La tensión entre Estados Unidos y Rusia sumó hoy un nuevo capítulo luego de que la Casa Blanca impusiera nuevas sanciones financieras contra Rusia y expulsara a diez de sus diplomáticos por acusaciones de ciberataques e injerencia en las elecciones presidenciales, una decisión que Moscú rechazó de inmediato y por la que convocó al embajador estadounidense para dar una "respuesta contundente".
Las nuevas sanciones y la expulsión de diplomáticos sorprendieron, ya que hace apenas un día el secretario de Estado Antony Blinken había anunciado una posible reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par ruso, Vladimir Putin, en las próximas semanas, justamente para destrabar el momento de tensión que domina la relación bilateral y tras una nueva llamada telefónica entre los dos mandatarios.
"Lo que se está discutiendo actualmente no va a favorecer de ningún modo una reunión", estimó el vocero presidencial ruso , Dmitri Peskov. Un funcionario de la Casa Blanca que habló con medios internacionales bajo condición de anonimato ratificó hoy la necesidad de esa reunión.
"Creemos que será clave que en los próximos meses ambos líderes se sienten a conversar sobre el amplio abanico de asuntos a los que tiene que hacer frente nuestra relación", sostuvo la fuente, citada por agencias de noticias como AFP y Sputnik.
Pero el Kremlin ya avisó que las sanciones estadounidenses podrían enturbiar aún más la relación y, por lo tanto, las chances de que se realice esa reunión. "Lo que se está discutiendo actualmente no va a favorecer de ningún modo tal reunión", estimó el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
El decreto firmado este jueves por Biden amplió las restricciones a los bancos estadounidenses que negocian la deuda que emite el Gobierno ruso, expulsó a 10 diplomáticos, entre ellos algunos acusados de espionaje, y sancionó a 32 personas acusadas de interferir en las elecciones de 2020, según informó la Casa Blanca.
También permitirá volver a sancionar a Rusia con "consecuencias estratégicas y económicas", "si continúa o promueve una escalada de sus acciones desestabilizadoras internacionales", advirtió la Casa Blanca en un comunicado, que parecía referirse a la actual escalada militar y diplomática en la frontera con Ucrania, un aliado norteamericano.
Además, según el comunicado del Tesoro estadounidense en el que se describen las sanciones y sus causas, otro de los argumentos fueron "los esfuerzos de Moscú por socavar la conducción de elecciones democráticas libres y justas y las instituciones democráticas en Estados Unidos y en sus aliados".
Distintas instituciones estadounidenses han acusado públicamente a los servicios de inteligencia rusos de organizar campañas de desinformación durante las campañas electorales de 2016 y 2020 en favor de la candidatura de Donald Trump.
Según el Gobierno de Biden, las sanciones responden también a "actividades cibernéticas maliciosas contra Estados Unidos y sus aliados", en referencia al pirateo de un programa de la empresa SolarWinds que afectó a unas diez agencias del Gobierno y más de cien empresas privadas a principios de 2021, y que Washington adjudicó también a espías rusos.
La respuesta de Moscú
La Cancillería rusa convocó este jueves al embajador de Estados Unidos en Moscú, John J. Sullivan, y aseguró que Moscú dará una "respuesta contundente" a las nuevas sanciones impuestas por Washington.
"Ese comportamiento agresivo, sin duda alguna, se enfrentará a un enérgico rechazo, la respuesta ante las sanciones será contundente", adelantó la vocera de la cartera, María Zajarova, en su conferencia de prensa diaria. En la misma línea, explicó que el Ministerio "convocó al embajador de Estados Unidos" para una "conversación que será dura para la parte estadounidense".
También se pronunciaron los propios servicios de inteligencia extranjeros rusos (SVR), que calificaron de "delirios" las acusaciones de Estados Unidos. "Leer estos delirios tiene poco interés", afirmó el SVR en un comunicado enviado a la agencia de noticias rusa Sputnik.
Mientras crece la incertidumbre por cuál será la represalia que tomará Rusia, los principales aliados de Estados Unidos salieron de inmediato en su apoyo. La Cancillería del Reino Unido no solo apoyó a su tradicional socio, sino que llamó a consultas al embajador de Rusia, Andrei Kelin. "Al Gobierno británico le inquieta profundamente el patrón de conducta maligna del Estado ruso", argumentó el subsecretario de Relaciones Exteriores, Philip Barton.
Qué dijeron la OTAN y la UE
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se paró junto a Washington y aseguró que Moscú sigue "un patrón de desestabilización" que también incluyó injerencias en Ucrania y Georgia.
La alianza militar, creada en la Guerra Fría para contener lo que las potencias occidentales veían como la amenaza soviética, también acusó a Rusia de promocionar ataques en Afganistán y la actual escalada en la frontera ucraniana y en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
La Unión Europea (UE), por su parte, también manifestó su apoyo a Estados Unidos, prometió continuar "investigando las actividades cibernéticas maliciosas con miras a una acción sostenida" y defendió las labores diplomáticas del bloque para interceder ante la creciente tensión en el este de Ucrania.
Sin embargo, después de que Washington anunciara las nuevas sanciones contra Moscú, Biden, indicó que "llegó el momento de la desescalada". El mandatario estadounidense estimó que una comunicación en directo con Putin podría establecer una "relación más efectiva" y afirmó que el líder ruso concordaba con esta tesis.
Biden indicó que la cumbre propuesta a Putin podría tener lugar este verano boreal en Europa, o sea en el transcurso de las próximas semanas, informó el secretario de Estado Antony Blinken en conferencia de prensa.
"Preferiríamos una relación estable y predecible con Rusia, y eso requiere líneas abiertas de comunicación, que es exactamente lo que vieron ayer cuando el presidente Biden tomó el teléfono para llamar al presidente Putin y también proponer que se reúnan en las próximas semanas", dijo Blinken, según la agencia Sputnik.
La propuesta del mandatario estadounidense es reunirse en un tercer país para abordar temas bilaterales e intentar alcanzar un vínculo estable. Uno de los lugares posibles es Austria, cuyo Gobierno se ofreció ese mismo día a albergar la cumbre entre Estados Unidos y Rusia.
Otra posibilidades son República Checa y Finlandia. Putin todavía no ha respondido, pero Biden indicó que los equipos están discutiendo "ahora mismo" esta posibilidad.