Me da cierta bronca, a esta altura del partido, que me haya creído, siendo pibe, las peleas entre el Indio Comanche y Martín Karadagian en Titanes en el Ring. Simulaban pelear, pero estaba todo arreglado.
Ahora las simulaciones corren a cargo de Juntos por el Cambio: lanzan discursos incendiarios, sus seguidores entienden que tienen que rebelarse y eso tiene consecuencias en la tranquilidad, en la angustia, en los miedos.
Porque si uno pone el foco y mira de cerca ve lo siguiente:
● Que Larreta “amenaza” con ir a la Corte Suprema. ¿Por la no presencialidad por 15 días? Imposible. En dos semanas, no pasa ni de la mesa de entradas. La Corte Suprema de Estados Unidos acaba de tardar un año y medio para saldar la disputa entre el estado de California y las iglesias pentecostales porque le pusieron límites a la asistencia a los servicios religiosos. Con los jueces puestos por Donald Trump, la Corte le dio la razón a los pentecostales después que, con la composición anterior, había dicho que los gobernantes tienen derecho a poner restricciones en beneficio de la salud del conjunto. Y agregaron que los jueces no entienden de salud por lo cual no deben pronunciarse sobre los beneficios o perjuicios sanitarios de una medida.
● Aún suponiendo que a los supremos les agarrara un ataque de laboriosidad ¿Van a dictaminar sobre una medida que dura 15 días? ¿Se van a meter con un DNU que, en todo caso, debe ser volteado por el Congreso? ¿Van a ir contra una restricción que se aplicó en decenas de países? Parece muy poco probable. Igual, ya sabemos el papel de la justicia en estos años, así que nada debería sorprender.
● Larreta simuló adhesión al DNU anterior, pero no hubo el menor control de nada. Sus funcionarios decían, off the record, “no vamos a cerrar ningún negocio ni pensamos en patrullajes ni retenes”. Hubo bares repletos en que las mesas, con 80 centímetros entre comensal y comensal, no respetaban distancia alguna. No existió una mínima intervención. Los shoppings y patios de comidas sin aforo, sin control. De manera que cuando el jefe de Gobierno porteño dijo que “todavía no se pudieron evaluar los efectos de las medidas anteriores”, no hace más que simular. Sabe que tuvieron poco efecto porque, entre otras cosas, su gobierno no hizo nada de nada para que se cumplan.
● Larreta simula indignación ante el nuevo DNU, incluso lanzando una frase made in Pato Bullrich “estas medidas se toman porque fracasó el plan de vacunación”. En privado, el jefe de Gobierno admite que está muy difícil conseguir vacunas en el mundo y que la gestión del gobierno en este terreno es buena. En principio, Juntos por el Cambio debería tener cierto recato en este terreno después de haber hecho campaña contra las vacunas, en especial la Sputnik V, con un highlight en la denuncia por envenenamiento.
● Larreta simula su oposición pese a que los intendentes de Juntos por el Cambio afirman -en privado y a veces en público- que están hasta las manos, que no tienen camas, que “si no cerramos, la realidad nos va a cerrar”. Lo cierto es que, en algunos casos, como Olavarría y La Plata, el desborde es tan grande que tuvieron que aplicar restricciones. Pero las tapan gritando por la no presencialidad en los colegios.
● Finalmente, el jefe de Gobierno dice que se toman decisiones sin la base de datos científicos. Es otra simulación. Es obvio que los contagios están explotando y, al menos por ahora, las muertes no suben al mismo ritmo porque se está contagiando gente más joven y las vacunas tienen efecto en los mayores. Pero lo objetivo, lo concreto, es que los casos y las muertes treparon de manera espectacular. Hay cierta coincidencia en el tiempo con la presencialidad y, esencialmente, con el movimiento que produce: el Ministerio de Transporte afirma que sube la cantidad de pasajeros aproximadamente entre 100.000 y 200.000 por día con la concurrencia (disminuida) a los colegios. En porcentaje es poco, en cantidad de gente, en la actual situación, es mucho. Ni hablar de que en otros países -Alemania, Reino Unido, Francia, Uruguay, Chile, Portugal- se evaluó que hay relación entre escuelas abiertas y contagios, y los cerraron por varias semanas.
Desde ya que es una controversia y que un periodista como yo no tiene los elementos suficientes para ser categórico. Sin embargo, viene a cuento la anécdota de Ringo Bonavena en la pelea con Muhammad Alí. Llegaba al rincón después de cada round y le decían: “Vamos, Ringo, vas bárbaro, estás fenómeno”. Y Ringo contestó: “Che, controlá al árbitro porque a mi alguien me está cagando a trompadas”. No es seguro que sea la presencialidad, pero hay que tomar medidas porque alguien nos está cagando a trompadas.