Con epicentro en el AMBA, los casos explotan en todo el país y representan un 50% más respecto de la semana anterior. Además, el turismo por Semana Santa podría complicar las cosas y acelerar la curva de contagios que ya crece de manera exponencial. Según los especialistas consultados por este diario, el incremento recién se advertirá durante martes y miércoles, cuando las cargas se actualizan en el sistema de registro. En este marco, ante la imposibilidad de un confinamiento como el impuesto en marzo de 2020, emerge la propuesta de medidas “intermedias” para lograr, al menos, detener la escalada de esta nueva ola. Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta acordaron trazar una estrategia coordinada para el Área Metropolitana. ¿La diferencia con los picos de octubre y diciembre? En el presente, Argentina cuenta con vacunas: con la llegada del vuelo de este domingo proveniente desde Moscú, el país contabiliza más de 7 millones de dosis recibidas.
“Me preocupa muchísimo el turismo de este fin de semana largo por Semana Santa. En Carnaval, ya vimos un incremento notable de casos. Luego se estabilizaron las infecciones porque estábamos en un contexto estacional favorable, con contagios a la baja. Pero ahora es diferente porque estamos en un escenario social de casos en aumento y el grueso de la gente viaja desde el AMBA, donde hay una circulación comunitaria de la variante de Reino Unido”, dice Rodrigo Quiroga bioinformático, docente en la Universidad Nacional de Córdoba e Investigador del Conicet. Luego continúa con su planteo: “Es un problema porque son personas que viajan por el país y esparcen una variante que, según se ha comprobado, es mucho más contagiosa. Puede ser muy peligroso porque todos esos contagios se podrían multiplicar en forma exponencial. El impacto lo vamos a ver en los números de la semana que viene. Es clave que los turistas se cuiden mucho y quiénes los reciben en la costa también”, advierte.
Lo que plantea Quiroga va en consonancia con el pedido que el viceministro de salud bonaerense, Nicolás Kreplak, realizó en redes sociales al compartir la extensa fila de autos que se agolpaba en Ruta 2, camino hacia las ciudades balnearias. “Ver los videos de la Ruta Artigas, que conecta Buenos Aires y Entre Ríos, también estremece. Había colas infernales de ambas manos. El martes o miércoles vamos a ver, de seguro, cifras muy preocupantes. En esta ocasión, tenemos un fin de semana largo, con lo cual, se suman los registros atrasados del jueves y viernes que hubo baja carga”, destaca Soledad Retamar, docente investigadora de la UTN Regional Concepción del Uruguay.
Aumento sostenido y exponencial
“Lo que se ve es un aumento sostenido y exponencial del número de casos. Estamos duplicando el número de infecciones cada 20 días, con lo cual, para la segunda quincena de abril CABA tendrá unos 2600 casos diarios de promedio, mientras que Buenos Aires, unos 10 mil”, proyecta Quiroga. Después sostiene: “Los días de mayor carga de datos, como son los martes y miércoles, podríamos estar hablando de unos 3 mil casos para la Ciudad y 12 o 14 mil para la Provincia. Este sería el panorama si seguimos igual que hasta ahora”. El epicentro, como ya se observó en otras ocasiones, es el AMBA; sin embargo, hay provincias que tienen un número menor de casos, pero con una velocidad de aumento muy similar. En ese grupo ingresan Córdoba, Mendoza, Santa Fe y, sobre todo, Tucumán que suma un 76% más de casos durante las últimas dos semanas respecto de las dos anteriores (es decir, en relación a la primera quincena de marzo).
“La mejor palabra que define a la dinámica actual de casos es una explosión, están explotando por todos lados. Tuvimos un crecimiento abrupto en diciembre, pero no había sido tan importante teniendo en cuenta la pendiente que hoy toma la curva. El promedio de casos diarios subió un 50% en relación a la semana anterior; es muchísimo, estamos en una situación muy complicada”, destaca Retamar. Durante el pico de octubre, Argentina reportó 18.326 infectados, una cifra que el país podría superar dentro de poco. El miércoles pasado el total de casos detectados alcanzó los 16 mil y el jueves 14 mil. “A diferencia de octubre, la cantidad de testeos es mayor pero la positividad es menor. En el presente se realizan unos 59 mil testeos por día y meses atrás se realizaban 23 mil aproximadamente”, aclara la especialista. La positividad actual ronda el 28%, mientras que en octubre era de 50% y, en efecto, cinco de cada diez personas que se realizaban su test daban positivo de Covid-19.
En este marco, más allá del ejercicio prospectivo que se pueda realizar para reflexionar sobre lo que deparará el futuro epidemiológico inmediato, Quiroga comparte cierta chance de que la curva pueda frenar su pendiente. “En general, cuando el panorama se pone más difícil, hay una reacción por parte de la sociedad, vuelven un poco los cuidados y el Gobierno también toma algunas medidas para disminuir la circulación y controlar la velocidad de crecimiento de la curva. Tenemos que evitar que ocurra un desastre sanitario como sucedió en Paraguay, Chile y Brasil”, expresa.
Los efectos de la vacunación
Lo fundamental, desde la perspectiva del bioinformático y analista de datos, es planificar acciones que contengan la situación de la mejor manera posible y, en paralelo, continuar con el proceso de vacunación. Desde aquí, asegurar el flujo de dosis que arriban al país es una de las actividades en la que está enfocado el Gobierno durante estos tiempos. El Monitor de Vacunación indica que a la fecha 4.251.516 personas han sido inmunizadas, 3.567.150 con la primera y 684.366 con ambas. Argentina recibió más de 7 millones de dosis, de las cuales ya se distribuyeron 5.8 millones.
