El lunes 12 de abril más de 15 manifestaciones simultáneas pidieron en distintos puntos del país por la aparición con vida de Tehuel de la Torre, el chico trans que falta de su casa desde el 11 de marzo.

Muchas fotos a la misma hora de la tarde: En Mendoza el acto termina con algunos participantes demorados. En Posadas, donde la organización 1969 armó un micrófono abierto para hablar del tema, la transmisión se corta abruptamente por agresiones de transeúntes de la 9 de julio, la plaza más antigua y tradicional de esa ciudad, contra lxs activistas. En Plaza de Mayo los golpes de tambor de organizaciones como Pan y Rosas, Las Rojas Diversidad, Diversidad MST, Diversidad/izquierda socialista, se confunden con los gritos de vendedores de barbijos. Una puestera, que cambió las aguas y las gaseosas de los tiempos prepandemia por los tapabocas, exhibe varios modelos: verdes, con los motivos de la wiphala, con la insignia naranja que simboliza la separación de la iglesia del estado, y dos o tres barbijos con la cara del Papa Francisco. La vendedora cuenta que espera superar su pico de ventas, que fue durante los banderazos anti-medidas sanitarias de mayo del año pasado. En esta oportunidad, la convocatoria no la acompaña y esa falta de masividad, que se explica lógicamente por la dimensión de la segunda ola de coronavirus, para Pablo Vasco, de Libre Diversidad, MST, es relativa: “Hay que ver cómo la medimos porque este grito por Tehuel que en redes es masivo también se replica no sólo acá en Capital sino en más de 15 ciudades de toda la Argentina. Eso muestra que hay una inquietud grande. Y también sabemos que hay una situación de mucha urgencia: el mismo día que convocamos a estas marchas nos enteramos de otra situación transodiante gravísima en Jujuy”. Vasco de refiere a la noticia que esta semana pasó desapercibida: el ataque a machetazos contra La Yeni, en plena calle y a la vista de la policía de San Pedro, en esa provincia del norte argentino.

YUTAS Y PIBIS

El lunes en la plaza principal de la ciudad de Mendoza, la plaza Independencia, se convocó a una concentración por la aparición de Tehuel. “La jornada fue emocionante porque logramos que vinieran muchas personas, alrededor de 50 o más seguramente. Un número que, para los que solemos manejar cuando se trata de un reclamo relacionado a personas trans, es muy alto”, cuenta en conversación con SOY Brune Alzogaray, activista trans y bisexual. “Desde que llegamos había varios policías pidiendo datos, ‘constatando identidad’, algo un poco cínico si se piensa en qué tipo de movilización estaban custodiando. La verdad es que la violencia policial en Mendoza no es nueva. En la plaza Independencia y alrededores suelen perseguir a los vendedores ambulantes, incluso quitándoles sus herramientas de trabajo muchas veces con violencia frente a sus niñes. Situaciones de mucha hostilidad”, cuenta Brune. En la concentración del lunes, cuando ya la gente se empezaba a dispersar, “vimos que unos seis efectivos estaban con unes pibis reteniendo sus DNI y haciéndoles pasar un mal momento. Nos acercamos el resto a rodear la escena, y ejercer un poco de acompañamiento para que la cosa no se fuera a mayores. Los tuvieron como 20 minutos ahí de pie ‘constatando sus datos’. Estamos hablando de chiques, que muchxs eran menores de edad. Mirando la escena también niñes que habían participado con sus xadres de la concentración. Les tuvieron ahí con malos modos, y reteniéndoles sus documentos. No pasó a mayores por suerte pero realmente eran un montón de yutas rodeando a unxs pibis, como en una demostración de fuerza, y la imagen era estremecedora”.

En Posadas la manifestación por Tehuel tomó la forma de un micrófono abierto, cuenta Jazz, militante de 22 años de 1969, agrupación lgbti de Misiones. “Es la forma que encontramos de hacer algo que llame la atención porque la gente que se moviliza acá por estos temas, incluso en la capital de la provincia, es realmente muy poca. No somos más de 15 y nos conocemos entre todxs. Si ya a nivel provincial, las escuelas confesionales pueden saltearse las clases de educación sexual integral para dar ‘educación para el amor’... ¿cuánta recepción puede tener la desaparición de un varón trans? Esto genera que la gente sea incluso completamente agresiva. En la manifestación que hicimos esta semana, mientras colgábamos los carteles nos han gritado de todo”.

Una de las marchas con mayor convocatoria tuvo lugar en Mar del Plata, en la intersección de Luro y Mitre. Estuvo organizada por la Asamblea Travesti Trans No Binarie, conformada en esa ciudad en 2019, cuando el disparador fue el faltante de hormonas en las salas del sistema de salud público. Hacer activismo trans y manifestarse en las calles de Mar del Plata tiene sus particularidades, relata Julen Andiarena Lattes de la Asamblea Travesti Trans No Binarie, “porque si bien es una ciudad de un tamaño y una población relevantes, sigue funcionando en algunos sentidos como un pueblo: les que activamos somos pocxs y nos conocemos mucho. Esta vez pasó lo que es moneda corriente: aparecieron infiltrados y también se nos acercaron los neonazis a hacer el saludo hitleriano. Esas ‘particularidades’ lejos de desmovilizarnos nos impulsan a tener cada vez mejores estrategias para cuidarnos”.

