“¡Que no se lo pierdan, esa es la cuestión!”. Bajo este lema se presenta la nueva edición del Festival Shakespeare de Buenos Aires, que este año cumple su décimo aniversario homenajeando la obra del célebre dramaturgo nacido en Stratford Upon Avon. El tradicional festival nacido al calor de la escena independiente (en el pequeño teatro del Abasto), fue elegido por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires como festival oficial, aunque poco después dejó de contar con ese apoyo. Aún así, la organización continuó generando actividades cada año gracias al aval de prestigiosas instituciones internacionales y a personalidades de la talla de Harold Bloom o Stanley Wells. Esta edición será gratuita, completamente online (https://festivalshakespeare.com.ar/), y se extenderá del 10 al 25 de abril.
La obra shakesperiana muchas veces es apropiada por la academia y adquiere cierto hermetismo, un sesgo elitista donde abundan los prejuicios y los textos se presentan como inaccesibles. Sin embargo, en sus orígenes fue teatro popular y Patricio Orozco, director del Festival residente en Londres, recalca en entrevista con Página/12: “El Festival surge un poco por esa cuestión. Yo estudié con Agustín Alezzo y él siempre nos estimulaba a acercarnos al material. Después tuve la posibilidad de estudiar en la Royal Shakespeare Company y acá arrancó como algo popular, nunca fue el teatro de una elite. El 90% del público que tenía Shakespeare era analfabeto. Los académicos a veces se lo apropian un poco, pero el problema es que cuando se lo presenta así la gente no va a ver las obras. Este festival se propuso dar lugar a los jóvenes para que puedan hacer su propia experiencia”.
La programación contará con varias exploraciones que proponen cruces interesantes entre la obra shakesperiana, otros autores y diversas disciplinas. El viernes 23 a las 20 se presentará Shakespeare, García Lorca y Hamlet, un encuentro ideado por Orozco en el que Norma Aleandro y Mercedes Morán abordarán este clásico a partir de la sensibilidad de ambos poetas. “La originalidad del director del festival me sorprendió, esa inventiva de intervenir a Shakespeare con textos de García Lorca en algunos de los paisajes que les han sido comunes y en los temas con los que el gran poeta español ha trabajado. De hecho, no sabía que existía tal material. Esa intervención me pareció muy original y reveladora, y es un placer hacerlo con Norma. Creo que no es menor para dos actrices el encuentro con un texto como este: nos conmueve, nos atraviesa e invita a jugar”, cuenta Mercedes Morán.
Durante el último tiempo, Orozco se volcó al audiovisual: realizó documentales, varios programas para Film&Arts (Desde el West End) y hasta un podcast con Aleandro (Norma en la nube) que también fue filmado. Otro de sus proyectos era un documental sobre Poeta en Nueva York, de Lorca, pero quedó en suspenso por la situación sanitaria en esa ciudad. “A raíz de esto empecé a indagar mucho en su vida, y leyendo algunos textos inéditos me di cuenta de que en muchos poemas nombraba a Shakespeare o a Hamlet: la atmósfera de la noche, el bosque, la luna, los arroyos. Tiene uno que se llama ‘La muerte de Ofelia’. Entonces fui marcando todo y este año decidí retomar ese cruce: a diferencia de aquella experiencia que hicimos con Norma y Marrale en el CCK entre Borges y Shakespeare, esta vez se trata de una intervención de Hamlet con poemas de Lorca dichos por cada uno de los personajes. Es un Hamlet ampliado, con todo el respeto hacia Shakespeare”.
La nueva edición será online y, al igual que muchos de sus colegas, Orozco añora lo presencial: “El teatro tiene algo animal porque vos estás ahí, transmitiendo emociones a un grupo de gente que mágicamente lo agarra; es una especie de bluetooth. Y con la virtualidad esto no pasa. Por eso pensé retomar textos de Shakespeare que no son tan visitados normalmente: La violación de Lucrecia, por ejemplo, fue escrito para ser editado como libro, entonces no estaba el peso de tener que llevar adelante una puesta en escena y podíamos concentrarnos en lograr un buen registro de la narración”.
