La herramienta que sirve para determinar en cuáles poblaciones circula el SARS–CoV-2 (virus que produce la covid-19) desde el análisis de las aguas residuales está a punto de quedar inactiva. 

Así lo indicó la investigadora de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y CONICET, Verónica Rajal, quien es la directora del proyecto "Determinación de SARS-CoV-2 en aguas superficiales y residuales de la provincia de Salta. Evaluación cuantitativa del riesgo microbiológico. Propuestas para la mitigación y control de la contaminación”. Esta fue una de las 64 iniciativas seleccionadas entre más 900 propuestas que llegaron de todo el país, para obtener financiamiento de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).

Si bien el proyecto, que empezó a mitad del año pasado, tiene un año de duración, el monitoreo en las aguas solo estaba previsto para seis meses. Por eso ante la falta de reactivos para continuar con el control de las aguas, la herramienta de detección viral podría quedar fuera de las estrategias que permiten encontrar la circulación del SARS-CoV-2. 

Según indicó Rajal, por ahora hay tratativas con el gobierno provincial para continuar los análisis de las aguas. También existe un pedido de extensión de fondos para seguir con el monitoreo ante la Agencia de Promoción de la Investigación.

El proyecto de investigación también involucra la posibilidad de caracterizar fisicoquímicamente y de determinar el nivel de contaminación microbiológica en las aguas superficiales (ríos, por ejemplo). Este tipo de estudios eran realizados con anterioridad por el grupo de investigadores a cargo de Rajal. En este caso el objetivo final es poder establecer estrategias para la descontaminación de las aguas.

Sin evidencia de contagio por el agua

Los resultados que surgen del monitoreo indican que en las muestras de las aguas residuales se encontraron fragmentos genéticos del SARS-CoV-2, lo que no significa que el virus sea infectivo. Hasta la fecha ningún grupo de investigación ha encontrado virus infectivos en aguas residuales. Tampoco existen evidencias a nivel mundial que indiquen que el contacto con aguas que contengan los fragmentos virales sea una vía de contagio.

Sin embargo, el análisis tiene su utilidad porque permite establecer en tiempo casi inmediato de cuál población o de qué área de la ciudad surge una cantidad determinada de rastros del virus. Esto permitiría al sistema sanitario contener esa población y disponer políticas de testeos masivos para evitar la propagación del virus. Rajal señaló que se podría establecer una estrategia conjunta con los actores del sistema sanitario para contener al virus en poblaciones determinadas.

La idea es que esta herramienta se pueda utilizar de manera inteligente para evitar la propagación rápida. Al saber dónde están las zonas calientes permite hacer testeos masivos y aislar a los casos tanto sintomáticos como asintomáticos”, que se puedan detectar, explicó la investigadora. 

En Salta, por ejemplo, son 13 muestras de distintos sectores de la ciudad que se monitorean cada dos semanas, además de otros departamentos del interior.