El jueves, en la Unidad de Violencia Familiar y de Género de Catamarca, se radicó una nueva denuncia contra un adolescente de 17 años acusado, esta vez, de intentar asesinar a su madre. El hecho se registró el mismo día en horas de la mañana, cuando la mujer volvía de una consulta médica en el departamento Valle Viejo. El caso ya había trascendido en octubre, cuando el adolescente, junto a dos hermanos mayores y su padre, incendiaron parte de la vivienda de la víctima, con el objetivo de “vengarse” porque habían sido excluidos del hogar por la violencia que ejercían contra la mujer.
La denunciante habló con Catamarca/12 y relató su historia de violencias que se iniciaron cuando su primer hijo, que hoy tiene 25 años, nació. Desde entonces, pasaron 16 años hasta que pudo denunciar a su marido. Fue tras el nacimiento de su último hijo, que hoy tiene 9 años. “Vi la muerte ante mis ojos y no lo soporté más”, dijo.
Sin embargo, y aunque logró la exclusión del hogar de la casa que compartían y que era herencia de su familia, la Justicia no desalojó a su ex pareja. “Tres órdenes de exclusión previas hubo hasta que por fin mi abogada (la defensora del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Astrid Acuña) logró que se cumpla el 31 de mayo del año pasado”, contó.
Desde aquel día la violencia no cesó. Sus hijos, que se quedaron con ella, alentados por su padre comenzaron a reclamarle que le “devuelva” la casa a él y la golpeaban. Su ex marido, la atormentaba en la calle e incluso, pese a las restricciones, una vez fue hasta el colegio donde concurría su hijo pequeño y le pegó delante de todos. Ella denunció todos las agresiones y cada vez que incumplía las restricciones, sin obtener respuestas.
El 13 de febrero, sus tres hijos mayores, que aún vivían con ella, quemaron la habitación donde ella dormía y todas sus pertenencias, incluso elementos que utilizaba para trabajar. Esa vez, la exclusión del hogar e imputación fue para ellos los tres. El 19 de febrero, y ante la falta de acción de la justicia penal, una jueza de Familia ordenó una reparación para ella y también una consigna policial ante el peligro que corría.
Nueva denuncia
El jueves último, mientras la mujer volvía con su nueva pareja en motocicleta luego de haber tenido su sesión psicológica en el Mini Hospital de Villa Dolores, su ex marido, que también se conducía en moto junto a su hijo de 17 años como acompañante, los interceptó y el menor de edad empujó con la pierna la moto donde iba su madre con la intención de tirarla. No pudo, y la pareja de la mujer frenó. Entonces, el adolescente se acercó con una piedra para lanzársela, pero los forcejeos impidieron que impacte sobre ella, quien pudo llamar en esos segundos a la Comisaría de San Isidro.
Los efectivos llegaron a los pocos minutos. Al verlos, los agresores se fueron, la mujer les mostró las órdenes de restricción y les dijo que los detengan, pero no lo hicieron. En ese momento llegó su otro hijo, quien manejaba un camión de la empresa para la que trabaja e incluso en presencia de los policías quiso atropellarlos, sin que los funcionarios reaccionaran. Finalmente, la mujer pudo radicar la denuncia en la Unidad de Violencia de Género y reclamar por el accionar policial. La denunciante consideró que se trató de un intento de homicidio.
“Estoy asustada, con temor de que me pase algo, porque nadie está haciendo nada. El fiscal no escucha y no actúa, y yo ya no quiero hablar, quiero que haga. La Comisaría de San Isidro me desamparó y para colmo me dijeron que no diga nada, que entienda que ellos tienen familia. Mi vida corría peligro y yo tengo un hijo de 9 años por quien estar”, manifestó angustiada.
“Dos veces mi hijo intentó largarme el camión encima. Y yo, para defenderme tengo cinco hojas (las órdenes de restricción) que nada pueden hacer contra un camión”, señaló.
Contó que debe trasladarse para realizar los tratamientos psicológicos, pero que después de esa situación ya no quiere salir. “Estoy cansada. Estoy llegando a un extremo que no puedo más, y ya sé que no gano nada con hacer denuncias. Ellos nunca estuvieron detenidos. Cuando fui a retirar la copia, me contaron que el fiscal les dijo que ya van a juicio. Pero hasta que llegue el juicio me van a matar”, dijo.
La mujer se preguntó qué espera la justicia para detener a sus agresores. Aseguró que la consigna policial que tiene en su casa hizo informes de todas las veces que sus hijos y su ex marido incumplieron las restricciones. “No hacen nada. Y ellos se ríen de la justicia”, concluyó.
En la denuncia, Acuña pide la detención inmediata de los agresores. Además, hace consideraciones sobre el accionar de la justicia: “La pregunta que mi mandante se hace, es ¿hasta cuándo se seguirá dando oportunidad a los agresores de matarla? A lo largo de estos dos últimos años, son innumerables la cantidad de denuncias realizadas por ella por atentados contra su persona y por el mismo fundamento misógino y machista y vincularmente contra su esposo. El foco, constantemente está puesto en su persona a la que se le impone la carga de denunciar, la carga de estar custodiada permanentemente y también expuesta a hechos como el aquí expuesto. Mientras todos y cada uno de los denunciados sigue gozando de libertad, como si nada sucediera”, resalta.