Desde Quito
Ecuador elige a su nuevo presidente. La jornada comenzó a las siete de la mañana, con la apertura de 39.915 juntas de receptoras de votos dispuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en las 24 provincias, y el despliegue de 45.699 policías, 37.957 integrantes de las Fuerzas Armadas, presentes en todos los centros de votación. La población llamada a votar es de 13.099.150, en un sistema donde el voto es obligatorio.
La mañana y la tarde se desarrollaron en calma, sin incidentes en colas, mesas, o con papeletas. Los dos candidatos presidenciales, Andrés Arauz y Guillermo Lasso, se hicieron presentes en centros de votaciones. El primero, quien no tiene la residencia en Ecuador, y por lo tanto no pudo sufragar, estuvo en el sur de Quito -zona popular de la ciudad- junto a su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Carlos Rabascall. Ambos acompañaron a votar a Silvia, una comerciante endeudada con un microcrédito de ocho mil dólares, a punto de perder su casa y su negocio.
“Se nos complicó, no hemos podido cancelar, mi esposo se enfermó con covid-19, todo este tiempo hemos estado subsistiendo económicamente, todo este tiempo no hemos estado en buenas posibilidades para cancelar el crédito (…) confío en el señor Arauz que va a ser presidente y nos eche una mano a nosotros los pobres y los humildes”, explicó Silvia. La decisión de Arauz de acompañarla se debió al hecho de que el problema con la imposibilidad de pagar los créditos es uno de los principales temas de la sociedad a resolver, ante lo cual el candidato ha propuesto una reestructuración para un alivio del monto.
“Hemos acompañado a Silvia a votar, para ejerza su derecho, su obligación constitucional, su oportunidad para poder recuperar su dignidad, su futuro, su esperanza en nuestro país (…) necesitamos un gobierno de unidad nacional, hoy estamos aquí junto a todo el pueblo ecuatoriano, hacemos una convocatoria a esa unidad, ya basta de peleas, ya basta de broncas, queremos un gobierno que atienda a la mayoría, que dé soluciones a los problemas, y nosotros estamos aquí para eso”, afirmó Arauz.
Lasso, por su parte, votó en el otro centro de poder electoral, la ciudad de Guayaquil, acompañado por su esposa, María Lourdes Alcivar. Allí afirmó: “este es un día donde todos los ecuatorianos, con el poder del voto, podamos escoger el futuro que vivirán nuestros hijos, nuestros nietos, todos aspiramos a un Ecuador de oportunidades, libre y democrático, donde todas las familias puedan alcanzar la prosperidad (…) yo les diría a todos ellos que están caminando a votar y no han tomado la decisión que, con profunda humildad, los invito a darnos una oportunidad para servirles”.
Si bien la jornada transcurrió en calma, ocurrieron dos alertas durante la tarde. En primer lugar, la misión de observación de la Internacional Progresista denunció haber sido “testigos de varias urnas sin garantía o sin marcar, lo que genera preocupaciones sobre la vulnerabilidad del conteo final de votos”. En segundo lugar, la Unión por la Esperanza, fuerza que lleva la candidatura de Arauz, alertó sobre la posibilidad de una posible irregularidad en el mecanismo de entrega de datos por parte de una de las encuestadoras:
“Alertamos a la ciudadanía y a la comunidad internacional sobre el nuevo intento de Cedatos, empresa aliada del banquero Lasso, de tergiversar los resultados electorales de los comicios de segunda vuelta (…) fuentes internas nos alertan que la encuestadora, a las 17:00 difundirá datos falsos y anunciará una diferencia de tres puntos a favor del banquero, todo para crear el escenario que permita más tarde declarar un empate técnico y consumar fraude”.
La denuncia de la Unión por la Esperanza, anticipó algo que se vino previendo en los últimos días: la disputa alrededor de la forma en la cual se entregarán los resultados, se construirán las narrativas para instalar las tendencias y quién sería el ganador. La operación de declarar a Lasso victorioso de forma anticipada ya fue realizada en el 2017, también de la mano de Cedatos.
El CNE anunció que los primeros resultados comenzarán a ser subidos al sistema a partir de las 19 horas locales (21 de Argentina). A partir de allí comenzará a verse la evolución de los dos candidatos, en un escenario marcado por amenazas, sospechas, señales de alerta, y la necesidad saber quién llegará al palacio presidencial de Carondelet el próximo 24 de mayo para ocupar el cargo que dejará Lenín Moreno.