La inflación de marzo trepó a un pico del 4,8 por ciento, el valor más alto en 18 meses. Economistas consultados por PáginaI12 coincidieron con el gobierno y con el FMI que el fenómeno es multicausal. Esta vez no fue el dólar, que se encuentra estable, ni las tarifas, que están congeladas. Para los analistas, entre las múltiples causas hoy se encuentran la inercia, la incertidumbre, y el aumento internacional del precio de los alimentos.
“No es el dólar, no son las tarifas, ni tampoco los salarios. Están todas utilizándose como anclas, pero no están dando resultados”, explicó Guido Lorenzo, director de la consultora LCG. Para el economista, de las múltiples causas, la que tiene más relevancia es la inercia. “El 15 por ciento de los productos suben todas las semanas, por lo que en un mes todos los precios se están actualizando, es un nivel alto de remarcación, y esa inercia es cada vez más difícil de bajar”, detalló Lorenzo.
Desde el Centro de Economía Política (Cepa) consideraron que hay dos elementos centrales que explican la aceleración de la inflación desde noviembre del año pasado: por un lado, consideraron el impacto del aumento de los precios internacionales de las commodities, junto al aumento de la demanda, especialmente china, de los productos de la canasta exportadora argentina.
“Esto tiene un correlato en la presión a los precios internos de los alimentos”, consideraron los investigadores de Cepa Eva Sacco y Juan Pablo Costa. “Estos incrementos explican la puja por los excedentes dentro de las cadenas de valor, como ocurre en la carne y la leche, que tienen un peso muy importante en el cálculo final del índice de precios”, agregaron Sacco y Costa.
Por otro lado, desde Cepa atribuyeron la alta inflación a los intentos empresarios de recomponer rentabilidad, “aprovechando un contexto de reactivación de la actividad económica”. En la misma línea, Laura Testa, economista miembro de Paridad en la Macro, explicó que la inercia inflacionaria se empieza a generar ante una “estructura productiva que no es lo suficientemente robusta para poder crecer acompañando la demanda, por lo que la oferta queda desfasada".
Además, Testa aseguró que estos aumentos se producen sobre todo en sectores industriales donde en su gran mayoría son monopolios u oligopolios. Y, como otro factor central, aseguró que “todo está englobado en un gran nivel de incertidumbre”, tanto por la fragilidad económica argentina, como por la sanitaria a nivel global. “En este momento, que no sabés si vas a poder abrir o no, o qué va a pasar con el dólar, cualquier cosa que va cambiando aumenta la inflación, porque los empresarios ante la duda se resguardan aumentando precios", detalló Testa.
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, sumó el factor de la emisión monetaria que se estableció el año pasado para financiar la asistencia por la pandemia. “Hay pesos que se fueron al dólar, eso amplió la brecha, generó expectativas de devaluación, y el Banco Central tuvo que vender dólares y le cayeron las reservas”, explicó. Esta escasez de divisas llevó a restricciones a las importaciones y a que algunos importadores deben acceder al dólar paralelo, lo que aumenta el precio de los importados. “Estas medidas te pueden traer problemas de stock, que en el corto plazo genera inflación”, concluyó.
Además, Rajnerman coincidió en que las causas de la inflación no se explican por un único factor. “Es todo junto a la vez”. Sobre la inercia, explicó que ocurre porque “los precios suben porque otros subieron antes”. Y dijo que eso se está consolidando, y será “cada vez más difícil de desarmar”. En cuanto al fenómeno global, detalló que “si sube el precio internacional, sube el precio local, porque el exportador vende donde le es más rentable”. También se refirió a las expectativas, como “la contracara” de la inercia: “Ante la duda, el comerciante remarca porque no sabe qué va a venir, aunque creo que la inflación obedece más a causas pasadas que a futuras”, detalló Rajnerman.