El sábado 17 a las 20 se presentará La violación de Lucrecia, interpretada por Elena Roger, Alberto Ajaka, Ana María Picchio y Leonor Benedetto. El objetivo es abrir un espacio de reflexión para el tratamiento de la violencia de género a partir de un texto que expone poéticamente los padecimientos de Lucrecia y la violencia de Tarquino. “La vigencia de esta obra no ha mermado desde el momento en el que se escribió hasta hoy. Ahora existe una figura legal –el femicidio– para condenar estos actos bestiales, pero lo cierto es que existió, existe y lamentablemente existirá. Shakespeare se ocupa una vez más de algo inherente a lo humano. Hay algo asociado al personaje de Tarquino y su destino de sucesor al trono, el suicidio de Lucrecia leído como una manifestación concreta para dejar en evidencia el horror de Tarquino; esto lo obliga a pasar al exilio junto a su familia para dar comienzo a un nuevo ciclo político. La actualidad es absoluta. Lo que está más visible es el tema, pero los actos siempre estuvieron presentes”, señala Ajaka, quien dará voz a Tarquino.
Según los datos recabados por el Observatorio Lucía Pérez, en enero de 2021 se registraron 37 femicidios en tan sólo 31 días, y el tema de esta obra –trágicamente– no pierde vigencia. “Las marchas del Ni Una Menos pusieron el foco en algo tremendo que es la cantidad de asesinatos: uno piensa cuántas mujeres mueren, pero también es terrible pensar la cantidad de asesinos que hay entre nosotros. Me parecía interesante retomar ese reclamo original porque se trata de una lucha conjunta de toda la sociedad. Nosotros no venimos a instalar este tema; las chicas se siguen muriendo y, lamentablemente, el tema es instalado por la realidad. Creo que en este tipo de luchas el arte tiene algo para aportar, sobre todo Shakespeare”, destaca Orozco.
El Festival también contará con material audiovisual exclusivo: el sábado 24 a las 17 se estrenará un registro inédito de la última entrevista que dio el crítico y teórico literario estadounidense Harold Bloom (fallecido en 2019) y el domingo 11 a las 17 se presentará VHS –Volver a Hamlet. Siempre, un documental realizado a comienzos de los ‘90 por un colectivo de cinéfilos que se propuso filmar en VHS una versión de Hamlet en el Teatro Argentino de La Plata, que había sido incendiado durante la dictadura. Sobre el hallazgo de esta gema, Orozco cuenta: “Nosotros siempre tenemos la convocatoria abierta a proyectos, y nos llegó este documental fantástico sobre un grupo de actores que se mete en el teatro a filmar Hamlet. Ese grupo estaba liderado por el papá de Julieta Vallina y ella aparece muy jovencita interpretando a Ofelia. El teatro estaba cerrado y completamente vacío, era como un castillo abandonado, en penumbras. Gustavo Alonso hizo este documental donde entrevista a los actores 30 años después y aparecen imágenes de archivo que son tremendas. Es como una película en blanco y negro, una cosa alucinante y rara. Además, habla mucho de una época como los ‘90 y el estado de abandono de la cultura”.
También estará presente la tradicional sección dedicada a las escuelas y la academia. Desde 2015 Orozco lleva adelante el Festival Shakespeare en la Escuela y asegura que “es alucinante lo que presentan los pibes. Hay muchas obras para trabajar en las aulas más allá de Romeo y Julieta, que es una de las más clásicas. Los chicos han hecho montajes de Rey Lear, El mercader de Venecia o Ricardo III para trabajar el tema de la discriminación y el bullying”. Con respecto a lo académico, explica: “El paso que estamos dando ahora es que, además del recorrido latinoamericano que siempre proponemos, van a participar académicos ingleses y estadounidenses. No son gente que viene a dar su parecer sino investigadores profesionales que profundizaron ciertas cuestiones: Lucy Munro investigó cómo se organizaba la compañía de Shakespeare; Clare McManus indagó cuál era el lugar de las mujeres que querían actuar en esa época; James Marino estudió el tema de los derechos de autor y Vanessa Harding, las plagas”.
Otro de los cruces será con Astor Piazzolla, en el centésimo aniversario de su nacimiento. La pianista Marcela Roggeri y el flautista James Strauss ofrecerán un fragmento de la música escrita para la versión de Sueño de una noche de Verano dirigida por Jorge Lavelli, a modo de anticipo de su disco homenaje al compositor. Romeo y Julieta QR, por su parte, propone una adaptación de la dramaturga y directora Gabriela Blanco en formato audiotour, con un recorrido a pie por distintos barrios donde los participantes podrán acceder a las escenas de la tragedia y sentirse en las calles de Verona. El circuito incluye espacios como el Teatro Tadrón, Patio de Actores, Espacio LTK, Jufre Teatro Bar y El Excéntrico de la 18º. El sábado 17 a las 16, además, se realizará en vivo la entrevista al dramaturgo Mauricio Kartun, en la que reflexionará sobre su vínculo con el Bardo y el lugar de esa tradición en el teatro argentino.
