La Cámara Nacional de Casación revirtió un fallo que había condenado a un hombre de 28 años a seis años de prisión por un brutal ataque a su expareja, y ordenó sortear un nuevo tribunal de primera instancia para que le imponga una nueva pena bajo el cargo de "tentativa de femicidio". 

La decisión de Casación responde al pedido del fiscal Ariel Yapur, quien en su alegato había pedido 13 años de condena para el agresor.   

La Sala II de Casación revirtió así el fallo de junio de 2019, del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 3, y ordenó la imposición de una nueva condena contra el agresor Guillermo Silva.  

"Los jueces de la anterior instancia, al descartar el dolo homicida, omitieron valorar la relación entre el autor y la víctima y la oportunidad en que tuvo lugar el ataque", sostuvo el juez Eugenio Sarrabayrouse, voto al que adhirió Horacio Dias.

En su apelación, el fiscal Yapur había advertido que el TOC 3 no tuvo en cuenta la brutal agresión que Silva le propinó a su ex pareja en mayo de 2017, a punto tal que el hombre salió de la casa de la mujer en la Villa 21.24 al grito de "¡La maté, la maté!". 

Aquel tribunal había considerado que la frase "pudo ser una simple exclamación de sorpresa frente al desvanecimiento de la víctima" y que el agresor se fue del lugar "sin tratar de asegurarse que el deceso hubiera ocurrido".

Durante su alegato, Yapur había detalló los informes sobre la agresión, en los cuales se probaba que los golpes de Silva habían sido dirigidos a la cabeza y señaló que aquella acción violenta no había provocado la muerte de la víctima "únicamente por una cuestión de suerte".

"La arrastró del cuello hasta el piso de la habitación, donde le pegó en la cabeza e intentó estrangularla", sostenía el informe judicial citado por el fiscal, y agregaba que "la situación finalizó cuando la hermana de la víctima y su hijo mayor ingresaron al cuarto".

El día de la agresión, Silva se quedó a dormir en otra habitación del mismo domicilio. A la tarde siguiente, inclusive, el agresor volvió a agredir a su ex pareja: la golpeó en el abdomen, en la cabeza y en varias partes del cuerpo; e incluso llegó a impactarle la nuca contra el suelo.

Producto de ese ataque, la víctima se desmayó en reiteradas ocasiones e intentó protegerse, al tiempo que Silva le pisó con fuerza el hombro hasta que la mujer perdió el conocimiento, tras lo cual Silva se retiró del domicilio exclamando:  "¡La maté!, ¡la maté!".

Por tal motivo, el juez Sarrabayrouse marcó que resultaba relevante la modalidad y la reiteración de los golpes dados por Silva y los lugares que eligió para atacar a la víctima: trompadas y patadas en el abdomen, golpes y patadas en la espalda y en la cabeza, lo cual provocó que la víctima perdiera el conocimiento.

"Debe destacarse el contexto de violencia verbal y física bajo el cual se desenvolvió la relación entre ambos con anterioridad a este episodio", añadió el juez en su voto, según informó la página web de los fiscales. "Silva le clavó un cuchillo en la pierna; otras veces la encerró, le revisaba sus comunicaciones en las redes sociales, le preguntaba adónde iba y si se veía con otros hombres, y hasta llegó a romper en siete oportunidades su teléfono", recordó el juez. 

Además, el fallo de Casación reinterpretó las exclamaciones de Silva, y sostuvo que el acusado era conciente de la intensidad de sus golpes, del efecto que podían causar y que solo se detuvo cuando creyó que había matado a su expareja.

Aunque el juez Daniel Morin votó en disidencia con respecto al planteo de la fiscalía, los tres magistrados coincidieron en rechazar los planteos que había realizado la defensa de Silva.