La dispersión de precios en contextos de aceleración de la inflación implica que los que se ofrecen en los supermercados y mayoristas pueden ser sensiblemente inferiores a los de las góndolas de comercios de barrio. Esto ocurre debido a que en supermercados y mayoristas hay programas como precios cuidados y precios máximos, mientras que en los otros puntos de venta el programa que debería haber, que es precios máximos, no se cumple en su totalidad. Este es uno de los motivos por los que aumenta el consumo en mayoristas y supermercados.
Las mayores diferencias se dan en el arroz, donde por precios máximos, en un supermercado se lo puede encontrar a 74 pesos, contra los 109 pesos de otros comercios, lo que implica una diferencia del 48 por ciento, según un relevamiento realizado por Focus Market. “El programa de precios máximos tiene mayor nivel de presencia y posibilidad de fiscalización en las grandes cadenas de supermercados, pero no en otras formas comerciales como kioscos, almacenes o autoservicios chinos”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora.
Otra fuerte diferencia se da en el yogur de 190 gramos, que en el supermercado cuesta hasta 67 pesos, contra los 85 pesos que se lo consigue en otros comercios, una diferencia de 26 por ciento. También en otros productos se dan estas fuertes disparidades, según el punto de venta: tomate perita (24 por ciento), atún (22 por ciento), leche de litro (19 por ciento), fideos (15 por ciento), o harina de un kilo (14 por ciento).
Precios máximos es un programa donde hay miles de alimentos que mantienen su precio congelado, y que estará vigente hasta el 15 de mayo. Supermercados y mayoristas lo cumplen a rajatabla, debido a un sistema en tiempo real de monitoreo de precios con el que cuenta la Secretaría de Comercio. En cambio, fuentes del sector almacenero aseguraron a PáginaI12 que dejaron de cumplirlo, y que ya no reciben inspecciones como ocurría los primeros meses de la cuarentena de 2020. Además, otro motivo de las fuertes dispersiones de precios es que los 670 productos de Precios Cuidados, la mayoría de primeras marcas, que aumentan sólo cada 3 meses, están presentes en supermercados y mayoristas, y no en los otros puntos de venta.
Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, explicó a este diario por qué se dan estas diferencias en los precios. “Los almacenes no tenemos depósitos, compramos y vendemos, y cuando vamos a reponer, todo aumentó. En los últimos dos meses desbordaron las listas. De la semana pasada a esta, la caja de hamburguesas pasó de 260 a 300 pesos. Ayer nos llegó el listado de yogur y leche con 10 por ciento más. Si no aumentamos, tenemos que cerrar, no tenemos margen”, aseguró.
Además, Savore explicó que la mercadería que compran los comercios de barrio en mayoristas o directamente al proveedor ya salieron del programa de Precios Máximos, debido a mínimos cambios que las empresas les hacen a los productos, como agregarle un gramo más, y el precio al que les venden puede ser hasta 50 por ciento mayor al producto si se encuentra en el listado.
Por este motivo, las fuertes diferencias de precios entre los distintos canales derivaron en una caída del consumo en comercios de barrio. “Estamos en una bajada en las ventas”, afirmó Savore. Explicó que una de las estrategias que encontraron es sumar en sus góndolas marcas de pymes nacionales y usar como referencia el listado de precios máximos. Por ejemplo, un pan lactal de primera marca cuesta 210 pesos, contra uno de una segunda marca, 130 pesos. Lo mismo con galletitas de agua, que la primera marca asciende a 130 pesos y la segunda, a 60 pesos.
Por el contrario, el consumo en supermercados y mayoristas viene creciendo. En supermercados, 2020 terminó con crecimiento interanual en diciembre, y luego se repitió en enero. Por el contrario, en los mayoristas viene creciendo sostenidamente desde hace más de un año. El principal motivo son los precios, que son más económicos por cumplir los programas de precios y por acceder a promociones bancarias y descuentos, en un contexto de alta inflación y caída de ingresos de los consumidores.
Además, "adelantar consumo a través del stockeo permite adelantarse a la inflación futura, a la vez que comprar en volumen tiene un precio menor", indicó Damián Di Pace. “Sólo en marzo el aceite subió 17 por ciento”, agregó. Una tendencia novedosa es cómo aumenta la venta de carne y verduras en mayoristas, debido a los "precios más accesibles", según explicó Javier González, de la consultora NielsenIQ.