La novela en torno al futuro de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) tiene su capítulo aparte en la Provincia de Buenos Aires. En la última semana, diferentes autoridades del gobierno bonaerense salieron públicamente a marcar agenda con la idea de que, de continuar aumentando los casos de coronavirus, habrá que comenzar a discutir la posibilidad de posponer las PASO. "Sería una irresponsabilidad convocar una elección en el mes de agosto si continúa el crecimiento sostenido de contagios. Hay que evaluar que, si la cosa sigue así, vamos a tener que postergar", ratificó la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, a Página/12. Mientras tanto, la Provincia aguarda definiciones del gobierno nacional, desde donde se está avanzando (y trastabillando) en negociaciones con la oposición. Y es que la ley electoral bonaerense permite que, una vez que el Ejecutivo Nacional designe la fecha de las primarias, el gobernador adhiera a la misma fecha sin necesidad de pasar el debate por la Legislatura. A pesar de esto, desde el entorno de Axel Kicillof insisten en la necesidad de conseguir una acuerdo político con todos los partidos, especialmente con Juntos Por el Cambio, que en la Provincia responde a María Eugenia Vidal. 

"Es una locura pensar hacer una elección en el mes de agosto, en donde encima se junta con la estacionalidad invernal, cuando ni siquiera sabemos qué comportamiento va a tener este virus los tres próximos meses. Votarán unas ocho millones de personas, son unas 55 mil mesas, más los fiscales de los partidos, los fiscales generales y la gente que anda en tránsito. La verdad que pensar que puede haber una movilización así en medio de una circulación comunitaria del virus es una locura", detalló Teresa García. En la Provincia de Buenos Aires viven más de 16 millones de personas, de las cuales unas 12 millones están anotadas en el padrón electoral: cualquier estrategia de postergación de las PASO a nivel nacional necesita, sí o sí, la adhesión del gobierno bonaerense para tener algún efecto. Y se observa que, en la misma semana que el gobierno nacional comenzó a tantear a la oposición sobre la posibilidad de modificar el calendario electoral, tanto Teresa García como el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, también salieron a plantear públicamente los peligros de llevar a cabo una elección durante un pico de casos. 

La Provincia de Buenos Aires es que cuenta con su propia ley electoral para ordenar las PASO - la Ley 14.086 - que establece que "cuando el Poder Ejecutivo Nacional, convoque a elecciones primarias nacionales (...) la fecha de realización de las elecciones Primarias Obligatorias y Simultáneas provinciales, se realizarán el mismo día". Por esta misma normativa, en el caso de que el Congreso Nacional decida postergar las elecciones (con o sin apoyo de Juntos Por el Cambio), Axel Kicillof puede adherir al cambio con un simple decreto, sin necesidad de pasarlo por la Legislatura bonaerense. Diferente sería si el gobierno nacional decidiese suspender las PASO, en cuyo caso sí se debería llevar el debate a la Legislatura. Pero ni oficialismo ni oposición creen que se llegue a eso, porque tanto unos como otros saben que les legisladores bonaerenses de Juntos Por el Cambio no acompañarán la medida. "Es imposible que haya consenso con la oposición, y tampoco es la idea del gobierno provincial porque no quieren que les digan que están cambiando las reglas de juego", explicó una de las principales espadas legislativas del oficialismo. 

A pesar de no necesitar el acuerdo con Juntos Por el Cambio para postergar las PASO, desde el gobierno bonaerense insisten en la necesidad de que, para poder modificar las fechas del calendario electoral - que fijan el 8 de agosto para las primarias y el 24 de octubre las generales -, resulta imprescindible alcanzar una gran acuerdo político con todos los partidos. "La postergación tiene que ser parte de un acuerdo con todos los espacios políticos y en la Provincia debería ser igual. Si todas las fuerzas políticas menos la propia no están de acuerdo no puede haber una postergación", determinó García. Y allí es cuando aparecen las negociaciones con el bloque provincial de Juntos Por el Cambio, el cual responde a María Eugenia Vidal.

"Hasta la foto del otro día no había ningún problema para plantear la posibilidad de una postergación, tanto Horacio como María Eugenia estaban listos para acompañar. Son dos personas con sentido común. Pero esa foto generó tal quilombo interno que ahora va a salir más caro", indicó una fuente del entorno de Vidal. La foto a la que se refiere es la que se sacaron el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y el presidente del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, en Casa Rosada junto a varios funcionarios del kirchnerismo. Esa foto, que daba a entender que se había llegado a un acuerdo para postergar las PASO, causó un vendaval en Juntos Por el Cambio. Desde el entorno de Vidal están con bronca y acusan al kirchnerismo - más específicamente a Sergio Massa - de operar para generar problemas internos en la oposición. "Ahí los tenés a Patricia y Mauricio presionando para no postergar y te salen con esto, ¿qué hace María Eugenia si mañana Mauricio sale con un tuit manifestándose en contra? Hubo un error de táctica ahí", advirtieron.

Mientras tanto, los legisladores bonaerenses más cercanos a Vidal confiesan no estar en desacuerdo con postergar las elecciones. "Somos gente lógica, no vamos a mandar a la gente a votar si de repente empiezan a faltar camas en el conurbano", indicó uno de los legisladores con mayor peso en la Cámara de Diputados bonaerense, aunque agregó: "Pero cambiar las reglas en un año electoral está mal. Hay que buscar el equilibrio entre cuidar a la gente y no ser naif, porque sabemos que al kirchnerismo les conviene que no haya internas". Parte de Juntos Por el Cambio está convencido que de que "al oficialismo le conviene llegar a las elecciones con más gente vacunada" y es por eso que insisten tanto en postergar las elecciones. "No importa la fecha de la elección. Si hacemos las cosas bien la gente nos va a votar en agosto, septiembre, octubre o noviembre", respondió, por su parte, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, en diálogo con este diario. 

Más allá de las chicanas, desde Juntos Por el Cambio se muestran confiados en que, en el caso de que se disparen los casos, no habrá problema para acordar una postergación de las elecciones. Ese fue el caso, por ejemplo, de la interna radical bonaerense, que debería haberse llevado a cabo el año pasado pero que, debido a los contagios, se terminó realizando hace dos semanas.