Mauricio Macri anunció que buscará que la Corte revise la decisión de analizar sus llamados telefónicos en la causa sobre la persecución a los dueños del Grupo Indalo. Con la presentación intentará dilatar la medida ordenada por la jueza María Servini, que contó con el aval de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal.
Macri busca a toda costa impedir que se conozca con quiénes se comunicó en fechas cercanas a momentos clave en las presiones a Cristóbal López y Fabián De Sousa. Por eso, su abogado, Pablo Lanusse, ya anunció que presentará un recurso extraordinario contra la resolución que firmaron los camaristas Eduardo Riggi, Juan Carlos Gemignani y Liliana Catucci.
Lo curioso es que Lanusse pidió a la Casación que le informe a Servini --de licencia tras dar positivo de covid-- que la resolución que habilita los entrecruzamientos no está firme. Lo hizo basándose en el fallo de la Sala IV de la Casación que ordenó el pase de la causa de espionaje de Lomas de Zamora a Comodoro Py, pero que advirtió que la resolución --por estar recurrida por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ante la Corte Suprema-- aun no estaba firme y, por lo tanto, continuará su trámite ante el juez Juan Pablo Augé hasta que los supremos se expidan. La otra singularidad es que citó el voto del casador Mariano Borinsky, que se supo que era asiduo visitante de Macri en la quinta de Olivos.