Comienzo de la pandemia en Unquillo, en Córdoba. La música Clara Cantore amanecía con el aire de las sierras, caminaba entre las gallinas, tocaba sus instrumentos. Andrea Gamarnik estaba “prendida fuego, no tenía un minuto libre". Pasaba todo el día y parte de la noche en el laboratorio. Había dejado sus investigaciones sobre el dengue para abocarse a estudiar el sars-cov2, ese virus desconocido. Clara y Andrea se conocían a través de una amiga, a las dos les gusta mucho jugar al fútbol, era el punto de contacto. Entonces, la artista Clara Cantore mandó una canción para que escucharan en el laboratorio. La promesa fue: tengo algo que es groso. De un lado y del otro. Casi al mismo tiempo, Andrea estaba en la tapa de todos los diarios por el desarrollo del kit de diagnóstico CovidAR, en tiempo récord y Clara enviaba Razón de vivir, grabado junto a Sandra Mihanovich y Marta Gómez. “Yo sé que Andrea es muy grosa, pero no teníamos idea de lo que estaba haciendo”, dice Clara y se ríe cuando cuenta que, al advertirlo, le hizo una broma: “Ahora sos muy famosa, ya no podemos trabajar con vos”. Así nació Música por la Ciencia, un puente de música para hacer “circular la visibilidad” de les artistas para difundir proyectos científicos, una idea original de las dos, que fue sumando antropólogos, comunicadores, artistas.
“Fue hermoso”, cuenta Andrea. Lo sintieron como “un mimo” y Clara les propuso que Andrea contara lo que iban haciendo otros equipos científicos. “La música se convirtió en el interlocutor entre los científicos y la gente de a pie, los músicos mismos incluidos”, dice Clara.
La música y la ciencia se entendieron tan bien, que la iniciativa creció, se hizo mucho más ambiciosa, a partir de las ocho canciones grabadas en 2020 con invitades como Juanchi Baleirón, de Los Pericos; Nahuel Pennisi, Piñón Fijo, Juan Carlos Baglietto, Pipi Piazolla, entre otres. Y hay segunda temporada. Desde el sábado pasado, en el canal de YouTube de Música por la Ciencia, puede verse el primer video de esta vuelta. “El arte y la ciencia se cruzan en la permanente búsqueda de algo desconocido”, dice Gamarnik, la directora del Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires, IIBBA-CONICET, en ese video. “La música y la ciencia son la excusa para echar luz sobre una forma de construir y pensar qué es lo que uno puede sumar desde lo que tiene para, en definitiva, aportar a una solución colectiva”, dice Clara Cantore.
La primera invitada fue un lujo: Sandra Mihanovich. En cada uno de los videos, Andrea hacía una breve presentación de las investigaciones de diferentes equipos. Y llegaba el tema. Lo que se repetía era la delicadeza de los arreglos y la voz profunda de Clara, que tocaba el bajo, la guitarra y otros instrumentos. Pensamiento de Caracol fue la entrega para el día de la infancia, en la que participó Piñón Fijo y fue dedicada, por Andrea Gamarnik, a las investigadoras Alicia Mistchenko, del hospital Gutiérrez, y a Andrea Mangano, del hospital Garrahan, que con sus equipos trabajan para realizar los tests de sospechas de COVID-19 en el día. Juanchi Baleirón hizo Sin Cadenas, dedicado a Laura Bover, argentina que lidera un equipo internacional de 60 científicos para enfrentar la pandemia.
Ahora, en la segunda temporada, Al otro lado del río, con la voz de Sandra Mihanovich, tiene otro formato. Una entrevista que no es periodística, sino una charla entre la artista y las científicas. “Estamos conversando con Natalia Laufer y Yésica Longueira, del Biobanco”, presenta Sandra Mihanovich por zoom. “Un biobanco lo que hace es colectar muestras de personas infectadas o que tienen una enfermedad que uno quiere estudiar y las prepara para que cuando los científicos las quieran estudiar, las tengan disponibles”, completa la idea Andrea. Esa coralidad es también lo que distingue a Música por la Ciencia. “La elección de la canción nos encantó, esto de al otro lado del río, hace pensar que tal vez sean dos partes que parecían lejanas y se pueden unir”, dice Natalia y subraya que “aunque estemos en otra orilla, podemos trabajar juntos”. Sandra canta Al otro lado del río junto a María Paula Godoy, con un recitado del Duende Josele. En esta canción, Clara toca ronroco y canta. Sergio Zabala toca guitarrón, Juan Martín Angera, la guitarra y Jonatan Szer percusión.
No es casualidad que la mayor parte de las investigaciones que presentaron el año pasado, y la primera de este año, estén lideradas por mujeres. Andrea ha impulsado la equidad en la carrera científica. “Tanto Andrea como yo somos partidarias de la igualdad de oportunidades en cualquiera de sus formas, y eso va mucho más allá de la cuestión de género. Es nuestra intención de generar un mundo más justo”, plantea Clara, que en 2020 lanzó la canción “Una buena feminista”, una especie de manifiesto irónico sobre las exigencias hacia quienes reclaman por sus derechos. La música subraya “la gran cantidad de mujeres trabajando en los proyectos de investigación relacionados con la pandemia, y muchas de ellas a la cabeza”.
A Clara le entusiasma que la música pase a un segundo plano, que sea un vehículo, porque “la música está acostumbrada a ser la estrella de la escena”. Música por la ciencia (que se encuentra en la página web www.musicaporlaciencia.org) se convirtió también en la Fundación Por la Ciencia, ya que los proyectos por venir incluyen otras artes y deportes, como nexos para que los proyectos científicos puedan llegar de una forma sensible a la comunidad. “El arte y la ciencia tienen muchas cosas en común. Siempre pensé que la dimensión espiritual del arte estaba muy lejos de la ciencia, y especialmente de las ciencias duras. Ahora creo que realmente la dimensión existencial de por qué hacemos lo que hacemos es lo que nos conecta”, dice Clara sobre los aprendizajes de este proceso.
El equipo de trabajo es interdisciplinario. En la realización del video estuvieron Martín Bergallo, Sebastián Bergallo, Florencia Frete, Victor Vargas, Malena Maite, Magda Ochoa, Alexandru Ichim, Juan José Cobo, Juan Data, Francisco del Capo, Jero Pokle, Andrés Anaya.
“Lo que queremos con Clara es que Música por la Ciencia nos acompañe en este proceso, que es también creativo, de cómo hacer para que la ciencia llegue a un lugar que es adonde queremos ir, que transforme a nuestra sociedad”, dice Andrea en el video, mientras suena “Rema, rema, rema”, la letra de la canción de Jorge Drexler. Para Clara, el gran descubrimiento, fue el poder transformador de la música. “Tanto me conquistó este proyecto que el modo en que hacía música antes me queda chico, no sé cómo haré para volver a subirme a un escenario”, dice Cantore.