Por Mariano Camilo

LA JUSTICIA CIS

“La policía bonaerense tomó la denuncia tarde, cuatro días después de la desaparición de Tehuel, según lo que cuenta la hermana. Demoran en caratularlo como ‘desaparición de persona’. Incluso el protocolo policial establece que para considerarlo solamente un extravío el límite son 24 horas. Cuando pasan las 24 horas, corresponde buscarlo bajo la premisa de que es una desaparición. Por otro lado, hay dos personas detenidas que evidentemente tuvieron vínculo con él porque apareció el teléfono roto de Tehuel en la casa del primer detenido, Ramos. Y una fotografía de Tehuel con esas dos personas. Se cumplió un mes y parece que no avanzara más. No sabemos si es una falta de recursos, de voluntad, o de comunicación”. Así describe su mirada sobre la investigación Pablo Vasco desde Plaza de Mayo. 

La Asamblea TTNB en el documento producido a partir de las manifestaciones de este lunes pone un acento en las consecuencias de un accionar judicial al que no le falta únicamente perspectiva de género, sino también una mirada desde las experiencias de las personas trans, travestis y no binarias: “Hoy el informe del mapa de la justicia elaborado oficialmente nos habla de la desigualdad entre mujeres y varones cis, y las personas TTNB ni siquiera estamos nombradas”. ¿Qué propuestas concretas implica este pedido de reforma judicial con perspectiva de géneros originada en los saberes de las personas TTNB? “Nos referimos a cuestiones muy básicas como la cobertura médica. Si yo no tengo vínculo con mi familia sanguínea y no tengo conyugue o conviviente ‘legal’, y quiero darle mi cobertura médica al amigue con el que convivo y con quien comparto mi proyecto vida, hoy no puedo hacerlo”, explica Sa Nahuel Cano, activista no binarie de zona sur de la provincia de Buenos Aires.

También entran aquí los derechos de herencia: “Hay personas trans que llegan a tener algo en su vida. Supongamos que una de estas personas fallece, entonces se presenta su familia sanguínea a reclamar esos bienes. Ha pasado. Su familia comunitaria o convicencial no puede hacer nada contra eso. Si el contrato de alquiler de la casa que todes compartían es de esa persona que murió, les pueden desalojar de ahí”. Otro ejemplo: “si querés ser querellante en un juicio, tenés que probar tu interés en él. Se suele presumir el interés de familiares sanguíneos. Si soy una persona que no comparto un vínculo sanguíneo con la persona que está desaparecida, en el caso de Tehuel, o fue asesinada, tengo que demostrar un interés para poder ser querellante”. Uno de los puntos del reclamo de reforma judicial con estas perspectivas es que se pueda reconocer como “unidad” a otras formas de convivencia y afectos que no sean necesariamente sanguíneos o matrimoniales. Y esto, dice Sa Nahuel Cano, es básico para cosas tan cotidianas como la crianza: “Si yo tengo hijes y los crío con mis amigues, para ir a buscarlos a la escuela, te preguntan qué vínculo tenés con el niñe”.

LA RESISTENCIA TRANS

Más que un caso o una historia aislada, la desaparición de Tehuel es la parte visible de un iceberg. Así lo entiende Noah Pellegrini, de 34 años, fotoperiodista y militante no binario de la Asamblea Autoconvocadxs por Tehuel de Rosario: “Soy oriundo de una ciudad muy pequeña en el interior de Santa Fe pero pasé toda mi transición en Rosario y lo que sabemos de la historia de Tehuel me resuena muy fuerte porque yo también vengo de un barrio complejo donde las cosas son muy difíciles con los vecinos. Lo que le pasó a Tehuel pegó mucho entre nosotres porque habla de lo expuestas que estamos las personas trans y no binarias, por tener que ir detrás de cualquier cosa por conseguir un trabajo. Lógicamente, lo peor que te puede pasar es que te maten, pero en el camino puede haber violaciones y muchas otras violencias que en general no salen en los medios”.

Autoconvocades por Tehuel, donde participan partidos políticos, organizaciones barriales, de base e independientes y distintas personas preocupadas por encontrarlo, es una organización federal. Llevan varias asambleas realizadas desde el 11 de marzo además de “toda una conexión virtual, grupos de WhatsApp, reuniones por Zoom, lo cual permite que la movida se pueda extender bastante más allá que Capital”, como relata para SOY Honguito, activista trans de 25 años del sur del Conurbano bonaerense.

Honguito resalta, con respecto a uno de los puntos del documento con reclamos de la comunidad, la importancia de los lazos de afecto no sanguíneos: “Es la realidad de muches: nuestros lazos más cercanos suelen no tener nada que ver con la familia biológica. Nuestres amigues, amores y redes nos representan muchas veces más y mejor que nuestras familias. No sé cómo era la relación de Tehuel con su familia pero sí sabemos que algunas personas de su familia en un primer momento lo nombraban con una identidad distinta a la que él se autopercibe. Y los medios multiplicaban eso, lo cual entorpece gravemente su búsqueda”.

 

Para Honguito las experiencias de las masculinidades trans a la hora de habitar las calles son indisociables de otras variables como la geografía y el color de la piel: “Ahí también hay una clave más para pensar lo que le pasó a Tehuel. En Capital me muevo de otra manera, voy y vengo a la hora que quiero, nunca me pasó nada. En el sur del conurbano no puedo hacer eso. Para las masculinidades trans o personas no binaries por fuera de Capital las formas de habitar son otras. Toparte con un grupo de chabones cis es siempre una amenaza. No sabés si se van a acercar. Si te van a golpear o hacer cosas del horror. Yo lo vivo con mucho, mucho miedo. Y como si esto fuera poco, tenés a la Policía, que te detiene por tu expresión de género. Me ha pasado mil veces. Los civiles y los uniformados, son los dos tipos de hombres cis que buscan coartar nuestra forma de movernos en la calle”.