No existen tácticas o maniobras correctas sin estrategias definidas porque son momentos que se presuponen el uno al otro. Tampoco puede haber estrategia definida sin objetivos claros. En caso de darse esta combinación, no significa que no puedan existir errores de distinta índole.
Para el desarrollo del proyecto nacional y popular en Argentina es necesario determinar objetivos claros, una estrategia y analizar cada coyuntura para avanzar hacia el norte propuesto. Hasta acá, esto es casi obvio.
También es imprescindible dominar cada vez mejor las complejidades e instrumentos para proceder de acuerdo a lo planificado. No se trata de una curiosidad académica ni de estudiar el sexo de los ángeles sino de conocer cuáles son los grados de libertad entre economía y política para el desarrollo de un proyecto nacional y popular.
En este tipo de proyecto conviven distintos enfoques teóricos, pero con el espíritu común del desarrollo nacional para el progreso de la mayoría de la población. Las circunstancias y las alianzas determinan que no siempre haya condiciones para llevar adelante todos los objetivos propuestos, a riesgo de retroceder y que el próximo avance cueste mucho más.
No es un tema menor debatir, con este espíritu, cuál es la relación entre las distintas formas dinerarias ni cómo alinear, de acuerdo a una coyuntura específica, las distintas tasas de interés, tipos de cambio, impuestos, subsidios.
Se deben continuar analizando los mecanismos reales, las libertades y restricciones, pero también cuestiones más relevantes para no pedirle peras al olmo ni fracasar con buenas intenciones.
Fuga
A modo de ejemplo, si en las últimas décadas la fuga de divisas está explicada esencialmente por los principales holdings debido a su carácter transnacional, ¿pueden fomentarse “unicornios” privados, pero pedir que no trasnacionalicen su excedente? Como recuerda Danny DeVito interpretando a Lawrence Garfield en la película “Other People's Money”, en general, quien invierte no busca tal o cual acción productiva sino obtener más dinero del que puso inicialmente con el objetivo único, o al menos principal, de valorizar su capital.
¿Puede esperarse inversión extranjera directa con el objetivo de que desarrolle nuestro país y, además, casi no se remitan utilidades? Son conceptos económicos los que pueden explicarlo y no correlaciones derivadas de modelos econométricos que toman a las variables como cosas y no como expresión de relaciones sociales.
En cuanto a la política monetaria, no tiene sentido analizar las formas dinerarias desligadas de producción, distribución, intercambio y consumo. El dinero no existe de manera abstracta sino en forma concreta. No es lo mismo dinero en manos de quien consume, en manos de quien invierte, en manos de quien atesore o de quien fugue. No es lo mismo el dinero destinado a inversión que a sectores dominantes de la producción pero que ante baja de la rentabilidad pueden tener “preferencia por la liquidez” y, coherentemente con sus intereses objetivos, lo fuguen para capitalizarlo de manera financiera.
Dolarización
¿Qué posibilidades y limitaciones existen para alinear intereses contra la dolarización estricta que cada tanto resurge con fuerza en nuestro país y es la gran tendencia neoliberal?
Las formas de propiedad generan necesidades y mecanismos propios. Para el proyecto nacional y popular pueden combinarse formas público-privadas o formas privadas con mayoría accionaria estatal además de formas estatales puras. Estas podrían ser una respuesta para una etapa prolongada en una coyuntura de crisis mundial profunda, que permitan alinear intereses disímiles para llevar adelante este tipo de proyecto.
El 8 de febrero de 2020, Cristina Fernández de Kirchner analizó: "hay una insuficiencia para regular las relaciones económicas y sociales. La gran disputa que se está dando hoy es quién conduce el proceso capitalista de producción. El capitalismo en el modelo americano lo conduce el mercado. El capitalismo en el modelo chino lo conduce el Estado asociado con empresas. La discusión va por dos andariveles complementarios: quién conduce el proceso económico y de qué representaciones nuevas dotamos a las constituciones. Que el mercado conduzca todo nos conduce al desastre, hasta al desastre climático; es la gran discusión que se viene”.
La política monetaria debe tomar en cuenta la relación entre formas dinerarias y formas de propiedad. Éste también debe ser un tema de estudio entre quienes estén interesados en la soberanía política y el bienestar de las grandes mayorías.
* Economista UBA-UNdAv e integrante de Economía Política para la Argentina (EPPA).