Después del anuncio de que dio positivo de covid-19, la reunión que el presidente Alberto Fernández y el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, iban a tener este sábado para hablar sobre la situación de la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA fue suspendida. El principio, se manejó la alternativa de que fuese remota, pero finalmente tampoco se hizo de ese modo.
Si bien descartó volver a "un aislamiento estricto", el Presidente había adelantado que en la reunión se analizarían posibles restricciones: "Creo que estamos en el comienzo de una segunda ola de contagios de coronavirus", advirtió. Por su lado, Larreta exige más vacunas para la Ciudad de Buenos Aires --en función de su población de adultos mayores-- y rechaza cualquier tipo de medida que afecte la actividad económica. Tras la discusión interna planteada en Juntos por el Cambio por las PASO, el jefe de gobierno les prometió a los otros integrantes del espacio político que el encuentro con Fernández no sería "a agenda abierta". Es decir, que no se hablaría ni de las elecciones primarias, ni de la negociación del FMI, ni de ningún otro tema que no sea la pandemia. Y que pediría que esas cuestiones se diriman con las autoridades partidarias (verbigracia: Patricia Bullrich, titular del PRO).
La reunión entre Fernández y Larreta estaba prevista a las 10 de la mañana. El Presidente espera poder coordinar con Larreta una política conjunta para el AMBA frente a la segunda ola de coronavirus, que --por los indicadores epidemiológicos de ambos distritos-- estaría ya en marcha. Antes de ese encuentro, Fernández también tuvo una conversación con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
Estaba previsto que del encuentro también participar el vicejefe Diego Santilli, quien adelantó la posición de la Ciudad: pedir "fortalecer la vacunación". Es decir, que la Ciudad reciba más vacunas que las que le corresponden porcentualmente por su población. El argumento es el mismo que ofreció hace algunas semanas el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. "La Ciudad de Buenos Aires, porcentualmente, tiene más adultos mayores y más trabajadores de la salud", sostuvo Santilli.
El vicejefe también expuso la negativa a establecer más restricciones de las que ya existen. "Las Pymes de nuestra ciudad, que generan 7 de cada 10 empleos, son las que más sufren y han sufrido por esta pandemia. Por eso queremos mantener ese equilibrio que venimos trabajando en estos cuatro o cinco meses en la ciudad y sostener el trabajo de la gente", argumentó Santilli. La administración porteña se respalda en "todo el análisis de números de la Ciudad de Buenos Aires, de cómo es la situación de la pandemia, de las camas de terapia intensiva, de internación en el sistema moderado, de cómo son las variables sobre las que tomamos decisiones desde el día uno".
Santilli evaluó que, si bien el promedio de casos es alto (por encima de los 1500 diarios), no es el único valor a considerar e indicó que la ocupación de camas de terapia intensiva está en un 32 por ciento (y subiendo). En el gobierno porteño, además, agregaron a este diario que su idea es concentrarse en reforzar las restricciones que ya existen y que se han ido relajando en la población. También advirtieron que en ningún caso están evaluando cerrar el sistema educativo de nuevo. Tampoco tienen previsto restringir las actividades culturales.
"Nosotros en la Ciudad no estamos tomando ninguna medida de restricción. Existen algunas medidas que restringen algunas actividades todavía y algunas otras medidas que a través de protocolos provocan algunas limitaciones. Pero por encima de eso no vemos que sea necesario tomar alguna medida adicional", insistió el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel.
Sin agenda abierta
Si bien en el gobierno nacional pensaban en un encuentro a agenda abierta --como cualquier reunión normal--, esa posibilidad hizo mucho ruido interno en Juntos por el Cambio. Sucede que esta semana fueron a Casa Rosada el jefe de bloque del PRO, Cristian Ritondo, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y en un encuentro por otro tema tuvieron una conversación informal sobre la posibilidad de postergar las PASO, actualmente fijadas para el 8 de agosto, es decir, en pleno invierno.
Esto llevó a que Bullrich y otros dirigentes de la alianza pusieran el grito en el cielo (y en Twitter). El PRO terminó sacando un comunicado desmintiendo cualquier acuerdo con el oficialismo y se fijó una reunión --presencial, no por Zoom-- de la cúpula de Juntos por el Cambio para el próximo martes. En ese contexto fue que Larreta se vio forzado a prometer al resto de los integrantes del espacio opositor que la reunión con Fernández será solo sobre la pandemia. En Juntos por el Cambio reina la desconfianza.
En tanto, el Presidente advirtió que quiere evaluar el enfoque sanitario, pero descartó volver a "un aislamiento estricto". "Vamos a analizar las próximas restricciones. Creo que estamos en el comienzo de una segunda ola de contagios de coronavirus", indicó Fernández.
Desde la provincia de Buenos Aires, el ministro de Salud, Daniel Gollan,
advirtió que se registra una "dimensión casi explosiva de casos que pone en serio riesgo" al sistema sanitario. "Hay un aumento muy fuerte de casos y empieza a impactar fuertemente en todo el sistema. Una situación que no habíamos visto hasta ahora”, indicó.
La provincia de Buenos Aires ya suspendió las actividades recreativas para los distritos en fase 4 en el horario de 2 a 6 de la mañana. También redujo de 20 a 10 el máximo de personas permitidas en reuniones sociales. Pero, nuevamente, desde la Ciudad tienen la política y el discurso opuesto.
La realización del encuentro y el modo en que finalmente se concrete quedó ahora supeditado a la evolución de la salud del Presidente.