Pese al repudio masivo en redes sociales que tuvo la publicación de Hebe Casado, la diputada de Juntos por el Cambio que había deseado que Alberto Fernández contagie a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la legisladora mendocina volvió a insistir con sus virulentas posturas. En Twitter, misma plataforma que había escrito el primer mensaje, Casado publicó este domingo que los usuarios deberían escandalizarse por otras cuestiones y no por haber pedido que se enferme la expresidenta.
"Pretenden que tenga compasión por personas que se saltaron la fila y le manotearon la vacuna a personas de riesgo. Escandalícense por eso. Escandalícense por no haber conseguido vacunas. Escandalícense por haber dejado 6 de cada 10 niños pobres. Escandalícense por los hechos", escribió Casado, intentando justificar su insólita postura. Cabe destacar que la legisladora se autodefine como "médica especialista en inmunología".
La senadora nacional de Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, salió al cruce: "La sociedad nos reclama estar a la altura ante una circunstancia tan dolorosa como lo es enfrentar una pandemia", le respondió a Casado. "Sembrar odio, festejar la enfermedad o desearle a alguien contagio es totalmente irresponsable y lamentable", completó en su publicación.
Por su parte, en las redes los repudios a Casado, nuevamente, no tardaron en llegar.
Los antecedentes de Casado
No es la primera vez que la legisladora mendocina se había ganado el rechazo de los usuarios de Twitter. El año pasado hizo una comparación entre los muertos de la dictadura con los de la pandemia. "Son 30.000, no como los otros 30.000. Un éxito la estrategia del gobierno de científicos, pero como no reconocen errores, en 15 días dicen que seguimos sin derechos a la libre circulación", había expresado.
Horas más tarde de su publicación, la diputada provincial mendocina intentó pedir disculpas, al indicar que "fue una expresión inapropiada y fuera de lugar". Sin embargo, la diputada fue entrevistada por una radio local y allí volvió a remarcar su intención de comparar los fallecidos por covid-19 con la última dictadura militar. "No justifico ni las desapariciones, pero tampoco el mal manejo de la pandemia. Yo no pongo en duda el número de los desaparecidos, digo en lo que se basa la Conadep. Hay 30 mil muertos reales por covid, pero no hay 30 mil desaparecidos reales por la dictadura", expuso Casado, otra vez con comentarios negacionistas.
Gustavo Cairo, otro diputado de Juntos por el Cambio en Mendoza, retomó las palabras de Casado el pasado 24 de marzo, el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia, para reflotar la teoría de los dos demonios y volver a negar los 30.000 desaparecidos. “Nunca Más la violencia política de los ’70. Montoneros, ERP, Triple A convirtieron el país en un caos en su lucha antidemocrática por el poder. Nunca Más la brutal dictadura que dejó casi 8.000 desaparecidos. Si no tenemos memoria completa no aprendemos nunca nada. Contemos todo", escribió en su cuenta de Twitter.
También juntos, Casado y Cairo volvieron a las primeras planas de los medios mendocinos cuando presentaron un proyecto en la Legislatura de Mendoza, que no prosperó, para que en la provincia, contra todas las recomendaciones epidemiológicas, se dejara de utilizar el tapabocas de manera obligatoria. La intención era que lo usen solo las personas consideradas en riesgo.