21 en Teatro del Rayo (Salta 2991), y continuará los viernes y sábados del mes, únicamente con entradas anticipadas y capacidad de sala reducida.

El texto, la dramaturgia y la dirección de El-Jatib, son acompañados por el elenco que conforman Sebastián Arriete, Exequiel Orteu, Iván Brodoloni, Maywa Vargas, Victoria Guercetti, Leticia Beux y Camila Urruchúa; junto a la operación técnica de Guido Troiano, y la asistencia en la dirección de Gianina Rodríguez. “Si no fuera por el equipo que somos, sería imposible un trabajo de esta naturaleza; a lo largo de los años se ha creado un lenguaje propio y también técnico, con respeto y un compromiso muy grande”, señala El-Jatib.

La Corte de los Milagros alude, inevitablemente, a Víctor Hugo, y El-Jatib lo especifica: “Era una zona degradada de la época medieval en París, un barrio que Víctor Hugo cita en Nuestra Señora de París y en Los Miserables. Alrededor del 1600, la mayoría de la población era muy pobre, estaba desamparada, y en esa zona se habían reunido muchas personas a causa del desempleo y la miseria. Muchos recurrían a pedir para poder llevarse algo a la boca; pero lo que esta gente marginada hacía era fingir que eran ciegos, tullidos, que tenían discapacidades. Por ejemplo, actuaban un ataque de epilepsia para poder vivir. Se llamaba ‘La Corte de los Milagros’ porque durante el día toda esta gente iba deambulando con estos problemas y desgracias, pero cuando venía la noche y llegaban a sus lugares, a sus casas muy precarias, se les pasaba todo. Es decir, había una actuación de parte de estos tipos para poder sobrevivir. Había milagros porque los ciegos veían y los rengos caminaban bien y los epilépticos se curaban (risas)”.

Es esta idea germinal la que  El-Jatib incorporó a su particular Pasión, “donde intervienen mendigos y prostitutas que fingen ser ciegos, tullidos, mutilados, para poder sobrevivir; traté de hacer una metáfora de lo que ha ocurrido. Esta pandemia ha evidenciado la falta de solidaridad que se tiene como cultura y la falta de sensibilidad. No se niega la acción de los médicos y de la gente que está con la problemática, sino que tiene que ver con el mismo sistema capitalista, con la guerra de la vacuna a partir de gobiernos que tienen acumulados el triple de lo que necesitan, es una locura. Es el pensamiento egoísta, egocéntrico, de mucha falta de alteridad y de pensar en común y en todos. Es un poco lo que la pandemia manifiesta, al arrojar luz sobre una miseria que ya estaba, pero un poco tapada. La Corte de los Milagros tiene que ver un poco con todo esto, con la falta de sensibilidad y de solidaridad, cuando la gente marginada está olvidada y por la cual no se hace nada”.

-Hacerse pasar por ciego para sobrevivir, no deja de tener un eco con la tarea misma del actor.

-Fijate que un marginado que se hacía pasar por ciego en realidad lo era, verdaderamente. Es un poco el criterio que tenemos nosotros en cuanto al actor. Nosotros fingimos para poder traer gente, fingimos porque el actor finge; pero quien actúa es la persona, no el actor, es la gente que anda por la calle. Yo lo pienso así, porque el teatro es el único lugar donde se puede ser verdadero. Este tipo que hacía de ciego en realidad lo era, porque tenía un punto de carencia para la supervivencia. Aquí no hacemos de mendigos, sino que apelamos a nuestra propia mendicidad, elevada simbólicamente a otro nivel.

-Pienso también en el cine de Buñuel.

-Como en Nazarín, en donde al final el tipo termina solo, con el sonido de unos tambores, y se va pensando en qué era lo que había hecho, si había servido para algo, porque lo acusan por ser bueno, lo acusan por querer trabajar. Tiene que ver con esto, porque es muy difícil ser honesto; querés serlo, pero esta realidad está todo el tiempo bombardeando para que te calles, mientas, te retraigas, y no hagas lo que debés hacer. Entonces, hay que tener energía y valentía para poder enfrentar todo esto, que es lo que existe en la sociedad y es lo que se ha implementado a través del tiempo. Fundamentalmente con la mentira, y un poco trayendo a colación lo que ha ocurrido con el macrismo, donde se instaló una barbarie en todo sentido y la mentira pasó a ser la realidad, con los grandes medios de comunicación en manos de gente perversa.