El maíz se convirtió en las últimas dos campañas en el primer cultivo nacional medido en cantidades producidas, por encima de la soja. En la presente campaña, se espera la producción de 48,5 millones de toneladas de maíz, superando así las 45 millones de toneladas de soja.
Si bien la reversión del liderazgo de la soja no se da en términos de superficie de siembra, el avance relativo del maíz rompe la hegemonía sojera después de más quince años (siempre en cantidades producidas), durante los cuales la oleaginosa vivió una revolución productiva que tuvo marcada influencia en la generación de divisas, la fisonomía del Interior, en la generación de excedente por parte de la burguesía rentista y la clase política.
La campaña del maíz que terminó el último verano estuvo signada por la fallida intervención del gobierno nacional para controlar el ritmo de los embarques externos y así dominar las cantidades y los precios del cereal en el mercado interno, en vistas de un escenario muy favorable de precios internacionales que repercute en la inflación doméstica.
Además se verificó un factor climático que jugó en contra. De hecho, en marzo el ingreso de camiones de maíz a los puertos fue 62 por ciento de lo que había sido en igual mes del 2020. "El motivo es que durante la actual cosecha el maíz se sembró más tarde por cuestiones climáticas y se sembró mucho menos maíz de siembra temprana", explica la cámara que agrupa a las cerealeras.
Campaña
Las 48,5 millones de toneladas representan una excelente marca para el sector, aunque unas 3 millones por debajo de la campaña anterior, a causa del déficit hídrico durante los primeros meses de la siembra. Se trataría de la tercera mejor campaña en la historia del maíz nacional. Del total producido, alrededor de 35 millones de toneladas de maíz se destinan a la exportación y el resto se consume en el mercado interno, principalmente por parte de la industria avícola, pero también en la carne de cerdo, leche y feedloots.
“Con las actuales estimaciones, la campaña de maíz 2020/21 permitiría el ingreso de divisas por 7643 millones de dólares, con un valor agregado de 13.864 millones de dólares y aportaría al Estado 3335 millones de dólares en concepto de impuestos", explicó Juan Pablo Gianatiempo, economista de la Bolsa de Cereales.
Informó que entre los factores que impulsan al maíz se destacan el escenario macroeconómico, los cambios de demanda globales, el aumento de precios, los cambios de políticas agropecuarias y los avances tecnológicos en las variedades de siembra de maíz tardío, que han favorecido al avance del cereal respecto a la oleaginosa.
Para agregar que "por último y no por eso menos importante, otro factor que influenció en el avance del maíz son los mayores eslabonamientos aguas hacia abajo, desde la transformación del grano en proteína animal, hasta energía y bioplásticos”.
Dólares
Más allá del buen desempeño maicero, por la relativamente alta demanda interna de este grano, el principal producto de exportación sigue siendo el poroto de soja y sus derivados. Para esta campaña, la producción estimada de soja es de 45 millones de toneladas, por debajo del cálculo de 49 millones de comienzos de año, a causa de las escasas lluvias, y de las 49,6 millones de toneladas de la campaña anterior. El pico de producción de soja se dio en 2014, con más de 60 millones de toneladas.
La buena campaña del agro en términos productivos sumado a un escenario muy positivo en términos de precios internacionales repercute positivamente sobre el ingreso de divisas.
Según la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la liquidación de divisas por exportaciones de granos y subproductos ascendió a 2773,5 millones de dólares en marzo pasado. Esta cifra está 160 por ciento por encima de los 1064 millones de dólares del año pasado y es la mayor de la historia para ese mes, superando los 1818 millones de dólares de 2011.
El ingreso acumulado en el primer trimestre trepó a 6724 millones de dólares y casi duplicó los 3493 millones de dólares del mismo período del año pasado. El dato trimestral también fue record ya que superó la marca de 2016, cuando totalizaron 5900 millones de dólares.
“Una vez más, fue gravitante el aumento sostenido de la demanda de alimentos en todo el mundo por el ingreso en la nueva normalidad y por la búsqueda en todos los países por recomponer las existencias internas, incluso de reserva. Se destaca el dinamismo en los precios de los productos industrializados basados en la soja y de las commodities en general”, detalló la cámara que agrupa a las cerealeras.