El empresario del juego clandestino Leonardo Peiti seguirá detenido en Rafaela por ser jefe de dos asociaciones ilícitas dedicadas al juego clandestino. Enfrentó dos audiencias entre miércoles y jueves donde se resolvían las condiciones en las que él y otras personas (entre ellas su hermano) transitarán los dos procesos penales por los que están acusados. Como en una de las investigaciones el juez le impuso prisión preventiva por el plazo de ley, seguirá tras las rejas, al margen de que en la segunda audiencia, para esa investigación específica, le concedió medidas alternativas. Ambas investigaciones son las que se llevan adelante en los tribunales de Rafaela, de un total de cuatro abiertas en la provincia en su contra. Las otras son en Rosario y Melincué.

En la audiencia del jueves, los fiscales Loyola y Lema solicitaron la prisión preventiva de los tres imputados, no obstante el juez Javier Bottero ordenó prisión preventiva domiciliaria para Julio César de Itatí Perona y medidas alternativas a la prisión preventiva para Facundo Perona y Peiti. Los dos primeros son familiares de David Perona, fallecido meses atrás cuando estaba detenido por esta misma causa. La Fiscalía aclaró que si bien en esta audiencia a Peiti se le impusieron medidas alternativas de prisión, la decisión no modifica la prisión preventiva ordenada el día anterior a raíz de su rol en otra asociación ilícita investigada por el cual se le impuso prisión por el plazo de ley. En definitiva, seguirá tras las rejas.

En total, por las dos investigaciones de Rafaela fueron acusadas siete personas, entre las que se encuentran Leonardo Peiti, su hermano Roberto (con domicilio en Funes) y una mujer. Todos tienen entre 28 y 59 años y la situación procesal del grupo es la siguiente. Tres con prisión preventiva por el plazo de ley (Peiti es uno de ellos); dos con prisión domiciliaria; y dos con medidas alternativas. Hay un octavo hombre al que se investiga y continúa prófugo.

Entre los detenidos por el plazo de ley está Edgardo Santucci Santillán, de 50 años. Se trata de un empresario rafaelino que además de los mismos delitos que Peiti se le imputó lavado de activos. Se le atribuye haber construido un hotel con fondos obtenidos del juego ilegal.

Según la acusación de los fiscales convalidada por el juez, Peiti actuó en calidad de autor de asociaciones ilícitas dedicadas a organizar, administrar, operar y explotar sistemas de captación de juegos de azar sin contar con la autorización pertinente y defraudar así a la administración pública.

En las otras investigaciones, Peiti había zafado de la cárcel. En Rosario, fue decisivo su rol como colaborador permitiendo que la fiscalía metiera presos a los fiscales Patricio Serjal y Gustavo Ponce Asahad. En Melincué también fue imputado pero sin prisión preventiva.