Cuando se le consulta por el contexto en el Reino Unido, el director comenta: “Acá fue un año bravo, con más de 150 mil muertos por Covid. En el caso de los teatros, lo primero que tuvieron que enfrentar fue que las pólizas de seguro no cubrían una pandemia: se había estrenado Mujer Bonita, por ejemplo, y duró 15 funciones (una obra por la que se invirtieron millones de dólares). Para los teatros fue terrible, tanto para los independientes como para los más grandes. Todavía no abrieron y se espera que las reaperturas sean recién a partir de julio”. Orozco señala que el escenario es complicado y la actividad se vio resentida por la ausencia de dos grupos importantes que suelen llenar las salas teatrales: los turistas y las personas mayores residentes. También hubo un movimiento importante de los técnicos independientes y tercerizados: el gobierno otorgó subsidios únicamente a las asociaciones de trabajadores y empresarios, entonces decidieron agruparse y organizaron movidas online, los teatros empezaron a iluminarse de rojo en solidaridad con sus técnicos e incluso recibieron el apoyo de actores como Ian McKellen o Judi Dench.
El Bardo y los actores argentinos
La tradición shakesperiana es recuperada cada año por artistas consagrados y por jóvenes creadores en las salas de la ciudad. Ahora mismo hay en cartel versiones de Macbeth, Ricardo II o Romeo y Julieta, entre otras. Cuando se les consulta por su vínculo personal con el Bardo, Morán responde: “Shakespeare es un autor al que siempre estoy yendo, pero nunca interpreté como actriz ninguno de los papeles en sus obras. He tenido aproximaciones desde el estudio. La primera vez fue en un seminario de Augusto Fernandes, que realmente me reveló muchísimo sobre el autor, lo que sabemos y lo que creemos saber de él. Es un autor que todes conocemos en general antes de conocer. Luego hice un workshop sobre Shakespeare en el Festival Internacional de Caracas, donde había una puesta sobre él de Peter Stein y algunos participantes del festival nos invitaron a hacer un seminario sobre Sueño de una noche de verano. ¡Inolvidable!”. Ajaka, por su parte, expresa: “Imagino que es la relación de cualquier hacedor de teatro. Un vínculo un tanto fantasmático, porque justamente me parece que Shakespeare trasciende el legado de sus obras. Representa un modo de hacer teatro, al menos en Occidente. Ese concepto de 'la invención de lo humano' con el que Bloom titula su libro (creo que viene del legado de Everything and nothing de Borges), es un texto muy amoroso. Creo que ahí se inaugura la definición del vínculo que tiene Shakespeare con todos. Después está lo concreto, la cantidad de veces que he intentado calzarme algún personaje de sus obras. Sucedió con Othelo, Macbeth, Hamlet, y en esta oportunidad con La violación de Lucrecia. Y también con tantas otras obras o pedacitos de textos trabajados en diversos ensayos y talleres. La vinculación es intensa, pasional y, si se me permite, familiar. Es como si fuera de la familia, aunque no sé si él me aceptaría. No se trata sólo de sus obras y sus textos, sino de la idea de teatro”.
Para recuperar una tradición
A lo largo de la historia teatral argentina se han sucedido innumerables adaptaciones y reversiones de sus obras y, en referencia a la recuperación de un teatro que nació siendo popular, Ajaka dice: “Voy a hablar de Buenos Aires, que es lo que conozco. Hubo mucho teatro y mucho Shakespeare. Por ahí carecemos de la significación del escenario grande de sus obras, que quizás no abundan por una cuestión de producción. Y en el teatro independiente muchas veces es difícil juntar la cantidad de gente. En el teatro oficial formé parte de Macbeth con dirección de Daulte en el San Martín. Me parece que podría estar mucho más intervenido; en el teatro europeo eso está más presente. Hoy es difícil pensar en el teatro popular en Argentina porque es muy amplio: podría haber más teatro de escenario grande, de 20 o 25 personajes en escena, pero queda reservado al teatro oficial porque el comercial no se ocupa por tema de costos y para el teatro independiente es complicadísimo. Para que sea un fenómeno popular debería ser promovido por el teatro oficial, que cada tanto lo hace pero debería haber mucho más”. Y Morán agrega: “Creo que el Festival Shakespeare de alguna manera permanece en el tiempo con gran calidad y siempre está trayéndolo a nuestra memoria. De todas maneras es un autor que, como todos sabemos, ha escrito y nos hace reflexionar sobre los grandes temas de la humanidad: el amor, el poder, los celos... Todos los grandes directores se interesan por hacer una versión y crear un lenguaje. El gran desafío de hacer Shakespeare hoy es inventar un lenguaje para contar sus obras”.
Para más información: https://festivalshakespeare.com.ar/.