La membresía del Belgrano Athletic Club es de 800 mil pesos para los hombres y 340 mil para mujeres. Fue uno de los primeros clubs de rugby de la ciudad. Tiene sus propios espacios verdes: una cancha de rugby en el barrio de Belgrano y un predio en Pilar, con varias canchas, de diversos deportes, y pileta. Aun así, firmó un convenio con la Ciudad de Buenos Aires para construir en el Parque Sarmiento tres canchas de rugby y sus edificaciones complementarias. Así, de las 70 hectáreas que atesora el tradicional Parque Sarmiento en el barrio de Saavedra, cuatro serán privatizadas.
La entgrega de parte del parque al Belgrano Athletic Club fue denunciada por los legisladores del Frente de Todos Claudio Morresi y María Bielli. Los diputados de la Ciudad se encontraron con el comienzo de obra al recorrer el predio junto a Claudio Ferreño, jefe de bloque del Frente de Todos en esa cámara. Los acompañaba Pablo Ortiz, representante de la Comuna 12. Ellos presentaron un pedido de informes que fue desestimado. Hoy se busca reingresarlo a través del tratamiento en comisiones. “Los vecinos tienen derecho a saber qué define el gobierno con sus espacios verdes” señala Morresi. Los legisladores María Rosa Muiños y Matías Barroetaveña, junto a Bielli, acompañan la inciativa y explican a PáginaI12 la evidente maniobra privatizadora sobre la trama de espacios públicos que ofrece la ciudad. Un tema de observación permanente para los diputados.
El objetivo del recorrido por el predio, hace dos semanas, era ver el estado del parque en general. Y en particular, del anfiteatro, histórico entre los espacios culturales del ámbito público. En la visita se pudo comprobar “que hay dos parques, el parque público y el que está concesionado: el público está abandonado, al otro no le falta nada”, explica a PáginaI12 Pablo Ortiz.
El anfiteatro tiene capacidad para más de mil personas. Es ideal para espectáculos al aire libre. Y está abandonado. “Queríamos incluirlo en las opciones para llevar adelante actividades cuidadas” describe María Bielli. “El parque estaba privatizado, el anfiteatro no se utiliza hace 10 años, y nunca se puso en valor”, agrega la legisladora. Así, Bielli por la Comisión de Cultura, y Morresi por Deportes –de ahí depende el Parque Sarmiento–, decidieron recuperar el anfiteatro. Y al recorrer el lugar encontraron que ya están trabajando máquinas “para construir tres canchas de rugby”, según les comentaron ese día, informalmente. El acondicionamiento del terreno se realizaba “donde se encontraba el campo de golf en la anterior concesión” apunta Morresi.
Luego de conocer el destino de las maniobras Morresi presentó un pedido de informe la Legislatura porteña en la sesión del jueves. “La privatización de esa parte del predio avanza y en forma encubierta, se da en un marco de falta de transparencia sin debate ni explicaciones” advierte otro legislador de ese bloque, Matías Barroetaveña. Esa certeza sobre los malos hábitos de la gestión oficial en la ciudad promueve la investigación y el pedido de informes.
“Al juntar información aparece, en una publicación barrial –Saavedra On Line–, la foto de la firma del convenio,” se asombra Morresi. El convenio fue rubricado el 30 de diciembre de 2020, confirma el portal, por el presidente del club Marcelo Ruiz, y el director general de la Dirección General de Administración de Bienes de la Ciudad, Matías Vitale.
La institución, pionera entre los clubes de rugby de la ciudad, también difundió el acuerdo en su web. “La publicación barrial levanta una comunicación de la web del club. Y confirma que poseen un permiso precario de uso, por 5 años” agrega Bielli. Ese tiempo le permite al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta no tener que hacer público el acuerdo. “Resulta extraña la inversión que va hacer el club para estar ahí 5 años. Pareciera que apuestan a que puedan volver a prorrogarlo, si siguen en el gobierno”, estima Morresi.
No hay registro público oficial que permita evaluar el acuerdo. “No figura en Boletín Oficial y tampoco pasó por la Junta Comunal” añade Bielli. Barroetaveña define: “Desconocemos el acuerdo, y si existe algún tipo de contraprestación. Pero se suma a la enajenación de cientos de hectáreas y el avance de la privatización de Costa Salguero. Larreta dispone del patrimonio público como si se tratara de un bien personal”.
La Comuna 12, en tanto, hoy tiene a su cargo el mantenimiento del Parque Sarmiento. “Es algo que siempre habíamos pedido” explica la legisladora María Rosa Muiños, del mismo Frente. Pero aclara: “las comunas no tienen, sin embargo, la asignación presupuestaria para llevar adelante este mantenimiento”.
Mientras tanto, otras concesiones se mantienen como “las canchitas de fútbol” que regentea el ex jugador de Boca Sebastián Battaglia. En otro sector del parque, el espectáculo de Flavio Mendoza también tuvo su espacio para un show privado. El predio estaba concesionado. “Y cuando se recuperó, en lugar de ser para los vecinos, se vuelve a entregar, y a una institución que no lo necesita” reclama Morresi.
La política privatizadora aplicada sobre los espacios públicos en la ciudad no es una novedad. “Se avanza así en todos estos espacios –señala Muiños–, en Parque Centenario hay espectáculos, y si como vecino querés presenciarlos tenés que pagar una entrada al parque público. No sabemos dónde va esa plata, lo quisimos preguntar, pero no nos aprueban los pedidos de informes. Y también en Parque de la Estación, en la comuna 3, de Balvanera”.
“Está en el ADN de Larreta–añade Morresi–, todo lo que pueda privatizar lo va a hacer. Siempre está esa intencionalidad. Y la de ayudar a quienes son más poderosos económicamente. Este no es un club de barrio, es de la elite más alta de la sociedad porteña. Y son restrictivos, si querés, ingresar además de pagar, necesitás que dos socios te recomienden”.
Desde la Subsecretaría de Deportes de la Ciudad se respondió al portal Saavedra On Line que las canchas de rugby en el predio del Parque Sarmiento “no son de uso exclusivo” para los socios del Belgrano Athletic. Además, que el club deberá “apadrinar escuelas de la zona y/o instituciones sociales y deportivas”, así como construir dos canchas de fútbol con sus respectivos sanitarios.
Para los legisladores consultados, esto se presenta como una excusa para legitimar la entrega del predio. La falta de voluntad por responder al pedido de informes lo demuestra. “Pero los vecinos tienen derecho a saber qué decide hacer la ciudad con sus espacios verdes, no pueden seguir ocultando a la sociedad qué firmaron con el club”.
Lo particular del acuerdo, además de su performance solapada, “es que se firma con un club histórico y tradicional que ha tenido muy pocas acciones solidarias en relación la comunidad en el transcurso del tiempo” insiste Morresi. Y agrega: “Los clubes abrieron siempre sus puertas, durante la pandemia, a gente en situación de calle, a las escuelas de gestión estatal para que hagan actividades deportivas, o a otras actividades solidarias, pero este club no lo han hecho”