Más de 100 esposas y compañeros de servicio de agentes de la policía protestaron ayer en París tras el asesinato de un oficial en la avenida Champs Elysées, en el ataque terrorista del jueves que dejó además dos heridos. 

El grupo llamado “The Angry Police Wives” (las esposas enojadas) marchó por la ciudad dos días después de que el policía Xavier Jugelé (de 37 años) recibió dos disparos en la cabeza por parte de Karim Cheurfi, el autor del ataque, que fue identificado el viernes por las autoridades franceses. La marcha tenía el propósito de demostrar que el gobierno del Partido Socialista falló en proteger a los oficiales de la policía. 

Cheurfi es un francés de 39 años con antecedentes penales y que, pese a lo que apuntaba la prensa local en un primer momento, no había dado muestras de radicalización tras su paso por prisión, según el fiscal de París, François Molins. Si bien a principios de año fue investigado por un presunto delito terrorista, no acabó en la lista de radicalizados del servicio secreto francés. Cheurfi había sido encarcelado previamente por intentar asesinar a otro policía y tenía consigo notas manuscritas en las que defendía al grupo terrorista, Estado Islámico, y una copia del Corán.  

Las autoridades revelaron que debería haber sido llevado nuevamente a prisión, después de romper su libertad condicional para viajar a Argelia. “La Fiscalía de Meaux [la autoridad legal] exigió que lo llevaran a la cárcel para completar su condena”, admitió Molins, el máximo magistrado de investigación de Francia. “Pero El 7 de abril Karim Cheurfi fue llevado ante un joven magistrado que le recordó sus obligaciones de liberación en prisión sin ordenarle que completara el resto de su condena”, agregó Molins.

En una entrevista con el editor de Sky News, Dominic Waghorn, una de las esposas dijo que quería que el gobierno “protegiera a su esposo”. Ella dijo que estaba enojada porque los oficiales no están protegidos y no es correcto que sean asesinados de esa manera. “Queremos protección para ellos. Para todas las fuerzas. Gendarmes, bomberos, policías”, aseguró la mujer. Cuando se le preguntó si pensaba que el asesinato de Champs-Élysées tendría un efecto en las elecciones presidenciales, dijo: “Sí. Queremos más seguridad”.

La seguridad ha sido un tema clave de la campaña de la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. Minutos antes de que la noticia del ataque se divulgase, Le Pen estaba diciendo que era un tema importante que nadie ha mencionado. “Debemos tomar el control de nuestras fronteras nacionales para saber quién entra. Debemos reorganizar los servicios de inteligencia, reforzar los medios a disposición de la policía y los gendarmes y atacar el mal en sus raíces, es decir, el comunitarianismo y el desarrollo del fundamentalismo islámico”. Su principal rival para la presidencia, el ex ministro de economía socialista y banquero de Rothschild, Emmanuel Macron, dio en cambio un tono más pasivo, describiendo el terrorismo islámico radical como un “problema imponderable” que será “parte de nuestra vida cotidiana en los próximos años”.

En otro incidente separado, los medios franceses dijeron que un hombre con un cuchillo fue arrestado en la estación de Gare du Nord. Algunos pasajeros huyeron de la estación cuando fue interceptado y abandonaron sus equipajes. La policía no ha dicho aún si el incidente está relacionado con el terrorismo. Francia se encuentra en estado de emergencia desde una seguidilla de atentados que dejaron desde el 2015 un total de 239 muertos.