La lluvia de inversiones dejó de ser una quimera. La revelación corrió por cuenta del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desde Washington. A la pregunta de la agencia alemana DPA si “están llegando inversiones a la Argentina”, el funcionario respondió “estamos viendo en el sector energético muchísima inversión que tiene que ver con los procesos que se iniciaron el año pasado, y este año estamos viendo un boom de inversión en Vaca Muerta. En minería estamos viendo la llegada de muchísima inversión. En inversiones en litio estamos viendo ya muchísimo movimiento. Vemos que la política de la Argentina está rindiendo frutos en términos de atracción de inversiones”. Por las dudas, aclaró que “es un proceso que lleva tiempo, que no es mágico”, aunque así como lo cuenta, lo parece.
El ministro dedicó la jornada de ayer de su estadía en Washington, donde participa de la asamblea conjunta de primavera del FMI y el Banco Mundial, a dialogar con la prensa. Su discurso estuvo cargado por mostrar que el país hoy se convirtió “en un caso líder en la región por haber implementado el cambio tan dramático del populismo a la normalización”, cuando “estaba camino a convertirse en Venezuela, donde vemos un festival de pobreza, de inflación, de delito, de hambre si no cambiábamos el rumbo”.
Y donde otros ven escasez, Dujovne ve “muchísimo”, y no sólo en inversiones, evidentemente. Argentina, reveló ayer el ministro, “logró comenzar a crecer, a bajar la inflación, a bajar la pobreza. El rol que hoy juega la Argentina a nivel mundial es crucial porque muestra el norte, el faro de cómo un país puede pasar de caminar directo hacia el abismo a convertirse en un país que camina hacia la normalidad, hacia la prosperidad”, casi se felicitó.
Dujovne también se congració de las coincidencias con el gobierno brasileñó de Temer, surgida de un golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff. El ex vice de Dilma le aplicó un brusco giro a la derecha al gobierno, con un fuerte ajuste fiscal que está prolongando la situación de crisis en que el vecino país está sumergido hace ya dos largos años. “La Argentina está buscando abrirse más y afortunadamente estamos en la misma sintonía con el Gobierno brasileño”, destacó el ministro de Hacienda. “En los últimos 15 años no la había y el Mercosur no estaba funcionando como mecanismo para generar más comercio. Hoy la Argentina y Brasil tienen un compromiso serio para buscar más acuerdos comerciales y hay avances muy concretos y firmes para llegar a un acuerdo con la Unión Europea”, destacó.
En torno a cuestiones más domésticas, negó que la reciente suba de las tasas de interés vaya a tener un efecto negativo sobre la marcha de la economía o que retrase el inicio de la recuperación. “En este momento justamente bajar la inflación es reactivante. Por bastante tiempo, todo lo que hagamos para bajar la inflación significa más reactivación de la economía”, aseguró. “La Argentina tiene una inflación muy muy alta y es un impedimento para crecer”, manifestó. “No vemos un conflicto de objetivos entre la política antiinflacionaria del Banco Central y las posibilidades de crecimiento de la Argentina toda vez que cuanto más rápido baje la inflación, más rápido se va a recuperar el poder de compra de los salarios, vamos a tener mejores salarios reales”, reafirmó.
Dujovne también negó que la economía argentina enfrente un problema de atraso cambiario. “Argentina tiene un tipo de cambio flotante, no es el Gobierno el que lo decide, y es mucho más competitivo que el que recibió. Hay que mirar la competitividad en forma sistémica y ahí las ganancias que estamos viendo son espectaculares”. Por último, en relación a cuánto influirá la economía en los comicios de octubre, refirió que “el crecimiento en la Argentina se está acelerando. Las encuestas muestran que la gente es muy optimista con respecto al futuro porque ve que hay un Gobierno que gobierna pensando en el largo plazo”.