La población de la ciudad de Guayaquil, la segunda más castigada por el coronavirus en Ecuador, votó este domingo con precaución ante la alerta de un repunte de contagios que recuerda la dureza con la que la enfermedad atacó hace exactamente un año. A diferencia de la primera vuelta del siete de febrero, esta vez no se registraron largas filas ni aglomeraciones fuera de los recintos electorales.
"La situación es muy fuerte. Todos los hospitales están llenos y hay que protegerse, más que todo a la familia y a las personas de la tercera edad con las que vivimos", señaló María Elena Caravajo, quien llegó apenas pasadas las siete de la mañana al colegio Calicuchima del norte de Guayaquil. Con traje de bioseguridad parecido al que se usa en los hospitales y doble mascarilla, Caravajo buscó evitar "correr cualquier riesgo".
Luego de votar con mayor tranquilidad y rapidez que en febrero, Esperanza Lino dijo que las elecciones debieron aplazarse por la situación en la que se encuentra la ciudad, inmersa en "un momento muy complicado con la pandemia".
Y es que Guayaquil pasa por una de sus peores etapas desde marzo y abril de 2020, cuando por un colapso sanitario y funerario ciudadanos debieron convivir por varios días con los cadáveres de sus familiares en las viviendas.
Según cifras oficiales, Guayaquil bordea los 30 mil contagios y es el cantón más castigado de la provincia del Guayas, la segunda más golpeada por el coronavirus después de la andina de Pichincha. Desde hace varias semanas, las autoridades de salud del municipio advierten que la situación es "crítica" ya que las unidades de cuidados intensivos de todos los hospitales están al tope.