El Índice de Precios al Consumidor se disparó un 4,8 por ciento en marzo, el nivel más alto desde que Alberto Fernández asumió la presidencia y el mayor desde septiembre de 2019. El aumento elevó a 13 puntos la inflación en lo que va del año y a 42,6 la suba de los últimos doce meses. Los precios regulados y los alimentos fueron los principales motores del IPC. En el primer caso, el alza llegó al 4,5 por ciento mensual y estuvo motorizada por alzas en educación (del 28,5 por ciento contra febrero), combustibles, tabaco, prepagas y transporte. Respecto de los bienes estacionales, prendas de vestir y calzados subieron 10,8 por ciento. El rubro alimentos y bebidas no alcoholicas esta vez quedó por debajo del promedio general, pero con un incremento igualmente muy alto, del 4,6 por ciento, para escalar en el primer trimestre a 13,8 por ciento y en el último año, a 44,8.
Frente al impacto del dato de inflación de marzo, el Gobierno anunció un paquete de medidas para intentar contener los precios de la carne vacuna y el pollo, acercar al público minorista del área metropolitana de Buenos Aires frutas, verduras y productos frescos a los valores del Mercado Central, establecer acuerdos de precios de una canasta de bienes esenciales para todo el país y controlar los costos industriales de textiles, madera, plásticos, químicos, hierro, acero, aluminio y cemento, entre otros. También busca llegar a un acuerdo de precios para celulares, computadoras y televisores, en tanto que la Secretaría de Comercio Interior contratará 500 inspectores y pondrá en marcha el registro de precios y stock de las 1000 empresas más grandes de consumo masivo en el país.
El punto más sensible en relación a la inflación son los aumentos de precios de los alimentos, que elevan el valor de las canastas básica y alimentaria. Como los ingresos populares no logran hacerlo en igual proporción, los índices de pobreza e indigencia reflejan una situación social cada vez más delicada.
En marzo hubo fuertes aumentos en lácteos: el queso cremoso subió 15,8 por ciento, seguido por queso sardo (13,9), leche fresca en sachet (12,0), yogur firme (10,8), leche en polvo entera (8,0) y manteca (7,0).
También se volvieron a registrar fuertes alzas en frutas y verduras, encabezadas por tomate redondo (36,8 por ciento) y lechuga (16,9). En cambio, el mes pasado bajaron otros productos que se había disparado anteriormente, como limón (-21,8 por ciento en el mes), batata (-10,8) y zapallo anco (-10,6).
La carne también mantuvo la tendencia alcista. El kilo de nalga trepó 8,9 por ciento, seguido por carne picada común, paleta y hamburguesas congeladas, con 8,5 puntos de suba en cada caso. El cuadril avanzó 6,9 por ciento, en tanto que el asado lo hizo en un 5,5 por ciento y el pollo, en un 3,9.
Durante el primer trimestre de 2021, el índice de precios de las materias primas que elabora el Banco Central aumentó un 14 por ciento, acumulando un incremento del 34 desde septiembre de 2020, explicado fundamentalmente por el alza del precio de los productos agropecuarios. Se trata de uno de los mayores aumentos de precios internacionales de los últimos años, alcanzando máximos que no se observaban desde 2014.
En su informe, el Indec analizó la evolución de otros rubros que pegaron en la inflación. La suba en cigarrillos explicó la mayor parte del aumento observado en Bebidas alcohólicas y tabaco (6,4 por ciento), mientras que la reapertura de cines en la mayoría de las regiones incidió en la suba de la división Recreación y cultura (5,3 por ciento). Por su parte, el alza en la división Transporte (4,2) obedeció principalmente a las subas en la adquisición de vehículos, combustibles, y taxis y subtes en la región GBA; mientras que los incrementos en Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud y en Gastos de prepagas incidieron en el aumento de la división Salud (4,0).