El jeep loco era antiguo juguete infantil. Se trataba de un autito que tenía dos ruedas traseras fijas y dos delanteras más pequeñas que giraban locas. Le dabas cuerda y allá iba el autito. Durante veinte, treinta segundos, daba vueltas iba para un poco, para el otro iba para atrás, para adelante hasta que se quedaba quieto o chocaba. Nunca se sabía bien qué iba a pasar con el curioso vehículo que conducía un estático muñeco. Boca es un jeep que sigue dando vueltas a lo loco en la búsqueda de un rumbo. En el primer tiempo del partido contra Unión en Santa Fe, con Cardona en la cancha, pareció que Russo podía llegar a tomar el volante y ordenar el recorrido, pero en el segundo todo volvió a la (a)normalidad, como si al autito le hubieran dado una cuerda de 45 minutos.

Cardona, que volvía de un desgarro, no estaba para jugar todo el partido y en el inicio de la segunda etapa le debió dejar su lugar a Zárate. Rojo, que sí estaba para 90 minutos, se lesionó sobre el epilogo de la primera etapa y le dejó su lugar a Soldano. Las salida de Rojo, modificó el dibujo táctico del equipo y la salida de Cardona apagó los destellos que se habían visto hasta ahí y Boca se quedó con las manos vacías. Línea de tres centrales en el primer periodo con Buffarini y Fabra por los laterales con poco trabajo defensivo y mucha actividad para agrandar la cancha en ofensiva, por los buenos cambios de frente de Cardona o por los pases que filtraba hacia su izquierdo. Le alcanzó a Boca para mostrarse dominador pero sin crear demasiado peligro, porque Villa andaba en esos días y Tevez no aportaba demasiado. De todo modos Boca había dejado en esos 45 minutos iniciales una imagen una pizca mejor que la de Unión, en un partido chato. 


Azconzábal, el técnico de los locales, se desgañitaba pidiéndole orden a los suyos para interrumpìr eventuales circuitos de juego y triangulaciones y parecía conformarse con eso, pero en apenas se reinició el juego el DT y los jugadores se dieron cuenta de que Boca pegaba con manos de algodón y que en la línea de cuatro que reemplazaba a la de 3/5, se abrían interesantes espacios. Y ahí golpearon. Por la punta derecha se metió Vera, le ganó en el mano a mano a Fabra y nació la jugada que terminó con el remate de Peñailillo que no pudo detener Andrada. Con el 0-1, sin Cardona en la cancha con cuatro jugadores supuestamente ofensivos (Villa, Soldano, Zárate y Tevez) el dibujo táctico se convirtió en garabato.

Unión tuvo alguna chance para aumentar el marcador pero a medida que pasaba el tiempo empezó a enamorarse del 1 a 0 y agrupó mucha gente en el fondo para amortiguar los aburridos avances de Boca, las gambetas fallidas de Zárate y algún centro de Villa. Un remate de media distancia de Tevez que no pasó muy lejos del arco y un cabezazo débil de Soldano fueron las situaciones más serias de los visitantes.

Los santafesinos que venían de un 1-4 contra Vélez, el mismo Vélez al que Boca le había hecho 7 en el último partido de Cardona, cuado perdieron el miedo, hicieron todos los deberes. Sin brillo, pero con mucha solidaridad para cubrir los espacios y prolijidad en la salida, redondearon un triunfo valioso.

Boca retrocedió unos cuantos casilleros en Santa Fe. Todavía está en la zona de los de arriba, pero hay varios equipos que se le vienen arrimando y ponen en peligro su clasificación. Como viene la mano, y si sigue jugando como en el segundo tiempo, deberá olvidarse de este torneo.