"Las nuevas cepas, sobre todo la de Manaos, vienen por avión o a través de las fronteras y ya detectamos personas con la variante de Manaos en la provincia de Buenos Aires, en la Ciudad también. Lo que quiero decir es que el aumento de los casos en la última semana fue explosivo", dijo el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof. Lo que no dijo, lo que aún no puede decir en público pero pudo saber PáginaI12 es que el gobernador cree que se impone la necesidad de hacer rápidamente algo que frene la curva de contagios. Algo duro por unas semanas, para ir bailando luego con las aperturas y los cierres al ritmo que impone la pandemia. Que es, como todo el mundo sabe a esta altura, absolutamente impredecible.
"Ya instauramos la misma restricción nocturna que tiene la Ciudad de Buenos Aires y bajamos de 20 a 10 personas la cantidad que pueden hacer reuniones privadas, aunque sean difíciles de controlar", dijo el gobernador bonaerense a Radio 10. "No hablé este domingo con Horacio Rodríguez Larreta, pero hablé con Alberto y estamos evaluando cuáles son las medidas más pertinentes. La idea es evitar el crecimiento de los contagios hasta que lleguen nuevas vacunas", agregó.
Lo cierto es que más allá de que tiene covid, el Presidente, el jefe de Gobierno porteño y el gobernador de la provincia de Buenos Aires están hablando permanentemente para intentar consensuar medidas que corten la circulación de las personas que transportan el virus mientras se espera la llegada de vacunas. Algo que no es nada fácil porque la economía está en un estado delicado y cualquier restricción la afectaría, pero el Presidente ya dijo que si fuera necesario, el Gobierno volvería a echar mano de los Ingresos Familiares de Emergencia (IFE) que implementó al comienzo de la pandemia, cuando por un tiempo el cierre de la economía tuvo que ser total y no había modo de que casi nadie generara su ingreso. "Yo creo que ya hay un acuerdo completo con la Ciudad y la Nación", dijo a este diario un alto funcionario.
El problema ahora, más de un año después, es convencer al jefe de Gobierno porteño de que tiene que ceder en su negativa a imponer más restricciones. Sobre todo teniendo en cuenta que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la que más casos tiene y que enseguida pasan al AMBA, de modo que no se puede pensar separada de la provincia. Kicillof lo sabe, pero es prudente. Dijo que los tres estamentos están trabajando en una batería de medidas que serás anunciadas oportunamente y se negó a alimentar el "conventillo" que dice que quieren armar algunos medios para generar la sensación de que no va a haber acuerdo posible respecto de cómo enfrentar la segunda ola.
Nuevas medidas
"Estamos tratando de coordinar medidas porque donde arrecian los contagios es en el AMBA. Hay una batería de medidas, no te las puedo adelantar. Los portales están armando un conventillo. No lo veo como una puja con Horacio Rodríguez Larreta La preocupación es de todos, me lo expresó Larreta, me lo expresó Alberto", afirmó Kicillof. La esperanza de las autoridades provinciales es el aumento en el ritmo de vacunación: dicen que están vacunando más y más rápido y están convencidos de la importancia de vacunar lo más rápido posible a las personas que presentan un máximo riesgo y esperar que se inmunicen. Sin embargo, tienen una preocupación cuando miran Chile: el sistema de Salud del país trasandino colapsó por los contagios de los más jóvenes. "No está fácil" resumió un funcionario a este diario.
Pero la pandemia nunca fue fácil y eso no puede inmovilizar a los actores que toman las decisiones. "Estamos recogiendo nuestra experiencia y la internacional porque en todo el mundo se toman medidas fuertes y se avanza con la vacunación", dijo el gobernador Kicillof, quien alertó por los contagios en las escuelas. "Estamos teniendo casos de covid en las escuelas así que tenemos que estar muy atentos", comentó.
"El sábado tuve una reunión en la que decidimos seguir con el sistema de fases según municipio, pero sabiendo que el virus entra por la Ciudad de Buenos Aires", explicó, en clara alusión a que las decisiones que se tomen caerán en saco roto si no se consensúan con la Ciudad.
"Este fin de semana fue especialmente complejo y se nota en el 148, que es la línea a la que llama la gente que siente que tiene síntomas compatibles con covid", dijo el gobernador. Y agregó: "El problema es que se empieza a mezclar con los primeros fríos, los primeros mocos, se hisopa a los chicos y resulta que no es covid. Pero hay mucho covid", finalizó el gobernador, que hoy se reunirá con su equipo de expertos para definir un plan para coordinar con Ciudad y Nación.
En la provincia, calculan que pueden terminar de vacunar a los mayores de 70 en 10 días y después van por 1.000.000 de dosis para los que tienen entre 60 a 69 años.
Pero el desafío es que la vacunación le gane la carrera al coronavirus y cualquier decisión es dilemática. Hacer y no hacer tienen costos altos, se trata de hacer control de daños. Como hasta ahora la ciencia no pudo comprobar que alguien volviera de la muerte y el dicho popular dice que es lo que único que no tiene solución, crecen las versiones de que mal que le pese, si los números siguen en alza, el Gobierno deberá tomar medidas más fuertes. Como dice el periodista Eduardo Aliverti en su columna de hoy, la creencia de que la mayoría de la población no estaría dispuesta a acatarla no se comprueba en los sondeos de opinión pública: es una minoría intensa que se cree mayoría la que estaría en contra de una nueva cuarentena estricta.
Por otra parte, cabe destacar que aunque las mire, este no es un gobierno que gobierne a través de encuestas. Pero para que la ansiedad baje junto a la incertidumbre, no falta demasiado. El Gobierno está en tiempo de descuento y el Presidente ya dijo que "en los primeros días de la semana" llegará a una decisión que será comunicada al conjunto de los argentinos.
De hecho, Alberto Fernández dijo en diálogo con AM 750 que "el Gobierno observa un incremento de casos muy grande, a una velocidad de contagios mayor que en el primer momento en el Área metropolitana de Buenos Aires". "(Los contagios) empiezan en el AMBA y contaminan el resto del país. Quisiera que hagamos algo para frenar esto en el área metropolitana", sostuvo Fernández sobre posibles restricciones sanitarias". El Presidente agregó: "Entiendo que todos tienen muchas dificultades para volver a soportar un encierro, pero es lo que está ocurriendo en el mundo, hay muchos países con toque de queda en este momento. Toda Europa prácticamente se cierra por la tarde, hay países que cancelaron las clases", remarcó.
"Esto no se va a resolver Manu militari", aseguró. "Lo que quiero es llamarlo a Horacio (Rodríguez Larreta) y pensar juntos. Lo mismo con Axel (Kicillof). Hay que hacer algo, Los datos dicen que está pasando algo y algo que no es bueno", aseguró. "Si fuera necesario, habrá un nuevo IFE. Lo que quiero es que la gente padezca lo menos posible, estamos tomando medidas focalizadas. Cuando vemos problemas vamos sobre esas empresas y esa gente", afirmó el Presidente, que del mismo modo que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, explicó que los contagios se originan en los encuentros sociales y no en las actividades productivas.