Un reducido grupo de manifestantes anticuarentena se acercó en la tarde de este sábado al Obelisco para protestar por las nuevas medidas de restricción impuestas por el Gobierno en al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) con el objetivo de controlar el preocupante aumento de casos de coronavirus, tras una semana que marcó hasta el momento el récord histórico de positivos diarios.
Como suele suceder en este tipo de manifestaciones, los presentes se acercaron con banderas argentinas y distintos carteles, en su mayoría en repudio a la decisión de suspender por 15 días las clases presenciales y pasar a la virtualidad.
Cabe destacar que, en 15 días, las camas de terapia intensiva del sistema público de la Ciudad de Buenos Aires con pacientes infectados de covid-19 pasaron de estar ocupadas en un 35,1% a un 61,1%, según datos de los reportes diarios del Ministerio de Salud porteño, mientras que el sector privado tiene una ocupación del 95% en terapia intensiva.
"Pido por mis hijos y por los hijos de todos. La pandemia no afecta solo a los que trabajan sino a los niños también. Los chicos necesitan ir a la escuela", expresó una de las manifestantes.
También se vio a una mujer con el cartel "con mis hijos no", quien afirmó: "Mis hijos son lo más importante de mundo. La única esperanza que teníamos era poder educarlos. La educación es un derecho".
La negacionista Cecilia Pando fue una de las personas que convocó a la movilización a través del hashtag #17A, bajo el lema: "No podemos dejar que hagan lo que se les cante con la patria. Por la libertad, por escuelas abiertas y presenciales. Por la República. Las calles son nuestras".
Las personas que se acercaron al centro porteño también criticaron la campaña de vacunación y repudiaron las restricciones de circulación, que a partir del pasado viernes está prohibida de las 20 hasta las 6 de la mañana, con excepción de los trabajadores esenciales, en tanto que los locales gastronómicos deben cerrar sus puertas a las 19 y luego podrán continuar con la modalidad 'take away'.
Durante un período de 15 días, y para intentar mitigar la propagación de los contagios, también están cerrados desde ayer los centros comerciales y shoppings, y suspendidas las actividades deportivas, recreativas, sociales, culturales y religiosas en lugares cerrados.
"Se robaron las vacunas", "no es un país de chorros, los chorros están en el Gobierno. Nosotros somos trabajadores con dignidad y no basura como los que tenemos este momento en el Gobierno", "es falso que un encierro genere más salud", fueron otras las frases que se pudieron escuchar.
Lo cierto es que se trata de un grupo minoritario, puesto que el propio Gobierno destacó este sábado el acatamiento de medidas restrictivas que entraron en vigencia este viernes para mitigar la expansión de la segunda ola de coronavirus en el país.
"Ayer el acatamiento fue muy alto. La inmensa mayoría de la gente percibe la dimensión del problema. Advierte que se expone estando en lugares donde hay mucha aglomeración de personas. Yo agradezco a todos y a todas que me ayuden en este momento minimizando la circulación y los encuentros sociales", indicó el presidente Alberto Fernández en una entrevista con el sitio Data Clave.
En sintonía con el Presidente, las y los jefes comunales bonaerenses compartieron a través de sus cuentas de Twitter fotos de calles vacías, locales cerrados en sus distritos, y enviaron mensajes de aliento y agradecimiento a los vecinos.