Ante la necesidad de aplicación de la ordenanza sancionada en 2015 que creó el Programa de formación y concientización del parto y nacimiento respetados, la concejala Fernanda Gigliani apuntó a que la violencia obstétrica no se naturalice y que el cambio se aborde desde los equipos médicos. Por ello, convocó a una mesa debate a especialistas de la salud y de organizaciones por la humanización del parto, que dialogaron con este diario acerca de la necesidad de evitar prácticas invasivas y suministro de medicación innecesaria, entre otras cuestiones que apuntan a un parto respetado. "La contracara del parto respetado es la violencia obstétrica, que es un tipo de violencia de género", destacó la edila del bloque Iniciativa Popular, sobre lo que en definitiva se advierte como un derecho humano. Y lamentó que el parto respetado se asocie solo a la práctica en domicilio. La psicóloga María Paula Cavanna, de la Universidad de Buenos Aires, apuntó a que "no puede ser que una mujer tenga que elegir parir en su casa para huir de la violencia obstétrica. Tiene que ser una elección".

Antes del debate, Gigliani destacó que la iniciativa del encuentro tuvo que ver con la ordenanza aprobada a mediados de 2015, a través de un proyecto de su autoría. "Desde ese año venimos con la preocupación de la implementación. Recién anteayer (por la semana pasada) tuvimos la posibilidad de reunirnos con la directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM), Carolina Mozzi, y con el coordinador de Salud Sexual municipal, Daniel Teppaz. Recién ahora se está empezando a avanzar con la aplicación y el efector emblema es el Hospital Roque Sáenz Peña, donde se está haciendo una inversión importante en infraestructura, que se va a inaugurar el mes que viene en la Semana del Parto Respetado. Hay una bisagra en el Roque porque los profesionales de la salud que trabajan allí tienen una concepción sobre el parto respetado. La preocupación es cómo esa experiencia se puede extender al resto de la ciudad".

Para la edila, en la práctica, la ordenanza implica formación y capacitación de todos los profesionales de la salud pública y privada que intervienen en los procesos de preparto, parto y posparto. "Nos puso contentas que se está avanzando en los cursos presenciales y online; y lo que planteamos es que haya cursos gratuitos (para madres) en los distritos municipales; pero quizás se trabaje desde los seis centros de salud, que hacen rondas con mujeres embarazadas", destacó.

En ese punto, María José Bernasconi, coordinadora nacional de la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y el Nacimiento, aseguró que en Buenos Aires se armó un programa desde la Red, con un sindicato, y mediante un convenio, porque "era la única manera de entrar a los hospitales públicos". Al mismo tiempo, aclaró que la ley data de 2003. "Las leyes pueden no gustar, pero creo que como voluntad de la autonomía de la mujer, esto es un proceso y puede llevar un tiempo. Las leyes hay que cumplirlas. El Estado debe habilitar a los profesionales", dijo.

 

La ordenanza implica capacitación de todos los profesionales de la salud pública y privada que intervienen en obstetricia

 

La concejala convocante a la mesa de diálogo planteó otra cuestión: "Hay un desconocimiento generalizado sobre el parto respetado. Se presenta una contradicción: hay mujeres muy empoderadas; y muchas otras que ni siquiera se consideran víctimas de violencia obstétrica (definida en la ley de Proteccion Integral a las Mujeres como el trato deshumanizado, la sobremedicación y la patologización de procesos naturales). Hay un trabajo por hacer. Plantemos que el Municipio salga a la calle con esto, porque creemos que está pendiente", reclamó.

Viviana Roffi, tocoginecóloga del servicio de obstetricia del Hospital Italiano, acompaña a mujeres durante el proceso de parto y consideró que "hay que encontrar un equilibrio entre todo lo bueno que aporta la ciencia y lo maravilloso de la naturaleza". La profesional señaló que la idea es "llegar a que los embarazos de bajo riesgo puedan transcurrir fisiológicamente, como se debe, dentro de las instituciones públicas y privadas, porque es bueno para la mujer y crea un vínculo con el bebé. De a poco creo que lo que al principio parecía algo difícil de instalar, fue contagiando a otros que permiten que las mujeres estén libres en su momento de parir y que se les provea de algún material para transcurrir el momento del parto. La mujer no solo está atravesada por ese momento, sino por todo un proceso. Tenemos que aprender a no hacer y acompañar. Creo que cada vez más médicos se lo plantean y así se empieza. Hay que aprender de las pacientes. Incluso, las cesáreas pueden ser humanizadas. El equipo tiene que pensar en la mujer".

"Desde Salud indicaron que en el Roque se viene haciendo lo del parto en domicilio y los profesionales están atentos, pero si esto se extiende a toda la ciudad, presenta una complicación", agregó Gigliani. Las profesionales aportaron el dato elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ubica a la Argentina con una tasa de cesáreas de alrededor del 50 por ciento, mientras que la proporción recomendada por la OMS es de no más de 15 por ciento.

Las profesionales destacaron además que la decisión de la mujer debe respetarse sea cual sea. "Hay mujeres que piden una peridural, una cesárea, y ¿por qué se les va a decir que no?", señalaron.