El caso paradigmático es Chile que, aunque tiene al 36% de la población inmunizada, continúa experimentando un incremento de casos que pone en riesgo el sistema sanitario. “Para ver los resultados de la vacunación hay que esperar un tiempo. Hasta que los individuos desarrollan una cantidad de anticuerpos razonable son 21 días como mínimo y, a partir de ahí, habría que ver cómo responden frente al contagio, que llevaría una semana más. Es aproximadamente un mes lo que se necesita como para poder ver el éxito del proceso de vacunación sobre contagios. Para ver cómo los inoculados evitan la terapia intensiva, se necesita una o dos semanas más”, explica Quiroga. Hay que recordar que los primeros resultados positivos de Israel y Reino Unido (otras dos naciones que vacunaron mucho, el 61% y el 46% de sus poblaciones respectivamente) se vieron reflejados luego de dos meses y que escalaron su proceso de vacunación mucho antes que el vecino trasandino.
Argentina está muy lejos de conseguir la inmunidad de rebaño (con el 70% de la población inmunizada) y también de alcanzar los porcentajes de protección de las naciones recién mencionadas. No obstante, pueden percibirse algunos efectos positivos en suelo doméstico. Martín Barrionuevo, senador provincial (Partido Justicialista- Corrientes), contador público y analista de datos, compartió en sus redes sociales un gráfico muy ilustrativo que permite advertir el modo en que el porcentaje relativo de casos detectados en adultos mayores disminuye, en parte, como producto del avance de la inoculación en estos sectores. En la franja que va de 70 a 79 se observa una caída del 1.2% respecto del 1° de marzo (pasó de 4.8% a 3.6%), mientras que los adultos mayores con más de 80 años disminuyó un 1% (de 2.5% a 1.5%).
Restricciones para frenar la curva
No es sencillo pensar sobre aquellas acciones que el Gobierno podría poner en marcha en un escenario social que, a priori, no estaría de acuerdo con un confinamiento tal y como sucedió en marzo de 2020. “Los países vecinos eligieron no tomar medidas restrictivas y priorizar la actividad económica. Seguro que son decisiones difíciles de tomar para cualquier Gobierno, además la pobreza es un tema fundamental, pero lo que termina ocurriendo por experiencias pasadas es que si no se cuida la salud de la población, la economía termina perjudicada igual”, dice Quiroga. En esta línea se ubica la falsa dicotomía que, desde que se inició la pandemia, fue instalada por los medios opositores: priorizar la salud o la economía. Durante los últimos días, Carla Vizzotti anunció que desde la cartera de Salud no tenían pensado plantear la posibilidad de una nueva cuarentena, sino que anunciarían la puesta en marcha de medidas intermedias y, en simultáneo, apelarían al compromiso social.
“No iremos a una situación similar a la de marzo-abril, porque es muy difícil asegurar su cumplimiento y control. Lo más efectivo es que se dicten medidas que la población esté en condiciones de cumplir con éxito. Restringir la movilidad nocturna, por ejemplo, es una medida que sí se puede controlar y que, tal vez, evita la realización de eventos sociales masivos”, apunta Retamar. Luego completa: “No veo el problema tanto en los bares y pubs, donde existe cierta conciencia, sino en los eventos que se realizan en casas o quintas particulares. Fiestas clandestinas que son difíciles de desarticular. Medidas habrá que tomar, porque esto no puede seguir de esta forma”. Medidas habrá que tomar porque es la única manera de controlar la curva. Desde aquí, hay ejemplos para todos los gustos: desde los tradicionales toques de queda (Alemania lo dispuso en Berlín, Canadá dictó el confinamiento en ciudades como Quebec, Levis y Gatineau) y limitación de la circulación (Italia estableció la prohibición de circulación en el país, con foco en las visitas a familiares y amigos en las "zonas rojas"); a cierres anticipados de bares y restaurants (en las ciudades japonesas Osaka, Hyogo y Miyagi), de escuelas (tal y como fue dispuesto por el Gobierno francés) y fronteras (limitación de viajes al extranjero y la prohibición de ingreso para los no-residentes como en Chile).
“Creo que es el momento de proponer medidas más livianas y ver cómo impactan en el número de casos. Con livianas me refiero a limitar la circulación nocturna, reducir el tamaño de las reuniones sociales, así como también, que las actividades de alto riesgo vuelvan a funcionar exclusivamente al aire libre y con barbijos. Boliches, bares y restaurants no pueden seguir operando puertas adentro y sin ningún tipo de protocolo. En Córdoba, por lo menos, están como si fuera febrero de 2020”, relata Quiroga. En Buenos Aires restringieron la movilidad nocturna a partir de las 2 de la mañana, mientras que en otras jurisdicciones, bares y locales gastronómicos funcionan hasta la medianoche. “También es posible pensar en cuarentenas cortas, de 10 o 14 días. Frenar la explosión y asegurar que las personas en riesgo se sigan vacunando. Allí está el desafío, necesitamos parar esta curva para proteger a la población de riesgo, de lo contrario la cantidad de muertes puede crecer muchísimo”, remata.